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Autoridades suecas no quieren que la moneda sea catalogada como un criptoactivo.
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En el futuro esperan integrar a los bancos comerciales a las pruebas.
A comienzos del año 2020, el Banco Central de Suecia inició las pruebas de su propia moneda digital, llamada e-krona, debido a que la población dejó de utilizar el dinero en efectivo en los últimos años y con el objetivo de realizar pagos transfronterizos con mayor rapidez.
Tras un año de pruebas, el organismo presentó un informe en el que señalan, entre otras cosas, que necesitarán adecuar la legislación vigente, por lo novedoso de las monedas digitales de bancos centrales (también conocidas como CBDC, por sus siglas en inglés).
«Las monedas digitales del banco central son nuevas y se han vuelto relevantes en los últimos años, tanto en Suecia como en el extranjero. Por tanto, no existe legislación ni ningún ejemplo consultivo en este campo. La emisión de una e-krona probablemente requeriría una nueva legislación, independientemente del modelo, diseño y solución técnica utilizada», destaca el documento.
Agrega la entidad financiera, que una de las incógnitas del proyecto, está relacionada con el almacenamiento de las monedas y si la e-krona debería funcionar fuera de línea (sin acceso a internet), una opción que no fue probada en la primera etapa de los ensayos.
El texto presentado por el Banco Central expresa que la prueba fue realizada dentro del mismo banco, pero esperan darle forma en los próximos años. De hecho, aseguran que, en el futuro, permitirán la participación de bancos comerciales como parte de la siguiente fase del proyecto que podría extenderse hasta 2026.
Con respecto a la tecnología utilizada en el proyecto, consideran que la red donde circulan las e-krona, basada en la plataforma blockchain Corda, de la empresa R3, ofrece posibilidades, pero también es nueva y requiere de más investigación.
«La tecnología brinda la posibilidad de crear e-krona identificables de forma única, pero no se ha probado cuando se trata de procesar pagos minoristas en la magnitud y con el nivel de seguridad requeridos por la moneda digital de un banco central», indican en una nota de prensa.
La tecnología implementada genera dudas
El proyecto de la moneda digital sueca, llevado adelante por el Banco Central de Suecia, en conjunto con Accenture, dejó una estela de comentarios tras la publicación del informe sobre el primer ensayo de la e-krona.
En tal sentido, el usuario @Datavetaren que se presenta como ingeniero de software e informático, escribió en la red social Twitter que «se ha utilizado R3 Corda (basado en UTXO)», algo que considera «inútil y un desperdicio del dinero de los impuestos». Además, aseveró que el sector privado «llegó rápidamente a la conclusión de que Corda, de R3, es una mierda».
Pero los comentarios no cesaron ahí. También Miguel López, cofundador de FLOSSystems, empresa enfocada en infraestructuras virtualizadas, se unió a las críticas sobre la blockchain Corda: «Los gobiernos europeos están dispuestos a gastarse cantidades indecentes de dinero público en tecnologías inútiles u obsoletas, regando de dinero a empresas expertas en humo de blockchain (DLT) que ya fueron desechadas por el mercado».
Europeos y su expectativa sobre el euro digital
Las monedas digitales de los bancos centrales han sido objeto de discusión y debate en la Unión Europea, debido a la entrada en escena de las criptomonedas y los sistemas de pagos rápidos.
Por tal motivo, el Banco Central de Europa realizó una consulta pública que culminó a principios de este año y en la que participaron 8.221 ciudadanos, empresas y asociaciones del sector financiero, tal como informó CriptoNoticias.
Se concluyó que la privacidad en los pagos, seguridad y alcance continental, son las tres características más solicitadas por los europeos para la versión digital del euro.