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La empresa asegura que crea una ID digital anónima y borra la imagen del iris.
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Abogados advierten que el código generado es un dato biométrico y su borrado es casi imposible.
Más de 700.000 mexicanos han escaneado su iris con el dispositivo Orb de World, más conocido por su nombre anterior Worldcoin, un proyecto liderado por Sam Altman, CEO de OpenAI, creadores de ChatGPT, según un reportaje de Animal Político del 18 de agosto de 2025. Esta cifra representa el 74,47% de las 940.000 verificaciones reportadas en América del Norte, conforme al sitio web oficial de Worldcoin.
La iniciativa, que ofrece unidades del token llamado worldcoin (WLD) a cambio de datos biométricos, está desatando una nueva ola de alertas de organizaciones de derechos digitales por los riesgos de ceder información única e irremplazable.
Vale recordar que World es un protocolo cuyo objetivo principal es desarrollar una forma de demostrar que una persona es un ser humano y no una inteligencia artificial o un bot en internet. El token WLD es el activo digital nativo de este ecosistema, el cual se distribuye de forma opcional a personas verificadas como humanos únicos que escanean su iris a través del Orb.
Worldcoin asegura que el Orb genera un código numérico anónimo, eliminando la imagen original del iris para confirmar que alguien es un ser humano. Sin embargo, investigadores como Santiago Narváez, abogado de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) en México, advierten que las “plantillas” derivadas son casi tan sensibles como los datos originales, comparando su eliminación con “borrar una huella del pavimento”.
Narváez señaló que no encontró información pública sobre investigaciones del Instituto Nacional de Transparencia (INAI) tras consultar expedientes, a pesar de un punto de acuerdo presentado en abril de 2024 por la diputada María Eugenia Hernández (Morena) para evaluar el impacto del proyecto.
La disolución del INAI en marzo de 2025 ha dejado a México sin un organismo autónomo para supervisar estas prácticas, algo que algunos consideran necesario, sobre todo por comentarios que preocupan en la comunidad.
En lugares como Iztapalapa, personas acudieron a módulos de Worldcoin atraídas por promesas de hasta 1.000 pesos, según informes de Animal Político. Pero el proceso indica que fue confuso, ya que descargaron una app, aceptaron términos sin entenderlos y recibieron pagos iniciales de 800 pesos que cayeron a 50 debido a la fluctuación de precio del token WLD.
“Nos aseguraron que los datos estarían protegidos, pero no explicaron su propósito”, relató Samantha, una usuaria motivada por una deuda urgente.
La controversia trasciende las fronteras mexicanas. En Brasil, las autoridades suspendieron la entrega de incentivos financieros por considerarla una práctica que compromete el consentimiento. En Chile, una ONG documentó el escaneo a menores de edad. En total, el proyecto Worldcoin ha sido investigado en al menos 8 países.
Por otro lado, investigaciones de la ONG chilena Amaranta revelaron que personas en situación vulnerable, con baja alfabetización digital, entregaron datos por necesidad económica sin información clara sobre los riesgos. “El consentimiento está viciado; actúan por urgencia, no de forma libre”, afirmó Cecilia Ananías, investigadora de esa organización.
No obstante, en comunicación con CriptoNoticias, World señala que tal estudio entrevistó a una muestra de 15 personas, lo que la propia ONG reconoce como no estadísticamente significativa. Además de eso, recalca que reafirma su compromiso con la transparencia y el consentimiento informado.
Como parte de ello, menciona que las personas pueden acceder a la información del proyecto en diversos puntos, como su sitio web, su app o sus redes sociales, y hacer preguntas en espacios físicos con operadores locales.
Asimismo, precisa que World cumple con la regulación en materia de protección de datos y activos virtuales en México y en todos los países donde opera, y coopera permanentemente con las autoridades competentes en los términos que marca la ley.
De acuerdo con World, su misión no es recopilar datos ni transferirlos. «Ni TFH ni ningún tercero tienen acceso a los datos de los usuarios», asegura. Y agrega que no solicita datos de INE ni información bancaria para efectos de llevar a cabo la verificación de un World ID.
Aún así, mientras Worldcoin expande su red global de humanos verificados, la falta de regulación robusta en México y el manejo de datos biométricos plantean un dilema ético y legal. En un contexto de desigualdad y baja alfabetización digital, la idea de beneficios económicos inmediatos eclipsa los riesgos a largo plazo, dejando a miles de mexicanos en un terreno incierto donde la protección de su privacidad pende de un hilo.
Urge un marco legal sólido y una supervisión efectiva para garantizar que la tecnología no se convierta en una herramienta de explotación de los más vulnerables, puntualizan los críticos.
En este escenario, algunos miembros del ecosistema de las criptomonedas acuden a las redes sociales advirtiendo que worldcoin no debe confundirse con bitcoin, el cual fue creado como dinero descentralizado con suministro fijo, algo por lo que es considerado «oro digital».
El proyecto aclara que no ofrece una compensación económica por la prueba de humanidad. Si bien WLD puede canjearse por pesos o cualquier activo, ya que cotiza en los exchanges bajo un precio variante por la oferta y demanda, «este token no representa dinero, una contraprestación ni implica un intercambio», dice World.
Explica que «el token facilita la adopción de aplicaciones que usan World ID (la prueba de humanidad), como accesos verificados a aplicaciones o beneficios, y en el futuro permitirá a los usuarios participar en decisiones sobre el protocolo».
«World ID fue diseñado para verificar la humanidad en la era de la inteligencia artificial, no la identidad de las personas», subraya mencionando que la privacidad es la base de su ecosistema, a pesar de las preocupaciones que hay sobre el uso de sus datos.