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Willy Woo retó a Greenpeace para que proporcione argumentos científicos y pruebas.
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Un minero de Bitcoin explica el papel de la quema de gas residual en el ambiente.
Una serie de recientes tuits y publicaciones en torno al papel que juega Bitcoin en el cambio climático despertó la disputa entre Greenpeace y bitcoiners alrededor del mundo.
A través de la cuenta de Greenpeace USA en Twitter, se difundieron dos artículos periodísticos donde se argumenta que Bitcoin es dañino para el planeta (uno publicado por The Guardian, titulado “¿Solución falsa? Cómo la minería de criptomonedas se convirtió en la esperanza de las petroleras”) y un artículo donde esta organización ataca a Mastercard por ofrecer un servicio para traders que utilizan bitcoin.
Las respuestas de bitcoiners alrededor del mundo surgieron espontáneamente, tras esta nueva ola de tuits propagandísticos de Greenpeace.
Wiily Woo, un analista de datos económicos de Bitcoin, opina que los documentos elegidos por Greenpeace no poseen calidad científica.
“Sería bueno si respaldaran su postura con datos sólidos y ciencia en lugar de una narrativa, que honestamente es la norma en estos días. No vemos más que una guerra de memes y gaslightning. Así que ese es mi desafío para ustedes. Dennos razonamientos respaldados por datos”.
Willy Woo, analista de Bitcoin
Por su parte, Steve Barbour, un minero de Bitcoin que se especializa en el uso de gas y carbón como fuentes de energía, escribió sobre cómo la «interferencia política con las redes de energía» está provocando que las plantas térmicas de carbón se vuelvan ineficientes para quemar el combustible.
«Están quemando más carbón por menos producción”, opina Barbour. Según el especialista, hay más responsabilidad del Estado que de las industrias sobre el cambio climático.
Bitcoiners cuestiones supuesta «doble moral» de Greenpeace
En uno de los tuits de Greenpeace, la organización acusa a Bitcoin de generar «toneladas de nueva contaminación causante del calentamiento global en Estados Unidos». Además, sugiere que la quema de gas no hace nada por reducir el consumo de energía fósil y mantiene abierto viejos pozos de gas.
En Estados Unidos, muchos mineros utilizan gas natural y residual (que de otro modo sería liberado a la atmósfera) como fuente de energía económica.
Barbour responde: “¡Es verdad! Hemos hecho más que cualquier empresa para ayudar a los productores a reiniciar sus propiedades de gas natural bloqueadas. Qué bien se siente fertilizar los bosques con metano quemado: agua y dióxido de carbono».
Daniel Batten, de Batcoinz y Climate Tech, señaló en un tuit, que una de las publicaciones que utilizaron como base moral para atacar a Bitcoin no cuenta con la evidencia que pudieran proporcionar ingenieros solares o eólicos o especialistas en metano. Al contrario, se sustenta en la opinión de personas relacionadas con un banco central, que claramente tienen conflicto de intereses con el uso de Bitcoin. Esto ocurrió un día antes de que Greenpeace difundiera los contenidos en contra de Bitcoin el 17 de octubre.
Batten también criticó una presunta doble moral de Greenpeace.
“Ustedes están en una posición de poder como voz para el medio ambiente. Expliquen por qué tomar USD 5 millones, para difundir información errónea sobre Bitcoin, del CEO de una altcoin con un conflicto de intereses claro u obvio, no es un acto de corrupción por definición”.
Daniel Batten, de Batcoinz y Climate Tech.
Una usuaria de Twitter comentó espontáneamente y en tono irónico «¿Recibieron otro cheque de USD 5 millones esta semana?». Luego opinó: «¿Cuándo admitirá su organización que la campaña en contra de la energía nuclear hace años contribuyó a la creciente dependencia del carbón? Ni siquiera hemos visto el impacto total de esas acciones».
La respuesta de Greenpeace no se hizo esperar: «El poder político de las industrias de combustibles fósiles y nuclear ha retrasado la transición a las energías renovables».
Esta persona concluye que «la mentalidad de todo o nada es la manera en que las horribles consecuencias no deseadas causan daños irreparables a la tierra».
Una conclusión respecto a este episodio de dimes y diretes en redes podría ser que todavía falta saltar el obstáculo de los ataques personales (falacia ad hominem), que empobrecen los debates.