-
El economista Paz asume la presidencia el 8 de noviembre tras imponerse con el 54,5% de los votos.
-
Bolivia, con inflación del 7,8%, podría disparar aún más la adopción de bitcoin.
La victoria de Rodrigo Paz Pereira en las elecciones presidenciales de Bolivia, con un arrollador 54,5% de los votos en la segunda vuelta, marca un punto decisivo que pone fin a casi dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS).
Para la comunidad de bitcoin (BTC) y criptomonedas, este giro simboliza un cambio político profundo y posiciona a Paz como un potencial aliado de la moneda digital pionera, tal como lo celebran algunos usuarios en redes sociales por su Agenda 50/50.
La victoria de Paz, en un contexto de apremiante crisis económica caracterizada por una inflación del 7,8% y una severa escasez de divisas, abre las puertas a los activos digitales. Esto mediante una potencial integración regulada en la agenda estatal, marcando el inicio de una nueva era.
Aunque la magnitud del cambio que se aproxima y el alcance de la adopción de bitcoin y criptoactivos aún son inciertos, la propuesta de Paz posiciona a estos activos como herramientas clave para la transparencia y la soberanía monetaria, suscitando la pregunta: ¿podría Bolivia convertirse en un «El Salvador boliviano» para bitcoin?
En el pasado, el país andino mantuvo una de las posturas más restrictivas hacia los activos digitales en la región. Esto se debe a que, desde 2014, el Banco Central de Bolivia (BCB) prohibió su uso, citando riesgos de lavado de dinero y volatilidad excesiva.
La prohibición se endureció en 2018 al equiparar los activos digitales con «pirámides financieras». Sin embargo, esta prohibición oficial no impidió una creciente adopción subterránea, impulsada por la necesidad económica.
Luego, en 2024, tras una década de prohibir el comercio de activos digitales, el gobierno saliente de Bolivia, levantó finalmente el veto. Esta decisión allanó el camino para una expansión en el volumen de transacciones, que se disparó un 630% en los meses subsiguientes, según informó CriptoNoticias en su cobertura inmediata.
Ahora, Paz Pereira emerge como una figura central en este nuevo capítulo de Bolivia. Economista de formación y exsenador del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Paz ha cultivado una imagen centrista y tecnócrata.
Su propuesta, anclada en su plan de gobierno, busca reequilibrar el gasto público. También busca estabilizar una economía maltrecha, posicionándose como el arquitecto de una transformación que podría redefinir el rol de la tecnología en la gobernanza boliviana.
Pero ¿por qué Paz es visto como un presidente pro bitcoin y qué cambios se vienen para el sector?
Sus cambios clave:
1.- La tecnología de bitcoin para ganar transparencia
La Agenda 50/50 de Paz destina el 50% del gasto público a la eficiencia estatal. Considera a este como un pilar fundamental de integrar el uso de Tecnología de Contabilidad Distribuida (DLT, por sus siglas en inglés), mejor conocida como blockchain, en los procesos de contratación pública.
Este viraje radical contrasta fuertemente con el modelo del gobierno anterior que fue señalado por una elevada discrecionalidad y vulnerabilidad a la corrupción. Esto en procesos que anualmente gestionan alrededor de 2.000 millones de dólares en adquisiciones.
La adopción de contratos inteligentes buscaría automatizar y transparentar estos procesos. Su idea es eliminar puntos de fricción propicios para sobornos.
Algunos analistas señalaron que las propuestas de Paz ganaron visibilidad de sectores empresariales e inversores. Estos habrían puesto el ojo en el énfasis que él le puso a la estabilidad fiscal, transparencia en gobernanza y un potencial rol modelo para Bolivia en renovación democrática.
Sin embargo, los desafíos residen en la capacitación del personal, la infraestructura tecnológica necesaria y la resistencia de grupos que se benefician del sistema actual.
2.-Criptoactivos en un Fondo de Estabilización Cambiaria
Otro pilar transformador del gobierno de Paz será la creación de un Fondo de Estabilización Cambiaria. Este se centra en un mecanismo fiscal para unificar el tipo de cambio de la moneda nacional, el boliviano (BOB).
El fondo estará financiado, en parte, por el «sinceramiento patrimonial» —declaraciones voluntarias de bienes ocultos, incluyendo activos digitales como bitcoin—.
Los recursos, negociados con instituciones multilaterales, buscarían combatir la devaluación persistente del boliviano —que ha perdido un 130% de su valor en 2025—.
El mecanismo fiscal genera ingresos para el Estado sin que este adquiera directamente los activos. Y aunque no se ha mencionado nada de manera oficial, hasta ahora. Puede que una vez que Rodrigo Paz asuma como presidente, no contemple una reserva estatal de bitcoin, como la que posee El Salvador y otros países.
Adicionalmente, tras descartar financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), Paz ha dicho que los recursos del Estado alcanzan «si no roban». De hecho, en su plan para reducir el déficit, anticipa usar créditos preaprobados de multilaterales para impulsar una economía abierta. Esto, sin necesidad de nuevos préstamos.
Sin embargo, sus negociaciones con multilaterales pueden llevar a su gobierno hacia otros rumbos. Estos debido a que estos organismos suelen condicionar préstamos a políticas conservadoras. Y, en este escenario, una reserva de bitcoin podría verse como un obstáculo, similar a críticas recibidas por El Salvador, retrasando o cancelando apoyo.
En todo caso, la implementación de la agenda de Paz enfrentará múltiples desafíos. A pesar de su victoria presidencial, el PDC no ostenta una mayoría legislativa. Con ello, estaría obligado a negociar y forjar alianzas con otros sectores políticos para aprobar sus reformas. El déficit fiscal y la potencial resistencia social a ciertas medidas económicas podrían generar protestas y desacelerar el ritmo de los cambios.
Además, el Banco Central de Bolivia (BCB), una institución históricamente reacia a bitcoin y las criptomonedas, podría presentar una fuerte resistencia a la formalización de la moneda digital pionera, priorizando el mantenimiento del dólar estadounidense como principal divisa de referencia.
«Bitcoin es la certeza de tener un patrimonio que no puede ser expropiado»
En un contexto de inflación galopante y escasez de divisas que ha mermado el poder adquisitivo de los bolivianos, bitcoin se erige como un refugio financiero accesible y soberano. Así lo percibe Juan Pablo Crespo Vargas, cofundador de Bitcoin Research Bolivia, una de las comunidades sobre esta moneda digital de mayor crecimiento en Latinoamérica.
En conversación con CriptoNoticias, Crespo Vargas dijo que espera que el nuevo gobierno mejore la situación económica del país. Aunque lo que más desea es que el nuevo gobierno otorgue libertad a los bolivianos para que puedan ahorrar y tener custodia en bitcoin sin ningún tipo de complicación.
Él, como boliviano, habla de bitcoin como una solución que ofrece a aquellos sin acceso a la banca «una solución espectacular» y la posibilidad de «tener un patrimonio que no puede ser expropiado».
Para Crespo Vargas, el ascenso de Paz Pereira representa el germen de una «revolución naranja» en el país andino —una metáfora inspirada en la histórica Revolución Naranja de Ucrania en 2004, donde protestas masivas contra el fraude electoral derrocaron un régimen autoritario y pavimentaron el camino hacia reformas democráticas más transparentes y occidentales—.
Aunque este horizonte de cambio político y económico es esperanzador, con promesas de mayor inclusión financiera vía activos digitales, Crespo dice estar claro que será un camino salpicado de obstáculos.
Sin embargo, también dijo estar convencido de que nada perturbará el crecimiento de la comunidad bitcoiner en tierras bolivianas. Tampoco será posible frenar la adopción de BTC en este país andino.
Su optimismo se fundamenta, entre otros factores, en que la reciente corrección del precio de BTC, tras alcanzar un nuevo máximo histórico. Después de lo cual no ha mermado el atractivo que los bolivianos sienten por la moneda creada por Satoshi Nakamoto.
Ante la crisis —con precios disparados por inflación y subsidios energéticos en jaque—, las familias optan por recortar gastos y buscar alternativas.
Pero, por desconocimiento, muchos no miran a BTC como alternativa. «Es un error común», según Crespo.
«Mucha gente pregunta «¿pero yo no tengo 100.000 dólares para comprarme un bitcoin?». Y es por eso que Bitcoin Research emprende una campaña educativa.
«Es importante que se entienda que no es necesario contar con una cantidad fuerte de dinero. Puedes empezar a ahorrar desde un boliviano, con una pequeña fracción de bitcoin», señaló.
Crespo ve en el contexto postelectoral un «ambiente mucho más interesante» para reaprender el ahorro. «El mejor dinero duro jamás creado en la historia está a la disposición de todos, y es muy fácil de acceder; no tienes que tener documentación», argumenta, especialmente para los no bancarizados —un segmento mayoritario en Bolivia—.
Crespo reitera el llamado a la educación: «Pienso que ahora estamos en un ambiente mucho más interesante como para que la gente aprenda otra vez las bases sobre el ahorro».
Así que, mientras Paz asume el 8 de noviembre, miembros de la comunidad como Crespo apuestan por bitcoin. Creen que la moneda digital es necesaria para sobrevivir a la crisis, y transformarla en oportunidad en Bolivia, aunque este sea un cambio que llega de manera individual.