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Más de 6.6 millones de BTC están en peligro de ser afectados por un potencial ataque cuántico.
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Algoritmos cuánticos como Shor podrían descifrar las claves privadas a partir de las públicas.
El riesgo que representa el uso malicioso de la computación cuántica para la ciberseguridad global es un misterio latente: no se sabe cuándo llegará ni el poder de sus efectos. Hay pocas certezas, y esta es una: si el “Q-day” ocurriera hoy, los exchanges de criptomonedas estarían en riesgo de quiebra. Así lo demuestra con datos el sitio Project Eleven en su Bitcoin-Risq-List.
El “Q-day”, o “Día Cuántico”, es el momento hipotético en que un actor maligno con una computadora cuántica logra romper algoritmos de cifrado como los usados en Bitcoin, la banca tradicional y otros sistemas de seguridad digitales.
En este escenario, los fondos almacenados por exchanges podrían ser vulnerables a un ataque que use el algoritmo cuántico de Shor para descifrar las claves criptográficas que resguardan los activos de sus usuarios.
Según Project Eleven, intercambios como Binance, Robinhood, OKX y Bitfinex mantienen cantidades significativas de bitcoin en wallets frías asociadas a direcciones potencialmente vulnerables.
El caso más notable es un monedero frío de Binance, que concentra casi 250.000 BTC en direcciones del tipo P2SH (Pagar a Hash de Script). Robinhood acumula 140.574 BTC en una dirección del tipo P2WPKH (Pagar a Hash de Clave Pública Testigo).
También destacan OKX con 44.570 BTC en P2SH y Bitfinex, con 130.010 BTC en P2WSH (Pagar a Hash de Script Testigo).
En total, la fuente estima que más de 6.6 millones de BTC, equivalentes a más de 761.000 millones de dólares, están en riesgo de un ataque cuántico debido al tipo de dirección que usan o gracias a la reutilización de direcciones para gastar salidas (UTXO).
¿Qué convierte a esas direcciones en vulnerables a la cuántica?
El principal motivo de vulnerabilidad se relaciona con la reutilización de direcciones en wallets frías, práctica habitual en exchanges centralizados.
La reutilización de direcciones implica que los exchanges ejecutan muchas transacciones desde la o las wallets asociadas a una sola dirección publica, facilitando a un atacante cuántico deducir las llaves privadas una vez que el cifrado actual sea vulnerable.
Algoritmos como Shor pueden factorizar números grandes usados en P2SH, P2WPKH y P2WSH, exponiendo fondos si no se adoptan medidas como la criptografía post-cuántica. Por los momentos, los exchanges de criptomonedas, más pronto que tarde, deberán mover sus monedas a nuevas direcciones de tipo 2PKH, P2WPKH, P2SH o P2WSH y no gastar salidas de BTC, para que no sean relevadas las claves públicas de sus wallets frías.
No obstante, esto introduciría otros problemas, como la falta de transparencia de sus pruebas de reserva, lo que no sería bien visto por usuarios y reguladores. Al mismo tiempo, podría ocasionar problemas de liquidez, en tanto que los exchanges necesitan rotar capital de manera constante para satisfacer la demanda compradora y vendedora de sus usuarios.
Si bien nadie sabe con certeza cuándo sucederá llegada del “Q-day” , CriptoNoticias reportó algunas opiniones de expertos y especialistas.
Por ejemplo, Adam Back, cofundador de Blockstream, estima que ocurrirá en “1 o 2 décadas”.
Ignacio Hagopian, desarrollador de la Fundación Ethereum (EF), sugiere un rango de y otros analistas lo ven más cercano.
Además de las estimaciones temporales, otro obstáculo que enfrentaría un potencial actor maligno cuántico sería el costo monetario que significaría una tarea de esa magnitud.