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"El Salvador perdió su soberanía para decidir sobre Bitcoin", dijo Dennehy.
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Activistas critican la falta de transparencia sobre temas relacionados con Bitcoin en El Salvador.
Desde que El Salvador adoptó a bitcoin (BTC) como moneda de curso legal en 2021, el país centroamericano ha transitado por un camino lleno de baches, donde cada paso ha sido objeto de escrutinio internacional y de preocupación local. En este contexto, el acuerdo que dio paso a un préstamo de 1.400 millones por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) es visto como una salvación temporal, pero también como un pacto que transforma el modelo basado en la moneda digital pionera que viene implementando el gobierno en los últimos años, un dilema que fue debatido ayer en un Space en la red social X.
En el espacio dirigido por el líder del proyecto Mi Primer Bitcoin, John Dennehy, se destacó que el acuerdo firmado entre El Salvador y el FMI incluye condiciones que obligan al gobierno a abandonar su adopción de bitcoin como moneda de curso legal. También el país debe limitar su promoción pública, así como restringir transacciones estatales y compras de la moneda digital.
Es una transformación del modelo bitcoiner que dio a conocer al presidente Bukele en todo el mundo, pero ¿qué es lo que realmente significa el acuerdo con el FMI para la adopción de bitcoin?
Los participantes en el Space no dieron con la respuesta a la pregunta anterior debido a la ambigüedad de los términos del acuerdo y de los artículos de la nueva ley de Bitcoin. Es por ello que los bitcoiners participantes en el Space piden a Bukele que aclare la situación.
Claridad también es algo que piden algunos usuarios de X. Les preocupa que en su último comunicado, el FMI afirmó que el gobierno de El Salvador limitará las transacciones y compras de bitcoin como parte de su acuerdo por el préstamo de 1.400 millones de dólares.
Bitcoin bajo la lupa del FMI ¿un cambio de rumbo para El Salvador?
Dennehy, quien se describe como un activista anti-FMI con más de dos décadas de experiencia, dijo que una de las cosas que más le preocupa del préstamo del FMI es la limitación de la participación del gobierno en actividades económicas relacionadas con bitcoin. Esto, incluyendo la compra gubernamental de la moneda digital.
Aunque bitcoin seguirá siendo legal en El Salvador, Dennehy argumenta que las condiciones impuestas por el FMI representan una pérdida de soberanía para el país en la toma de decisiones sobre su política monetaria, e impacta en su decisión de adoptar a bitcoin como moneda.
«Grupos opacos de élite nos están dictando las condiciones al resto de nosotros y eso nos quita el poder. En este caso al estado nación, pero también le quita poder al individuo y eso lleva a algunos efectos negativos significativos de segundo orden. Al contrario de eso, Bitcoin representa empoderamiento. Representa al individuo empoderado para tomar sus propias decisiones y su propia vida y eso tiene un efecto positivo de segundo orden realmente significativo. El Salvador ha perdido parte de su soberanía para decidir sobre su política de Bitcoin y de su política financiera en general».
John Dennehy, líder de Mi Primer Bitcoin.
La decisión de El Salvador, según el bitcoiner, no se basa en una libre elección del gobierno salvadoreño, sino en una necesidad financiera que les obliga a aceptar las exigencias del organismo internacional para obtener el préstamo.
Dennehy también abordó la percepción de que el gobierno salvadoreño podría estar utilizando una estrategia de «juego de ajedrez 5D», donde las acciones parecen impredecibles a corto plazo, pero forman parte de un plan mayor. Si bien no descartó esta posibilidad, Dennehy hizo hincapié en la falta de transparencia por parte del gobierno, lo que dificulta la comprensión completa de la situación.
«El gobierno podría aclararlo todo fácilmente, pero opta por no hacerlo. Y eso para mí es una señal de alerta. No quieren que la gente hable de esto. No quieren que la gente entienda completamente la situación, y yo lo que quiero es que eso cambie. Quiero que la gente esté mejor informada sobre este acuerdo con el FMI. Uno de los valores fundamentales que tengo es cuestionar la autoridad. No confíes, es mejor verificar».
John Dennehy, bitcoiner estadounidense radicado en El Salvador.
¿A qué juega Bukele, estrategia o incertidumbre?
El término «juego de ajedrez 5D» se refiere a una estrategia de complejidad extrema, que trasciende el ajedrez tradicional al considerar múltiples escenarios y variables simultáneamente. Implica una visión a largo plazo, donde se anticipan las acciones de los oponentes y se tienen en cuenta factores externos cambiantes. A menudo, esta estrategia incluye elementos de manipulación y engaño, con movimientos que pueden parecer ilógicos a corto plazo, pero que forman parte de un plan maestro. La expresión se utiliza comúnmente en contextos políticos y sociales para explicar acciones aparentemente irracionales de líderes, sugiriendo que operan bajo una estrategia oculta y multidimensional.
Durante la conversación, algunos de los participantes en el Space manifestaron la necesidad de una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones económicas del país. Otros expresaron su preocupación sobre la posible reducción de la transformación del modelo de Bitcoin de El Salvador y el impacto en las empresas que lo aceptan como medio de pago. También hubo quien destacó los esfuerzos de base en la adopción de la moneda digital en el país, indicando que el impulso no se limita a las acciones del gobierno.
En todo caso, Dennehy dijo que si bien existen aspectos positivos en el panorama económico de El Salvador, la falta de transparencia sobre el acuerdo con el FMI y sus implicaciones para el proyecto gubernamental con bitcoin, es algo que genera inquietud. Aseguró que continuará monitoreando la situación y abogará por una mayor transparencia y participación ciudadana en la toma de decisiones económicas del país. Para él, todo se conjuga, ya que la construcción de un mundo mejor pasa el hecho de aprender de la situación que se presenta en la actualidad y para construir un futuro económico más justo y transparente para El Salvador.