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En países con alta inflación, bitcoin ofrece autonomía frente a la devaluación.
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La desconfianza en gobiernos impulsa la adopción de bitcoin como alternativa financiera en crisis.
En Venezuela y en otros 24 países, bitcoin (BTC) está superando a las instituciones gubernamentales en la percepción de confianza ciudadana. Este fenómeno, que podría parecer contraintuitivo para algunos, es una cruda realidad en economías bajo presión, donde la estabilidad de las finanzas tradicionales es una quimera.
Esta afirmación surge de una reciente investigación que arroja luz sobre este creciente cambio de tendencia acerca de la confianza en torno a las instituciones gubernamentales.
Para comprender la rápida adopción de bitcoin en países como Venezuela, es crucial analizar el impacto del estrés financiero. Un estudio reciente realizado por el Cornell Bitcoin Club, una organización estudiantil de la Universidad de Cornell en Estados Unidos, encuestó a personas de 25 países sobre la frecuencia con la que sienten que «mis finanzas controlan mi vida».
Los resultados revelan que en países como Venezuela, Turquía, India, Kenia y Sudáfrica se reportan los niveles más altos de estrés financiero. Por otro lado, El Salvador, Suiza, China e Italia se encuentran entre los de menor estrés.
Cuando se comparan estos datos con la posesión de la moneda digital pionera, emerge un patrón intrigante. «En lugares donde el estrés financiero es agudo, bitcoin puede aparecer no solo como una inversión, sino como una alternativa financiera», señala el informe del Cornell Bitcoin Club.
Si bien «correlación no implica causalidad», la superposición es notoria. Países con mayor angustia económica a menudo muestran una mayor adopción de BTC.
En contraste, naciones con bajo estrés financiero y confianza en sus sistemas tradicionales, como Italia y Japón, suelen tener las tasas de adopción más bajas. Es en este contexto de búsqueda de estabilidad donde bitcoin brilla para muchos, ofreciendo una promesa de autonomía frente a la devaluación y la incertidumbre.
La confianza promedio en bitcoin en los 25 países encuestados se sitúa en 4,67 sobre 10, por debajo de activos tradicionales como el oro y los bienes raíces. Sin embargo, el análisis del Cornell Bitcoin Club revela adicionalmente que en 10 de estos países, la confianza reportada en bitcoin supera la confianza en el gobierno.
Este hecho no es casual; se manifiesta predominantemente en contextos donde la confianza institucional ya está gravemente erosionada, como lo manifiestan los investigadores.
Venezuela y la búsqueda de alternativas al sistema fíat
Venezuela es un claro ejemplo de esta tendencia, donde la hiperinflación y la inestabilidad económica han llevado a los ciudadanos a buscar refugios de valor fuera del sistema bancario tradicional. Aunque el caso del país suramericano no es aislado. Esto debido a que esta dinámica se replica en otras naciones con desafíos similares.
En este contexto, en Venezuela no solo hay adopción de bitcoin, sino que también otras alternativas, como la stablecoin Tether (USDT), están ganando terreno, como lo reportó CriptoNoticias recientemente.
En el país suramericano, tanto la población como las empresas petroleras, enfrentadas a problemas logísticos para pagar salarios en divisas físicas, han adoptado USDT. Algunas empresas la usan para remunerar a empleados, apoyándose en su rapidez (transacciones en segundos) y bajas comisiones frente a la banca tradicional, según el educador financiero Orlando Sevilla.
Sin embargo, esta adopción de USDT no está exenta de desafíos. El economista Asdrúbal Oliveros describe este movimiento como una “profunda transformación” en la arquitectura financiera venezolana, impulsada por la necesidad y las sanciones. Pero advierte sobre complejidades legales y contables, como la auditoría de operaciones y la conversión de USDT a dólares bancarios sin generar alertas internacionales.
Un estudio centrado en el ser humano
La investigación del Cornell Bitcoin Club se basó en una encuesta exhaustiva realizada a una muestra representativa de la población en 25 países.
La metodología incluyó un enfoque multidimensional, combinando encuestas cuantitativas, escalas de Likert, análisis comparativo multipaís y un énfasis en percepciones emocionales para entender la adopción de bitcoin en contextos de estrés financiero y desconfianza institucional.
Como se detalla en su sitio web, en total se basó en 25.000 respuestas a encuestas y más de 250 entrevistas en 25 países. «Nuestro objetivo es brindar la comprensión más completa y centrada en el ser humano sobre la adopción de bitcoin hasta la fecha», añade el grupo de investigación.
Bitcoin es soberanía y resistencia en Latinoamérica
Este hallazgo del Cornell Bitcoin Club se alinea con el auge de las comunidades de BTC en Latinoamérica, como lo apunta un artículo publicado en CriptoNoticias. En la región hay más de 39 de estas comunidades de bitcoin en 12 países, incluyendo Venezuela.
En Brasil, está Praia Bitcoin, y Satoshi Somos Todos en República Dominicana. Ambas están tejiendo economías resistentes mediante mercados P2P y educación.
Estas comunidades, impulsadas por la acción colectiva y la soberanía financiera, desafían a gobiernos fallidos que, según el Índice de Percepción de Corrupción 2024 y proyecciones del FMI (108% de inflación en Argentina en 2024, 36% proyectada para 2025), perpetúan la devaluación del dinero fíat y la exclusión del 49% de la población sin acceso bancario.
Mientras el estudio destaca cómo el estrés financiero impulsa la adopción de bitcoin, estas comunidades lo implementan activamente, utilizando su oferta limitada de 21 millones de unidades y su transparencia auditable como herramientas para contrarrestar la opacidad estatal y la pérdida de valor del dinero emitido por el Estado.
Mientras el Cornell Bitcoin Club subraya el contexto emocional detrás de la adopción, estas comunidades van más allá al construir economías horizontales que celebran la colaboración y la autonomía, según subrayan Fernando Morolese, de Praia Bitcoin, y Emmanuel Fermín, de la Federación Latinoamericana de Bitcoiners.
Con un rendimiento promedio de bitcoin del 121% en el cuarto trimestre de 2024, según CoinGecko, estas iniciativas no solo se protegen contra la inflación, sino que redefinen la prosperidad en un continente asfixiado por sistemas centralizados, opacos y excluyentes, demostrando que bitcoin es una herramienta tangible de empoderamiento frente al fracaso gubernamental.
Por todo esto, queda claro que bitcoin, con su diseño descentralizado y su oferta limitada, ofrece una narrativa de refugio seguro que contrasta fuertemente con la política monetaria a menudo inflacionaria de muchos estados. Por lo tanto, no es una cuestión de si bitcoin es inherentemente superior, sino de que el gobierno ha fallado en mantener la confianza esencial para su propio sistema.