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Ammous ve en Bitcoin una solución a la desindustrialización y déficits causados por la impresión.
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Las stablecoins refuerzan el dólar, pero también familiarizan a los usuarios con el dinero digital.
El dinero es el oxígeno de la economía, pero cuando se imprime sin control, se convierte en veneno. Esa visión resuena en el mundo actual, en el que la incertidumbre económica reina y el dólar muestra grietas en su corona. Mientras que bitcoin (BTC), el dinero nacido de la rebelión contra el sistema fíat, es una señal de que el camino a seguir es apagar las impresoras de dinero para salvar al planeta del colapso.
Lo anterior se desprende de la conversación sostenida entre Saifedean Ammous, asesor del gobierno de El Salvador en materia de Bitcoin, y el bitcoiner estadounidense Anthony Pompliano. En el podcast The Bitcoin Standard, Ammous planteó la radical propuesta de que la economía global transite hacia un estándar basado en la invención de Satoshi Nakamoto, dejando atrás a las monedas fíat respaldadas por la impresión ilimitada de dinero.
Ammous se muestra convencido de que bitcoin puede reemplazar al dólar como moneda de reserva global, frenando el caos económico impulsado por políticas monetarias inflacionarias. Argumenta que el dólar, pese a su dominio como moneda de reserva, enfrenta una amenaza existencial debido a la capacidad de gobiernos, especialmente el de Estados Unidos, dedicados a imprimir dinero sin restricciones.
“La impresora de dinero es la raíz de la desindustrialización y los déficits comerciales insostenibles”, afirmó, señalando que esta práctica desincentiva la producción y fomenta la especulación financiera. Según él, bitcoin, con su oferta limitada a 21 millones de unidades y su descentralización, ofrece una alternativa sólida. Esto debido a que se trata de un activo que no puede ser manipulado por bancos centrales y que se aprecia con el tiempo, como lo demuestra su crecimiento de 7.000 a 93.000 dólares en siete años.
El también escritor de libros como El patrón Bitcoin destacó que la adopción de la moneda digital no depende de cuántas personas lo usen, sino del tamaño de los saldos de efectivo que acumule.
Bitcoin será moneda de reserva global, pero le tomará más años
Con un mercado monetario global estimado en 300 mil millones de dólares, los 2 mil millones de capitalización de mercado de bitcoin representan un avance significativo, pero aún queda camino por recorrer, según como lo ve Ammous.
“Bitcoin será la moneda de reserva cuando supere los 100 mil millones, algo que podría tomar años, pero es inevitable”, predice Ammous.
Sin embargo, el auge de las stablecoins, como USDT de Tether, plantea un desafío. Esto debido a que estas monedas digitales, respaldadas por bonos del Tesoro estadounidense, facilitan el acceso global al dólar y refuerzan su dominio. Aunque Ammous reconoce la eficiencia de las stablecoins frente a monedas nacionales inflacionarias, y sostiene que no compiten directamente con Bitcoin, sino con las monedas fíat.
Además, destaca que con el uso de las stablecoins, las personas se familiarizan con conceptos como claves privadas y otros que impulsan la adopción de Bitcoin.
Ammous señala otro punto crucial, como es la decisión de Estados Unidos de conservar sus reservas de bitcoin, en lugar de venderlas. Este hecho, celebrado por la comunidad, es algo que él cuestiona porque no cree que refleje un compromiso auténtico del gobierno con bitcoin como alternativa al dólar.
“No puedes usar bitcoin para apuntalar el dólar; son competidores en un juego de suma cero”, sentenció.
En cuanto al eterno debate sobre cuál activo es mejor para el resguardo de la riqueza, ¿el oro o bitcoin?, Ammous es escéptico sobre la capacidad del metal dorado para recuperar relevancia monetaria. Al respecto, señaló que, a diferencia de bitcoin, el oro no se usa como medio de pago y su verificación es costosa, lo que limita su utilidad en un mundo digital. Incluso los bancos centrales que acumulan oro podrían volcarse a bitcoin si intentan operacionalizar un sistema de comercio basado en oro y descubren sus limitaciones prácticas.
Sin embargo, los planteamientos de Ammous no están exentos de críticas. Varios analistas argumentan que un estándar bitcoin podría generar una deflación severa y desestabilizar los sistemas financieros existentes.
Entre los detractores se encuentran David Yermack y E. Cheah, quienes han publicado estudios sobre la viabilidad de bitcoin como moneda, argumentando que su oferta fija de 21 millones de unidades podría causar una deflación severa. Esta limitación incentivaría el acaparamiento, reduciendo el gasto y desestabilizando la economía, lo que plantea riesgos para los sistemas financieros globales. Además, Yermack destaca la extrema volatilidad de bitcoin, con precios que fluctúan drásticamente, lo que, para él, lo convierte en un activo inadecuado como unidad de cuenta o medio de intercambio estable.
En todo caso, un estándar bitcoin, con su oferta fija y resistencia a la manipulación, como lo ve Ammous, promete restaurar la disciplina fiscal, equilibrar el comercio y proteger el valor de los ahorros frente a la erosión inflacionaria.