Hechos clave:
-
Mineros rechazan medida de ABC que les obliga a desprenderse del 8% de sus ganancias.
-
Desarrolladores advierten que faltan mecanismos para tomar decisiones por consenso.
En las últimas semanas la polémica ha reinado en el entorno de Bitcoin Cash, los grupos de desarrolladores no logran consenso sobre las decisiones técnicas. Tal es la división que muchos han llegado a pensar que la bifurcación es la única vía válida.
Tras meses de intensos debates sobre las propuestas para mejorar el algoritmo de ajuste de dificultad, el jueves pasado resurgió una vieja polémica que se creía enterrada. Se trata de una medida que impone un aporte del 8% sobre las recompensas por nuevo bloque creado. Una especie de impuesto que antes se llamó Plan de Financiamiento de Infraestructuras (IFP) y que ahora resurge como regla en el parámetro de emisión de monedas coinbase.
La medida en sí es rechazada por la mayoría de la comunidad, no solo porque dudan del destino que tendrán los fondos generados, sino además por la forma en la cual fue aprobada: sin un proceso de votación para conocer la opinión de la mayoría.
El jueves, Amaury Séchet, líder del equipo ABC sorprendió a la comunidad con una declaración en la que afirmaba que, para la próxima actualización de red, programada para el 15 de noviembre, se activará la nueva regla en el coinbase.
“Aunque algunos pueden preferir que Bitcoin ABC no implemente esta mejora, este anuncio no es una invitación al debate. La decisión ha sido tomada y será activada en la mejora de noviembre. El código se hará público antes de la fecha de congelación del código. La regla Coinbase es la siguiente: Todos los bloques recién extraídos deben contener una salida que asigne el 8% de las monedas recién extraídas a una dirección específica”.
Amaury Séchet, líder del equipo Bitcoin ABC.
Horas después, los mineros del pool o grupo de minería ASICseer rechazaron el anuncio de Séchet. En una declaración conjunta exponen las razones por las que consideran que tal propuesta es perjudicial para el ecosistema de Bitcoin Cash.
Entre los puntos especificados en el comunicado, los mineros exponen que la activación de la regla Coinbase alteraría la estabilidad de la economía de Bitcoin Cash y penaliza de manera desproporcionada a los mineros.
También señalan que rechazan la fórmula arbitraria utilizada por Bitcoin ABC para imponer una regla que permitirá desviar fondos de los mineros hacia algunos desarrolladores. Agregan que la imposición de reglas “genera una división adicional y sofoca la comunicación saludable entre las partes con intereses creados en BCH”, tal como se lee en el anuncio.
La primera versión de esta regla, el IFP, también generó polémica a principios de año, cuando Bitcoin ABC intentó activarla sin la aprobación de la mayoría. Sin embargo, en ese momento fue deshabilitada tras intensos debates que amenazaron con una bifurcación. En aquella oportunidad, para revertir el IFP, el grupo Bitcoin Cash Node introdujo cambios en el software en reemplazo directo a la actualización realizada por ABC.
¿Consenso? Y más conflictos en Bitcoin Cash
Durante meses los desarrolladores de Bitcoin Cash estuvieron discutiendo con la idea de determinar los pro y contra de las propuestas presentadas para mejorar el Algoritmo de Ajuste de Dificultad minera (DAA). La necesidad de mejorar esta dificultad surgió cuando se descubrió que existen variaciones en los intervalos del algoritmo que se producían más largas de lo habitual y también más rápidas de lo normal.
Estas variaciones en los intervalos del algoritmo de dificultad supuestamente son aprovechadas por algunos mineros que cambian de BCH a BTC. Algunos obreros estarían jugando con el DAA a la espera de que la dificultad disminuya para que la minería sea más rentable de nuevo en BCH. Un artículo de CriptoNoticias explica detalles de esta práctica.
Para resolver la variación en el DAA los grupos evaluaban las propuestas ASERT y Grasberg. El aserti3-2d (ASERT) es iniciativa del desarrollador Jonathan Toomim. Era compatible y probado por la mayoría de los nodos después de que el grupo Bitcoin Cash Nodes alojara el código de implementación en la página de especificaciones de actualización. Pero no contaba con el respaldo del grupo ABC, ni de su líder Séchet.
El otro planteamiento, llamado Grasberg, era defendido por Séchet, pero rechazado por la mayoría de los desarrolladores porque creían que no había pasado la revisión de la totalidad de los nodos. Las críticas sobre esta propuesta se centraban en que ABC no había suministrado suficientes datos para respaldarla.
Las discusiones en torno a las propuestas de DAA se intensificaron el pasado 23 de julio cuando, Séchet y ABC anunciaron que habían tomado la decisión de avanzar con Grasberg para implementarla en la próxima actualización de red. La decisión, que no contó con el consenso de la mayoría, fue respondida por el grupo “Consorcio de Implementaciones de Nodos”.
La publicación del consorcio, avalada por una lista de firmas digitales, señala que será el algoritmo de ajuste de dificultad ASERT el que se implementará el próximo 15 de noviembre. Después de este anuncio, Séchet cambió de parecer y emitió un comunicado en el que manifestó su decisión de inclinarse por lo que todos habían aprobado, pero contraatacó con la nueva versión de IFP.
El anuncio de Séchet, aunque reavivó el debate sobre la implementación del IFP, cerró un período de discusiones y división de la comunidad sobre las dos propuestas planteadas para corregir defectos del DAA.
La resolución de conflictos por la vía de decisiones impuestas, ha generado nuevas preocupaciones en la comunidad que gira en torno a Bitcoin Cash. Incluso algunos desarrolladores han señalado que trabajan en ideas para resolver esta nueva dificultad.
Sin embargo, un usuario hace dos días dejó una publicación en el blog de la comunidad. En ella reflexiona sobre los acontecimientos recientes y analiza cómo se puede estar usando una regla de oro que existe en la política y que reza: “divide y conquista” o “divide y vencerás”.
El usuario sospecha que la división y el miedo son elementos que estaría usando Séchet para ejercer control. Añade que no hay conflicto dentro de la comunidad en el que no se mencione de manera constante la palabra división o bifurcación, algo que teme la mayoría y por lo que estarían cediendo a las decisiones impuestas por un grupo solo para que sus temores no se hagan realidad.