-
Descubrió que Bitcoin era el sistema que necesitaba para recibir pagos del exterior.
-
Cuenta su experiencia desde Chile, a donde emigró con respaldo económico gracias a Bitcoin.
Gabriel vivía en Venezuela. Fue parte de esa población que padece los efectos de la hiperinflación que afecta al país desde finales de 2017, alcanzando índices que lo ubican como la más alta del mundo, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta es la historia de cómo encontró alivio a través de bitcoin, logró ser el verdadero dueño de sus recursos y encontró la manera de impulsarse hacia un futuro mejor.
Los venezolanos encaran numerosos problemas de diversa índole por la crisis económica que sufre el país. A finales de 2018, la inflación crecía a una tasa superior al 100% mensual, convirtiéndose en hiperinflación.
En enero pasado, la hiperinflación llegó a superar el 200% como consecuencia de una fuerte devaluación de la moneda y en medio de ello, la calidad de vida de los venezolanos ha venido deteriorándose a un ritmo acelerado. La población, con sueldos diluidos como sal en agua, ha buscado de manera desesperada, medidas que le permitan frenar el deterioro de su estilo de vida.
En medio del panorama que aqueja a su país, en 2016 Gabriel recibió el título de Ingeniero Civil. Como todo profesional recién graduado buscó un empleo. Pero en Venezuela, un salario en bolívares no es sinónimo de estabilidad, sobre todo si se necesitan más de 50 sueldos mínimos para cubrir el sustento de un mes.
Gabriel narró para CriptoNoticias su historia de cómo conoció a Bitcoin y cómo logró “abordar” la criptomoneda como si se tratara de una tabla de surf, y la utilizó como parte de su estrategia para sortear el embate de las olas, que en Venezuela están representadas por la profunda crisis que tiende a sumergir la población en la desesperanza.
El bitcoiner que sobrevivió a la crisis en Venezuela
“En 2016 conseguí un trabajo por Internet para un país de Latinoamérica. Me pagaban en dólares, a través de la cuenta PayPal de un conocido. Él automáticamente vendía mis divisas y me depositaba el monto equivalente en bolívares”, contó Gabriel.
Todo se mantuvo bien durante dos meses, pero después de ese tiempo surgieron inconvenientes. “La persona que me apoyaba con el pago -explicó Gabriel- me dijo que le estaba costando vender los dólares, por lo cual manifestó que me pagaría un 30% por debajo que la tasa registrada por la página web Dólar Today”. Este es un portal web popular en Venezuela, para buscar referencias de la cotización del dólar en el mercado no oficial. “No me quedó otra opción que aceptar, pues a fin de cuentas, ese monto era mejor que recibir un sueldo mínimo”, dijo el ingeniero.
“Tiempo más tarde, esta persona me dijo que se había presentado un problema con la cuenta PayPal, por lo que no podía continuar recibiendo mis pagos. Yo seguía trabajando, pero sin recibir salario por no contar con una alternativa para poder recibir los dólares”.
Sin plataforma para recibir pagos
Gabriel comenzó a recibir presión de parte de su jefe, quien insistía en que encontrara una manera para pagarle los dos meses que ya tenía acumulados. “En mi desesperación comencé a investigar todos los métodos de pago posible. Solicité la tarjeta prepago Payoneer, pero ésta nunca me llegó. Escuché por allí algo de Bitcoin, pero no le di importancia, investigué superficialmente y no me convenció”.
Sin embargo, la percepción de Gabriel cambió cuando un familiar le contó sobre un amigo que tenía unas máquinas que, en Venezuela, le generaban bitcoin, y le recomendó que averiguara cómo funcionaba eso. “Comencé a investigar sobre esta criptomoneda, pero me costaba entender”.
“Después de tres meses yo todavía no encontraba la manera de recibir mi sueldo desde el exterior -continuó Gabriel- Entonces volví a llamar al conocido que me ayuda con la cuenta de PayPal, pero me dijo que aún no la había recuperado. Aproveché de preguntarle qué opinaba de Bitcoin y me dijo que ni se me ocurriera, que era muy volátil y que no tenía respaldo”.
Estafado
Para sorpresa de Gabriel, descubrió que algo irregular sucedía con sus pagos, cuando recibía el apoyo de aquel conocido. “Me enteré que esa persona vendía a buen precio los dólares que me depositaban en su cuenta PayPal, pero me los pagaba muy por debajo de ese valor, para quedarse con las ganancias obtenidas”.
“Esa situación fue la que hizo que me enfocara en buscar información sobre bitcoin y me esforzara en comprender cómo funciona, sobre todo en Venezuela. Afortunadamente, cuando le pregunté a mi jefe si podía pagarme con criptomonedas, él aceptó. Luego entendí que yo podía ser dueño de mi propio dinero”.
Gabriel recordó que cuando recibió su primer pago con BTC, su valor en el mercado era de USD 750. En pocos días el precio subió y su dinero se revalorizó. Para diciembre de ese año 2016, ya el precio de bitcoin estaba por el orden de los USD 1.200.
Preservar valor con Bitcoin
Ahora como bitcoiner, Gabriel contó cómo aprendió a preservar valor con Bitcoin y conoció sobre los altibajos del mercado:
“Conseguí un empleo bien remunerado, aún en Venezuela, relacionado con mi carrera, el cual pude desempeñar de forma paralela con el que ya tenía por Internet. Así que podía guardar los bitcoin que me enviaban del exterior.
Pasaron algunos meses y yo continuaba guardando mis bitcoin, pero repentinamente el precio volvió a bajar y perdí todo lo que había ganado. Me molesté conmigo mismo por no vender cuando el mercado estaba en alza, pero eso me sirvió para aprender cómo era el mercado y cómo funcionaba el ecosistema.
No me quedé solo con el conocimiento básico, pues busqué más allá. Aprendí a crear una paper wallet, cómo funcionan las transacciones y comisiones, cómo funcionan los protocolos BIP. Y todo me parecía una maravilla.
Ya en 2018 tras el ataque mundial con el virus WannaCry, el precio de bitcoin volvió a desplomarse y todo dejó de ser tan de maravilla. Vendí todo lo que tenía. Más tarde comprendí que fue un error, pues debí comprar más. Cosas de novatos».
Sobrevivir gracias a Bitcoin
“Gracias a bitcoin, tuve un par de años «normales», si bien no era rico, nunca pasé hambre, pude comprar las medicinas a mis padres, salía a una que otra fiesta y me daba el gustico de salir unas dos veces por semana.
Un dato irónico de mi historia es que a finales de 2017 me entero que mi conocido del PayPal, quien había regresado a Venezuela, con las tablas en la cabeza después de un tiempo en el exterior, había comprado unos cuantos antminners para generar bitcoin, lo que al principio rechazó.
Por mi parte, hace ya varios meses que emigré a Chile y puedo decir que lo logré gracias a bitcoin, porque no es fácil para una persona de clase media en Venezuela, poder comprar un boleto y tener un respaldo con el cual establecerte en otro país.
Me siento afortunado porque yo lo hice. En éste momento tengo algunos satoshis que me quedaron. Y ahora con el nuevo rally que se viene, el nuevo halving del próximo año y demás, no puedo esperar a tener la posibilidad de comprar nuevamente bitcoin, para ayudar a mi familia y seguir siendo parte de la historia del oro digital“.