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La deuda y el temor a una guerra arancelaria erosionan la confianza en la divisa estadounidense.
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El sistema financiero busca alternativas, acelerando la transición a un orden multipolar.
Por décadas, la hegemonía del dólar estadounidense parecía incuestionable, pero hoy se encuentra en el centro de una creciente incertidumbre. Esta caída del billete verde, como lo alerta Bank of America (BofA), no es solo una fluctuación pasajera, sino que podría ser el preludio de un nuevo orden monetario global.
Un informe interno del gigante bancario advierte sobre una aceleración de la caída del dólar en los próximos meses. Según el análisis dirigido por el estratega Athanasios Vamvakidis, tres factores clave están mermando la fortaleza del dólar.
En primer lugar, se menciona a la guerra arancelaria de Trump, que se consideran un tiro por la culata. «Los aranceles son más perjudiciales para EE.UU. que para sus socios comerciales», sentencia el informe, subrayando que la economía estadounidense depende más del comercio global que ninguna otra.
Lo segundo es una deuda pública insostenible que supera los 37 billones de dólares, combinado con una política fiscal expansiva que está disparando los costos de financiamiento para Estados Unidos, generando serias dudas sobre su viabilidad fiscal.
Y en tercer lugar, está el hecho de que se anticipa una mayor debilidad en el valor del dólar estadounidense, alcanzando niveles no vistos en años. Esto se refleja en el índice DXY, que mide la fortaleza del billete verde frente a una canasta de monedas principales y que ha caído un 9% en 2025, situándose en 99,74 puntos, su nivel más bajo desde abril de 2022.
La deuda pública es parte de una bomba de tiempo
Lo que sucede es que «domina lo negativo, debido a la incertidumbre política, una pausa en inversiones corporativas, y aranceles que podrían multiplicarse», resume de forma lapidaria el informe de BofA dirigido a sus clientes, pintando un panorama sombrío para la moneda norteamericana.
En sí, el oro está viviendo una época dorada, alcanzando máximos históricos el último mes de 3.500 dólares por onza. De hecho, su correlación inversa con el dólar se mantiene firme, con una apreciación del 30% desde diciembre de 2024, superando incluso proyecciones anteriores como la de BofA que lo situaba en 3.000 dólares para 2025.
Mientras tanto, la principal moneda digital, bitcoin (BTC) avanza con fuerza, impulsado por una ola de adopción institucional. Su precio también alcanzó un nuevo máximo histórico (ATH) de más de 111.000 dólares por unidad y con proyecciones que apuntan a un mayor ascenso, rompiendo con el mito de «vende en mayo y vete», como fue reportado por CriptoNoticias.
La debilidad del dólar ya ha sido alertada por otros analistas, entre ellos, Ray Dalio, para quien se está produciendo una ruptura sistémica que podría redefinir nuestra era.
La actual coyuntura está acelerando la búsqueda de alternativas y nuevas estrategias financieras, ya que se está produciendo una desdolarización acelerada, con las moneda asiáticas, como el won surcoreano y el yuan chino o renminbi, ganando terreno en la actualidad.
La crítica de Mallers se centra en cómo Estados Unidos logró financiar el crecimiento global a través de décadas de déficit comercial, bajo el paraguas de iniciativas como el Plan Marshall y los acuerdos de Bretton Woods, lo cual ha llevado al país a un estado de deuda masiva.
Este modelo, explicó Mallers, está atrapado en el llamado «dilema de Triffin», donde la necesidad de suministrar dólares como moneda de reserva mundial genera déficits cada vez mayores, pues el mundo requiere más dólares de los que la economía estadounidense puede producir en bienes y servicios.
La transición hacia un nuevo orden será larga
Ante todo ello, la debilidad del dólar ya no es un fenómeno meramente cíclico, sino que podría estar indicando un cambio estructural más profundo, como señala la macroeconomista Lyn Alden, quien dijo recientemente que «La transición hacia un sistema financiero multipolar, con mayor uso de oro y bitcoin como activos de reserva, podría ser un proceso largo y potencialmente inflacionario».
Entre sus recomendaciones está precisamente considerar la inversión en activos neutrales como oro y bitcoin, con preferencia en ellos por los próximos 12 meses.
En sí, Alden concluye que el déficit comercial de EE. UU., ligado a su estatus como moneda de reserva, genera beneficios y costos desiguales, exacerbando la desindustrialización y el populismo. Las soluciones propuestas, como los aranceles y acuerdos monetarios, enfrentan desafíos significativos, y el sistema financiero global podría estar en una transición hacia un modelo multipolar, con implicaciones económicas y sociales profundas, por lo que lo mejor es tomar las previsiones y protegerse.