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Bitcoin cumple las 4 funciones sociales clave de una religión, según Walshe.
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Un argumento sobre la existencia (o no) de Dios, sería aplicable a la inversión en bitcoin.
En la conferencia Baltic Honeybadger 2023, que se llevó a cabo a finales de la semana pasada en Riga, Letonia, no solo se abordaron los aspectos tecnológicos y financieros sobre bitcoin (BTC), sino también cuestiones sociales vinculadas.
Una de las exposiciones del segundo día fue la del bitcoiner neozelandés Rigel Walshe y llevó por título «Bitcoin como fenómeno religioso».
Walshe, acompañado por una presentación de diapositivas que se proyectó en la pantalla a sus espaldas, comenzó haciendo una referencia a la Apuesta de Pascal. Este es un argumento filosófico creado por el matemático francés del siglo XVII Blaise Pascal. En resumen, dice que ante la imposibilidad de saber de forma irrefutable si Dios existe o no, es conveniente creer que sí existe.
Explica el bitcoiner: «el argumento de Pascal no era que deberías creer en Dios porque si no enfrentarás una eterna condenación y el infierno, o porque las maravillas del mundo son evidencia de la creación por un poder superior de inteligencia. En cambio, su argumento era que deberías creer en Dios porque, según su apuesta, realmente no puedes saber si Dios existe o no».
Continúa Walshe: «Tienes que apostar de una manera u otra y Pascal decía que, si apuestas que Dios existe y estás equivocado, bueno, hay una pequeña pérdida. Tienes que renunciar a ciertos placeres y seguir mandamientos y todo será en vano. Pero si tienes razón, el beneficio es infinito: la eternidad en el cielo, etcétera». En cambio, para quienes deciden apostar por la inexistencia de Dios, «hay un pequeño beneficio que es no renunciar a esos placeres. Pero, si te equivocas, el costo es la eternidad en el infierno».
¿Y qué tiene que ver esto con bitcoin? Según Walshe, el argumento filosófico es perfectamente aplicable a invertir en esa moneda digital:
«Si inviertes una pequeña cantidad en bitcoin y te equivocas, pierdas ese pequeño monto. Pero si tienes razón, el beneficio es infinito. En cambio, se estás en contra de bitcoin y tienes razón, quizás ahorres ese pequeño monto. Pero, si te equivocas, te pierdes una oportunidad única en la vida de cambiar tus circunstancias. Así que el argumento que Blaise Pascal hizo para Dios es el mismo que para bitcoin. No tiene sentido estar en contra de bitcoin».
Rigel Walshe, conferencista bitcoiner
Bitcoin como una religión
Walshe continuó su relato narrando que en 2021 asistió a la conferencia Bitcoin Miami. Aunque él ya había estado en más de una decena de conferencias sobre BTC, en esa ocasión particular se vio sorprendido por la gran convocatoria. Había más de 10.000 personas.
Recuerda el bitcoiner: «Entré y vi oradores como Nick Szabo y Michael Saylor. Había miles de jóvenes escuchando a estos hombres mayores hablar de dinero. No tenía sentido». La situación le recordó a los festivales de música cristiana a los que describe como «un concierto de rock, pero diferente, en donde hay un hombre mayor hablando de Jesús».
Eso le hizo pensar que «Bitcoin es una especie de culto o religión». Con el pasar de los días siguió reflexionando en la idea y llegó a algunas conclusiones interesantes.
«Probablemente, lo primero que piensas cuando digo esto es ¿cómo puede ser Bitcoin una religión? Si no hay nada en el sistema escrito por Satoshi Nakamoto, ni en el código de Bitcoin Core, ni nada parecido, que hable de algún poder superior o religión. Pero claro que puede serlo. Si observas a los seres humanos antiguos, adoraban el sol, los animales, el mar, etcétera. Hay una larga historia de humanos tomando objetos físicos o seculares y dándoles un significado espiritual o sobrenatural. Y, si observamos hoy, este comportamiento continúa con cosas como el fútbol, y el fanatismo extremo por Estados totalitarios. El comportamiento consiste en darle a objetos una dimensión o naturaleza espiritual y adorarlos».
Rigel Walshe, conferencista bitcoiner
Lo dicho por el bitcoiner ha sido ampliamente estudiado por profesionales de las ciencias sociales. El antropólogo Edward Bailey propuso el concepto de «religión implícita», que permite analizar cualquier tipo de práctica cotidiana y preguntarse si en ella existe alguna manifestación de religiosidad.
Walshe, antes de avanzar con su exposición, hace un «paréntesis» para marcar las diferencias que él considera que existen entre religión y espiritualidad. «La espiritualidad es realmente la búsqueda de una verdad espiritual, algo que debes encontrar por ti», opina. Agrega sobre la espiritualidad que «puedes inspirarte en otras fuentes, pero debes encontrar tu propia verdad. No te la enseñan, sino que debes encontrar tus propias respuestas».
En cambio, para él, «la religión es diferente» pues se trata de «una interfaz social que consiste en la búsqueda de la verdad religiosa en conjunto con otras personas». Aclara Walshe: «Mientras que la espiritualidad trata sobre una verdad espiritual subjetiva, la religión trata sobre verdades espirituales objetivas que provienen de Dios o algún sacerdote. Estas no las encuentras por ti mismo, sino que te las enseña una institución religiosa».
Concluye esta diferenciación entre espiritualidad y religión diciendo que «la religión es una tecnología social importante porque refuerza la sociedad».
4 funciones sociales de la religión (y de Bitcoin)
Acto seguido, Walshe dio lugar a la parte central de su disertación, en la que fundamentó cuáles son las funciones sociales que comparten tanto Bitcoin como una religión. Esa es la base de los argumentos que lo llevan a pensar que «Bitcoin es una especie de culto o religión».
Contacto social
Dice Walshe que «la religión ofrece una manera para que las personas se sientan conectadas con otras para construir una comunidad, para satisfacer la necesidad de sentirse conectado socialmente con otros».
Asimismo, Bitcoin da un sentido de pertenencia a una manada. De hecho, la palabra «comunidad» es muy usada por bitcoiners (y también por simpatizantes de criptomonedas) para referirse a sus grupos.
En Bitcoin esto se observa en la existencia cada vez más numerosa de grupos virtuales y presenciales de entusiastas de la moneda digital. Estos grupos tienen sus reuniones periódicas, sus encuentros especiales, sus mega-eventos… tal como ocurre en las religiones.
Creación de sentido o significado
Añade el bitcoiner, con relación al punto anterior: «Lo que se obtiene [en las religiones], al final, es una sensación de conexión con otras personas en la búsqueda de un objetivo común. Se construye un significado: la idea de que nuestra vida no es simplemente nacer, reproducirnos y morir, sino que hay un propósito superior, una razón más elevada para que estemos aquí en la tierra».
Agrega que ese propósito, «generalmente es la búsqueda disciplinada de algún ideal puro, algo así como traer el cielo a la tierra de alguna manera. Eso brinda una filosofía coherente y un propósito con el cual orientar nuestras vidas».
Y, entre los bitcoiners, ocurre algo similar. Muchos perciben que ser bitcoiner implica una misión de vida. Consideran a esa misión como algo trascendente para su existencia y, con eso en mente, se dedican a educar sobre Bitcoin o a difundir la moneda digital.
Las alegorías religiosas no son raras entre bitcoiners. Por ejemplo, el comunicador y youtuber que se identifica como BTCAndrés, al ser entrevistado por CriptoNoticias durante su participación en la conferencia LaBitConf 2022, se presentó como «predicador de la palabra de Satoshi».
Reglas morales
La tercera función social de la religión —explica el conferencista— es brindarles reglas morales a sus adherentes. Según el ingeniero neozelandés, «la religión sostiene que hay ideas claramente morales o inmorales, y que debería haber pautas claras para que la gente sepa cuáles son. Eso nos da un conjunto de pautas claras que podemos seguir diariamente».
A continuación, detalla cuál sería el equivalente bitcoiner para estas reglas morales:
«Podrías decir que Bitcoin en sí es como un conjunto de reglas ¿verdad? Tienes cierta teoría de juegos e incentivos que motivan a los mineros a actuar en favor del interés de la red. La idea de un dinero de código abierto con un suministro limitado, sin controles, podría decirse que es un dinero moral. Pero, lo que encuentro mucho más interesante es la evolución hacia el maximalismo bitcoiner. Es un fenómeno relativamente nuevo y no hay nada remotamente similar. Si observas las criptomonedas, no verás que se discute ‘¿cuál es la manera moral de usarlas?’, como si pasa con BTC. No encontrarás nada remotamente parecido a lo que tengo en pantalla para Ethereum o Ripple o algo así».
Rigel Walshe, conferencista bitcoiner
Al decir «lo que tengo en pantalla», se refiere a lo que se observa en la imagen a continuación:
Allí pueden leerse algunos memes y también algunos textos que se han viralizado en internet. El primero de ellos se titula «Las cuatro verdades universales», que son las siguientes:
- 1) Todo lo que no es Bitcoin es una estafa.
- 2) Todo intento de cambiar Bitcoin es una estafa.
- 3) Todo intento de presionar a las personas para que gasten bitcoin es una estafa.
- 4) No deberíamos ser amables con los estafadores.
El segundo, es un decálogo de «mandamientos bitcoiners» que, traducido al español, es el siguiente:
- 1) Si no son tus llaves, no es tu bitcoin.
- 2) Deberías ejecutar tu propio nodo, a menos que quieras depender de terceros para la verificación.
- 3) No inviertas más dinero del que quieras evitar perder.
- 4) No uses wallets en línea (hot wallets) para almacenar cantidades significativas de dinero.
- 5) Ayuda a un principiante con consejos y explicaciones.
- 6) No reutilices direcciones públicas.
- 7) Contribuye a proyectos que quieras ver triunfar (revisión de código, pruebas, escritura de documentación, traducciones, donaciones, etc.)
- 8) Sé humilde. No hay expertos en Bitcoin, todos estamos aprendiendo y evolucionando.
- 9) Si necesitas mirar el precio, amplía la perspectiva.
- 10) Trátense de forma excelente entre ustedes.
Sobre este tipo de cosas, dice Walshe: «Independientemente de si crees o estás de acuerdo con estas declaraciones, o si piensas que son correctas, está claro que el maximalismo de Bitcoin está comenzando a proporcionar un conjunto claro de pautas morales para que la gente crea que, si siguen este camino, lograrán su objetivo».
Separación entre lo sagrado y lo profano
Por último, el bitcoiner asegura que, así como lo hacen las religiones, los bitcoiners también hacen una distinción ente lo sagrado y lo profano. Según él, esto se ve especialmente reflejado en el trato despectivo que se le da entre bitcoiners al dinero fíat y las instituciones relacionadas.
«Esto se ve en la imagen del dinero fíat que es el mal que corrompe todo, incluidas nuestras almas. En cambio, Bitcoin no solo es un sistema monetario o un medio de almacenar riqueza, sino una fuente de inspiración, una luz brillante en la oscuridad, que no solo nos ayuda a rediseñar el sistema financiero sino también muchas otras cosas».
Rigel Walshe, conferencista bitcoiner
Walshe se expande en su idea diciendo que «las personas extraen inspiración en Bitcoin para proyectos, elecciones dietéticas, juicios morales sobre la vida familiar, entre otras cosas». Para él, esos comportamientos no son sorprendentes debido a que es algo común en las religiones. «Y si miras cómo Bitcoin influye en nuestras vidas, no hay gran diferencia entre compararlo con el sol, la luna, las fuerzas de la naturaleza, etcétera, que tienen efectos dramáticos en nuestras fortunas», añade Walshe. Cierra esa idea al decir que «con Bitcoin se sigue ese patrón humano normal de reverenciar cosas con estas características».
Ventajas y desventajas de que Bitcoin sea como una religión
Una vez fundamentada su teoría de que Bitcoin es una especie de culto o religión, Walshe comenta que eso —al igual que ocurre con las religiones— tiene ventajas y desventajas.
«El bien de la religión» —argumenta el conferencista— «es que proporciona un sentido de comunidad, da significado, propósito, esperanza y claridad en la vida. Además, da un marco común que une a personas de diferentes orígenes, etnias y naciones bajo creencias compartidas y motiva a esas personas a trabajar juntas, cuando de otras maneras no lo harían».
Como se ha mencionado, puede considerarse que Bitcoin también comparte esas características. Ahora bien, también hay aspectos negativos en las religiones. Dice Walshe:
«Primero, está el ostracismo. Si eres extremadamente religioso, puedes ser visto como un raro o excéntrico debido a la intensidad de tu devoción, lo que puede llevarte a ser estigmatizado o discriminado. También está el celo y el desdén. Aquellos que son fervientemente religiosos pueden menospreciar a los no creyentes, creando fricción. Además, está el pensamiento grupal. La religión es una relación jerárquica con la verdad, donde esta es entregada por expertos o líderes religiosos, lo que puede promover el conformismo y hacer que algunos manipulen la religión para sus propios fines. Y, en casos extremos, puede llegarse a justificar la violencia en nombre de la religión».
Rigel Walshe, conferencista bitcoiner
Asimismo, esos comportamientos podrían verse reflejados en los bitcoiners. Aunque vale aclarar que la existencia de fervorosos maximalistas de Bitcoin suele tener como consecuencia interesantes debates e intercambios de ideas con quienes no comparten sus ideas. Hasta el momento, esos cruces ideológicos no han pasado a la violencia física o agresión desmedida.
«¿Cuál opción elegirías?»
A modo de conclusión, Rigel Walshe reflexiona sobre todo lo mencionado y deja una pregunta abierta a su público, retomando el tema de la Apuesta de Pascal, con el que se inició la charla:
«La verdadera pregunta, siguiendo la línea de Pascal, es si, teniendo el sistema financiero actual y una alternativa como Bitcoin, que no solo es una mejor tecnología monetaria, sino que también te brinda un claro sentido de pertenencia, propósito y conexión, ¿cuál elegirías?».
Rigel Walshe, conferencista bitcoiner