Hechos clave:
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Antonio utiliza bitcoin como mĆ©todo de envĆo de remesas a Venezuela.
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En Brasil no existe todavĆa una regulaciĆ³n especĆfica para las criptomonedas.
Antonio es un venezolano de 35 aƱos de edad que vive en Brasil desde hace dos aƱos. Se vio obligado a abandonar su tierra natal debido a la crisis humanitaria que vive el paĆs suramericano. Lamentablemente, tuvo que viajar solo, dejando a sus seres queridos atrĆ”s, entre ellos sus padres. Esta es la historia de cĆ³mo bitcoin le permitiĆ³ ayudar a su familia en Venezuela.
Como Antonio, cada vez son mĆ”s los venezolanos que dĆa a dĆa abandonan el paĆs. El Fondo Monetario Internacional estimĆ³ que la hiperinflaciĆ³n en la naciĆ³n llegarĆa a 1.000.000% a finales del 2018 (situaciĆ³n similar a la vivida por Alemania despuĆ©s de la Primera Guerra Mundial o Zimbabue en el 2000), aƱo en que se disparĆ³ la diĆ”spora venezolana.
Se estima que durante esos doce meses, un promedio de cinco mil venezolanos emigraron diariamente, en busca de estabilidad econĆ³mica, seguridad y calidad de vida. En el mes de junio de este aƱo, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la OrganizaciĆ³n Internacional para las Migraciones (OIM) determinaron que el nĆŗmero de venezolanos que han emigrado hasta el momento asciende a cuatro millones.
La cantidad de habitantes de esta naciĆ³n se contabilizĆ³ en 28 millones en el 2018, segĆŗn datos del banco mundial. AsĆ, casi el 15% de los venezolanos se encuentra fuera del territorio, y este se ha convertido en uno de los grupos de poblaciĆ³n desplazada mĆ”s grande del mundo. La ACNUR y la OIM determinaron que en tan solo siete meses desde noviembre del 2018, el nĆŗmero de desplazados aumentĆ³ en un millĆ³n.
Los venezolanos eligen, mayormente, los paĆses de LatinoamĆ©rica para emigrar, principalmente por su cercanĆa y bajos costos de viaje, ya que en la naciĆ³n se dificulta adquirir pasaportes, boletos aĆ©reos y visas de otros paĆses. Colombia es el principal destino, con unos 1,3 millones de emigrantes. Le siguen PerĆŗ, con 768 mil venezolanos, Chile con 288 mil, Ecuador con 263 mil y Argentina con 130 mil. Brasil, por su parte, acoge a Antonio y a otros 168 mil venezolanos.
En Brasil, luego de poner sus papeles en regla, Antonio desempeĆ±Ć³ diversos oficios, hasta que comenzĆ³ a trabajar como panadero, profesiĆ³n que habĆa aprendido y perfeccionado en su paĆs natal. Este trabajo le dio la oportunidad de comenzar a ayudar econĆ³micamente a su familia en Venezuela, aunque en seguida se topĆ³ con un nuevo inconveniente: debido a las polĆticas gubernamentales que han cambiado con los aƱos y llegaron a incluir un control cambiario, el envĆo de remesas al paĆs se dificulta enormemente.
Antonio descartĆ³ el envĆo de remesas a travĆ©s del gobierno y los bancos de Venezuela. Como mĆ©todo alternativo, primero intentĆ³ enviarlas por medio de mĆ©todos de pago electrĆ³nicos como PayPal. Pero, debido a sus altas comisiones, descartĆ³ este sistema, pues perdĆa una parte del dinero que deseaba enviar. Luego de investigar un poco y conversar con otros venezolanos en Brasil y otros paĆses, descubriĆ³ que bitcoin es uno de los mĆ©todos que prefieren los emigrantes para ayudar a su familia en Venezuela.
Uno de los sitios mĆ”s utilizados para comerciar criptomonedas como bitcoin en LatinoamĆ©rica es LocalBitcoins. De hecho, los intercambios en LocalBitcoins con monedas latinoamericanas alcanzaron sus mĆ”ximos histĆ³ricos hace unos dĆas. Venezuela, por su parte, ha ocupado el segundo lugar en cuanto al comercio mundial de bitcoins en esta plataforma, siendo superado apenas por Estados Unidos. Una de las razones que podrĆa impulsar estas altas cifras es el envĆo de remesas por medio de la plataforma.
Pero antes de poder utilizar este mĆ©todo, Antonio debiĆ³ aprender sobre el funcionamiento de la criptomoneda y enseƱar a sus padres tambiĆ©n. Fue fĆ”cil, debido a que la popularidad que ha ganado bitcoin ha hecho que abunde informaciĆ³n sobre este tema y sea un tĆ©rmino bastante buscado en Google.
Posteriormente, Antonio ingresĆ³ a LocalBitcoins para hacer su primer intercambio de reales por bitcoin. Luego de cumplir con el proceso KYC o Ā«conoce a tu clienteĀ» y AML o Ā«antilavado de dineroĀ», que se utiliza para disminuir las estafas, lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, ya era un usuario verificado que podĆa realizar operaciones a cambio de bitcoins en la plataforma.
Ahora, Antonio cambia dos veces al mes una parte del sueldo que recibe en reales por su trabajo como panadero en Brasil, y lo envĆa a travĆ©s de LocalBitcoins a la cartera de sus padres, quienes pasan los bitcoins a bolĆvares una vez los reciben. Ambas partes estĆ”n enteradas de los riesgos que implica usar una cartera caliente como la de esta plataforma para almacenar los fondos, puesto que un ciberdelincuente puede atacarla con mayor facilidad.
Para reducir el riesgo, apenas Antonio envĆa las remesas, sus padres las cambian a moneda fiduciaria y disponen de ellas en el banco. Aunque, con este sistema, la inflaciĆ³n del paĆs pone en riesgo su capacidad adquisitiva, y deben realizar compras la misma semana en que recibieron las remesas de Antonio, ya que en la naciĆ³n caribeƱa los precios aumentan semanalmente.
Los bitcoins que Antonio envĆa a sus padres sirven para adquirir alimentos y algunos medicamentos, e incluso hay servicios mĆ©dicos que aceptan este mĆ©todo de pago, como el oftalmĆ³logo de su madre y el odontĆ³logo de su padre.
Aunque la crisis humanitaria que vive el paĆs y la deficiencia de los servicios pĆŗblicos impide que sus padres vivan una vida tranquila (una buena parte del dĆa no hay electricidad, Internet o agua en su casa), Antonio puede sentirse algo mĆ”s aliviado, porque puede usar bitcoin para ayudar econĆ³micamente a su familia en Venezuela.
Brasil todavĆa no tiene una regulaciĆ³n especĆfica para el uso que personas como Antonio le dan a las criptomonedas, aunque los diputados se encuentren discutiendo una regulaciĆ³n de los criptoactivos en el territorio.
De hecho, a finales de mayo, la CĆ”mara de Diputados de Brasil creĆ³ una comisiĆ³n para discutir un Proyecto de Ley que habĆa sido introducido en el 2015 por el diputado Aureo Ribeiro y fue archivado durante cuatro aƱos hasta abril de este 2019, cuando se presentĆ³ una nueva versiĆ³n del documento, sin un plazo determinado para llegar a una conclusiĆ³n.