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Contratos entre sociedades de garantías recíprocas y Pymes, se validarán mediante firmas digitales.
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La iniciativa busca darle un impulso a la pequeña y mediana empresa.
En tiempos de coronavirus (COVID-19), cuando prácticamente el mundo entero analiza la repercusión que tendrá la pandemia en todos los aspectos de la vida humana, varios expertos en Argentina, aseguran que el uso de la firma electrónica facilitará la actividad económica en medio de la cuarentena. Una nueva demostración de que la tecnología blockchain continúa abriéndose paso ofreciendo soluciones que permiten paliar los efectos de la crisis generados por la pandemia del COVID-19.
Según puede verse en la Resolución 50/2020 del Boletín Oficial de la República Argentina, los contratos celebrados entre la Sociedad de Garantías Recíprocas y los beneficiarios de los créditos otorgados del sector de las pequeñas y medianas empresas (pymes), deberán quedar registrados en una blockchain a efectos de garantizar la transparencia de los datos.
La iniciativa busca impulsar la economía del país a través del otorgamiento de créditos para las pequeñas y medianas empresas con el objetivo de facilitar su entrada en el mundo financiero obteniendo créditos y facilidades de financiamiento por parte de los bancos, una medida que les puede permitir ganar impulso pese a las graves consecuencias que, producto de la pandemia por COVID-19, está golpeando a la economía, no solo de Argentina, sino también en el resto del mundo.
«Usar la tecnología abierta de blockchain democratiza el uso de firma electrónica, y se van a digitalizar muchos más procesos que hasta ahora. Es una excelente noticia para la sociedad, y particularmente para la economía», indicó a medios regionales, Diego Gutiérrez Zaldívar, director ejecutivo de IOV Labs y fundador de la ONG Bitcoin Argentina.
Una firma digital es un proceso matemático empleado para verificar la autenticidad e integridad de datos digitales. Podemos considerarla una versión digital de las firmas escritas a mano ordinarias, pero con un nivel más elevado de complejidad y seguridad. Vale describir a una firma digital como un código vinculado a un mensaje o documento.
Después de ser generado, dicho código ejerce como prueba de que el mensaje no ha sido manipulado durante el proceso que lo lleva del emisor al receptor. Para conocer más de firmas digitales revisa el siguiente artículo de CriptoNoticias.
El sistema funciona basándose en la existencia de algunos elementos determinantes como, por ejemplo, un certificado que asocia a una persona física o jurídica con la clave privada y la pública, y de esta manera forma su identidad digital. La clave privada permanece en posesión de su titular y se utiliza para crear la firma digital con relación al documento que se desea firmar. En tanto, la clave pública es conocida por terceros y sirve para verificar que el documento ha sido firmado utilizando la clave privada de quien figura como emisor y que no fue alterado desde el momento en el que fue suscripto.
Leandro Elduayen, director de operaciones de Koibanx y vicepresidente de Bitcoin Argentina, explicó que la firma digital está reglamentada por ley en Argentina, y exige un certificado con criptografía asimétrica, con validador público y privado, de que el usuario es quien dice ser. Añadió que esta firma tiene un nivel de robustez técnica que legalmente en Argentina le otorga la misma equivalencia que a una firma hológrafa certificada.
Elduayen además, hizo énfasis en señalar la diferencia entre firmas digitales y electrónicas «cualquier otro medio o plataforma que permita firmar por internet, pero no tenga certificado, es considerado firma electrónica, no digital», aclaró.
Gutiérrez Zaldívar agregó que la medida adoptada por el gobierno permitirá que el sistema de certificación sea menos centralizado, más abierto y que haya más proveedores de servicios. Cree además, que de funcionar bien, pronto se podría digitalizar todo el sistema.
Si bien, por un lado, el gobierno de Argentina parece interesado en promover soluciones basadas en una blockchain en tiempos de COVID-19, por el otro, a principios de marzo suspendió, al menos por 180 días su plataforma basada en una blockchain para el registro digital de empresas. La medida, según las autoridades, busca establecer un mayor control y reordenar el registro de las sociedades para que la Inspección General de Justicia (IGJ) tenga injerencia en el proceso de constitución de las compañías.
A propósito del distanciamiento social necesario para detener el coronavirus, se están produciendo múltiples cambios en la sociedad, dado que la digitalización de los procesos hoy es más necesaria que nunca. De hecho, los investigadores del Banco de Pagos Internacionales (BIS) piensan que el coronavirus (COVID-19) podría acelerar la adopción de los pagos digitales y agudizar el debate respecto a las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC).