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Milena tardó un tiempo en descubrir que en Venezuela muchos emprendedores son nocoiners.
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Guiará a los comerciantes para se entiendan la diferencia entre el petro y bitcoin.
Como buena venezolana Milena sabe que guardar bolívares es un suicidio financiero. El 2019 cerró con una inflación acumulada de 7.374,4%, según la Comisión de Finanzas del Parlamento y la economía del país ha continuado en picada en 2020, sobre todo ahora, desde que el coronavirus anunció su llegada. Para protegerse de la hiperinflación, esta mirandina, un buen día decidió refugiarse en bitcoin, algo que hizo siguiendo los consejos de su hermana, lo cual ha agradecido ahora que las cosas se complican con la cuarentena.
Hace años que las cosas están bastante desquiciadas en Venezuela, la mala gestión gubernamental provocó la estampida de transnacionales. Muchas colapsaron bajo el peso de la economía local y los controles impuestos por el gobierno. La producción de alimentos en el país está por el suelo y desde hace diez años, los venezolanos batallan con la escasez, que incluso ha generado denuncias de crisis humanitaria.
Antes de la cuarentena, para cubrir el sustento de ella y sus dos hijos, Milena, ponía en práctica sus dotes de contadora; estimaba cuánto requería para realizar sus compras y luego recurría a una plataforma P2P para cambiar sus fondos en bitcoin por bolívares. Ya con su porción de bolívares en su cuenta, ella sabe que no puede dejarlo para mañana, cada minuto que pasa, la moneda nacional se desintegra. Así que, ese mismo día, debe concretar sus compras, aunque eso represente la tarea titánica de visitar, al menos, cinco establecimientos diferentes y distantes para adquirir lo que requiere. Conseguir lo que sus hijos necesitan para crecer sanos, merece cualquier esfuerzo.
Tras siete días en cuarentena, Milena descubrió que sus provisiones se agotaban, pero ella se negaba a salir. Miranda, la zona donde vive, concentra la mayoría de los casos que han dado positivo en Venezuela. Ya van 113 casos, de los cuales dos han fallecido; y junto al virus, el miedo se esparce por las calles. Hasta los negocios de alimentos que están en la zona decidieron cerrar.
Para complicar más las cosas, la irregular distribución de gasolina que desde hace un tiempo impide que la población se surta de combustible, ha comenzado a agudizar. La mayoría de las estaciones de servicio se encuentran cerradas y las pocas que están suministrando combustible, lucen abarrotadas, con gigantescas líneas que complican aún más la vida de los ciudadanos.
Salir de casa para comprar los suministros como normalmente lo hacía, no es una opción para Milena. Le aterra dejar a sus niños solos. El tanque de gasolina de su vehículo está casi vacío. Recorrer las calles, visitar establecimientos y entrar en contacto con muchas personas, en la zona con mayor número de casos, no es una opción que ella ve viable en estos momentos. Así que, su solución es buscar servicios de delivery de alimentos para reponer su despensa.
Conseguir un servicio delivery que acepte pagos en bitcoin en plena cuarentena, es su prioridad por diversas razones. Primero, porque se ahorrará el trabajo de hacer el cambio de bitcoin a bolívares, que aunque es muy económico, alguna porción de recursos se queda en el cambio y como están las cosas, poder ahorrar al máximo, es la mejor alternativa. Luego, está el hecho de pagar con el mayor distanciamiento posible, el dinero en efectivo y tarjetas de crédito o débito, es sinónimo de bacterias, así que sabe que pagar con criptomonedas, es el sistema más aséptico que existe ante las circunstancias.
Agregó la tarea en su lista de labores diarias, así que se tomaba, al menos diez minutos entre cada una de sus ocupaciones (trabajo remoto, tareas de los niños, quehacer doméstico), para solicitar información a los múltiples negocios que cuentan con servicio de delivery en Caracas, la capital de Venezuela.
-¿Aceptan pagos con criptomonedas?, preguntaba una y otra vez.
-Lo sentimos, no contamos con esa plataforma, respondía la mayoría. Mientras que, otros enumeraban formas de pago, muchos preferían los dólares en efectivo, las transferencias bancarias, Zelle o PayPal.
Ocasionalmente, tras recibir un «no» como respuesta, Milena repreguntaba: ¿me permitiría que le explique lo fácil que es recibir pagos con bitcoin y lo mucho que eso nos puede ayudar ahora que estamos en cuarentena? Algunos dejaban el mensaje en visto, y hasta hubo quien respondió: lo sentimos, ya conocemos todo lo que necesitamos saber de las criptomonedas.
Milena se tomó toda una semana para desistir de la idea de pagar su mercado con bitcoin en plena cuarentena. Después, de contactar al menos 40 establecimientos que ofrecen el servicio de entrega a domicilio, con tristeza se dio cuenta que los comerciantes del país son nocoiners. Le habría encantado tener un poder para que todos le escucharan, y hablarles de los beneficios que representa aceptar pagos con bitcoin, sobre todo cuando vives en un país como Venezuela, porque con la principal criptomoneda no existe una institución financiera que regule e intermedie las transacciones, que se realizan de usuario a usuario, y al mismo tiempo, te proteges de la hiperinflación, además de otras ventajas.
A Milena no le quedó más remedio que solicitar ayuda a un vecino que todavía contaba con medio tanque de gasolina en su vehículo para, juntos ir a comprar alimentos. Desistió de la opción del delivery cuando observó que igual tenía que recurrir a unos cinco o seis negocios para adquirir lo que necesitaba. Así, que tomando en cuenta que el delivery es costoso, gastaría tres veces más que lo requerido para ir de compras.
Mientras hacía el recorrido de establecimiento en establecimiento, le contó su travesía a su vecino, y de esa conversación surgió la idea de juntos, convocar a los emprendedores de Caracas a que conozcan un poco de criptomonedas en pequeñas charlas virtuales que comenzarán a dictar por las redes sociales mientras dure la cuarentena.
Ya se pusieron de acuerdo sobre los puntos clave en los que piensan orientar a los emprendedores y comerciantes que se unan a las conversaciones. Los puntos clave giran en torno a que actualmente en Venezuela, muchos poseen criptomonedas. El mercado local de bitcoin rompió un récord el 17 de abril del año pasado, cuando alcanzó un valor de un millón de dólares tan solo ese día. Venezuela ha ocupado el segundo lugar en el mundo en volumen de actividad en LocalBitcoins, después de Rusia. Son datos considerables, sobre todo para un país que ha estado en recesión desde hace cinco años y cuya economía se contrajo un 18 por ciento en 2018.
También, hablarán sobre el hecho de que mencionar la palabra criptomoneda en Venezuela, no siempre significa que hablas del petro como muchos creen por desconocimiento, algo que piensan desmitificar.
Por otro lado, están conscientes que es posible que a medida que la población descubra que más servicios y productos se pueden pagar con bitcoin, y lo fácil que eso resulta, sobre todo en situaciones adversas como una cuarentena; más clientes se motivarán y descubrirán la practicidad de su uso. Además, Milena y su vecino, cree que es necesario que los comerciantes de Venezuela sepan que sitios como CoinMap, SpendBitcoins, BitcoinSearchEngine y otros, ofrecen listados de los servicios que aceptan pago con la criptomoneda, ya que siempre está quien busca esos establecimientos, por lo que la publicidad gratuita, también está garantizada, entre otros beneficios.
En su libreta, Milena agregó un punto adicional, y es la ventaja del uso de bitcoins para los comercios, es que no es necesario instalar un sistema de comercio electrónico que resulta costoso, ni pagar una comisión, como en servicios de intermediarios como PayPal.