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Hoy, la vivienda es un activo financiero que atrae capital global, lo que distorsiona su precio.
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Al ofrecer un mejor refugio de valor, bitcoin liberaría a la vivienda de la presión especulativa.
Existe una extraña paradoja en el mercado inmobiliario mexicano. Por un lado, está la percepción general, compartida por autoridades y medios de comunicación, de que los alquileres se han disparado a niveles insostenibles, impulsando incluso cambios legislativos para controlar los aumentos. Por otro, los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), analizados por el economista Pablo Cotler, pintan un cuadro completamente opuesto. Estos indican que desde 2010 a 2025 la rentabilidad de los arrendadores ha caído un 42% en términos reales, ya que los alquileres han subido a un ritmo muy inferior al de la inflación.
Esta contradicción entre alquileres «exorbitantes» en zonas populares, impulsados por nómadas digitales, plataformas como Airbnb, y precios estancados en áreas con tratos informales, refleja un mercado disfuncional. Sin embargo, bitcoin, bitcoin podría ofrecer una solución radical al redirigir el capital especulativo que infla los precios de la vivienda, como propone el desarrollador inmobiliario Elias Sacal, permitiendo alquileres más accesibles en México.
La vivienda, según Sacal en el podcast Bitcoin for Corporations, ha dejado de ser un bien de uso para convertirse en un activo financiero, donde el mantra de «ubicación, ubicación, ubicación» ha sido reemplazado por «rendimiento, rendimiento, rendimiento».
Sacal se refirió a un cambio fundamental en la lógica que impulsa el mercado inmobiliario. Mencionó que, tradicionalmente, el valor de una propiedad se basaba en su ubicación geográfica, considerada el factor clave para determinar su atractivo y precio. Sin embargo, argumentó que, en el contexto actual, el mercado inmobiliario está dominado por la búsqueda de retornos financieros por encima de cualquier otra consideración.
Con «rendimiento, rendimiento, rendimiento», Sacal señala que los inversores, desde fondos de pensiones hasta grandes capitales, ya no priorizan la ubicación de una propiedad por su valor intrínseco o utilidad (como un lugar para vivir), sino que la ven como un activo financiero cuya rentabilidad es el principal motor de inversión.
Explicó que las decisiones de compra, desarrollo o alquiler de propiedades se toman en función de cuánto dinero pueden generar. Esto, influidas por factores externos como tasas de interés o flujos de capital global, en lugar de las necesidades habitacionales o el valor práctico del inmueble.
Este cambio, según Sacal, contribuye a la inflación de los precios de la vivienda y, por ende, de los alquileres, ya que el mercado está saturado por capital especulativo que busca maximizar ganancias, no satisfacer la demanda de hogares.
Por todo este capital especulativo, los márgenes de los arrendadores se erosionan, como muestran los datos del INEGI, atrapados entre precios altos y la limitada capacidad de pago de los inquilinos. Pero, en el mercado inmobiliario, pocos están considerando a bitcoin.
Redirigir el capital aliviaría los alquileres en México
Sacal, cuya empresa Grupo Murano planea convertir activos inmobiliarios en bitcoin, argumenta que este activo digital, con su escasez programada y naturaleza descentralizada, es un refugio de valor superior a los bienes raíces, como ya lo informó CriptoNoticias.
La tesis de Sacal sugiere que bitcoin podría actuar como una «válvula de escape» para el capital especulativo. Si miles de millones de dólares que hoy inflan el mercado inmobiliario en ciudades como Ciudad de México, Cancún o Monterrey se redirigen a BTC, la demanda especulativa por propiedades disminuiría. Esto reduciría los costos de adquisición para desarrolladores y arrendadores, aliviando la presión para maximizar los alquileres.
Sacal advirtió que con menos capital compitiendo por los mismos inmuebles, los precios de adquisición para los desarrolladores y arrendadores no se inflarían a ritmos artificiales. Y, adicionalmente, si un arrendador puede adquirir o construir una propiedad a un costo más bajo, no sentirá la misma presión para exprimir el máximo rendimiento de sus inquilinos.
En esencia, al «desmonetizar» la vivienda, la inversión en bitcoin podría actuar devolviéndole su función original, es decir, como hogar, no como un instrumento financiero.
Esta visión disruptiva plantea que la solución a la crisis de alquileres en México no está en más regulaciones, sino fijar la mirada hacia dónde el mundo está almacenando su riqueza.