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La propuesta de Drake se centra el aumentar el límite de gas de los bloques de la red.
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Esta propuesta podría incrementar los requerimientos de hardware de nodos, centralizando la red.
El 30 de junio de 2025, en una conferencia de la comunidad Ethereum celebrada en París, Francia, Justin Drake, uno de los desarrolladores más reconocidos de ese ecosistema, presentó una hoja de ruta para escalar la red principal (L1) de Ethereum hacia lo que denominó la «Gigagas Era».
El plan de Justin Drake para la «Gigagas Era» busca revitalizar la relevancia de la capa base de Ethereum, respondiendo a las críticas de la comunidad que percibe a la L1 como relegada frente al creciente protagonismo de las soluciones de segunda capa (L2).
El avance se centra en aumentar el límite de gas de los bloques de Ethereum hasta 1 giga gas por segundo, un cambio técnico que promete, según Drake, un promedio de 10.000 transacciones por segundo (TPS):
“Tengo la certeza de que entraremos en una era de giga gas para la L1, con transacciones que consuman un promedio de 100.000 gas (cada una), lo que equivale a aproximadamente 10.000 TPS”.
Justin Drake, desarrollador de Ethereum.
El límite de gas determina cuántas operaciones computacionales puede procesar un bloque, afectando directamente la cantidad de transacciones que la red puede manejar y los costos asociados, conocidos como gas fees (comisiones por transacción).
Elevar este límite a 1 giga gas por segundo permitiría a Ethereum procesar un volumen significativamente mayor de transacciones, reduciendo esos costos y mejorando la experiencia del usuario. CriptoNoticias ya había reportado la intención de Drake de subir los niveles de gas de los bloques de la red, tras la implementación de la última actualización Pectra.
Al tiempo de este artículo, y de acuerdo con los datos del sitio GasLimit, esa medida se ubica actualmente en casi los 36 millones de gas.
La hoja de ruta para escalar Ethereum, según drake
El plan expresado por Drake no es un salto inmediato, sino un proceso gradual basado en la propuesta de mejora de Ethereum 7938 (EIP-7938).
El límite de gas de la L1 tendría un incremento de 3 veces por año durante los próximos cuatro años: en 2025 alcanzaría 100 millones de gas, en 2026, 300 millones, en 2027 900 millones, y así sucesivamente hasta llegar al giga gas por segundo en 2030, como se ve en la siguiente imagen:
Los incrementos, conforme a Drake, serán sometidos a votación por los validadores de la red. Este enfoque progresivo busca equilibrar la escalabilidad con la estabilidad de la red, evitando cuellos de botella técnicos o riesgos para la descentralización.
El núcleo de esta hoja de ruta radica en dos tecnologías: las máquinas virtuales de conocimiento cero (Zero-Knowledge Virtual Machines en inglés, ZKVM) y las pruebas en tiempo real (real-time proving).
Las ZKVM son sistemas que permiten procesar transacciones y verificar su validez mediante pruebas criptográficas de conocimiento cero, conocidas como snarks. Estas pruebas permiten a los validadores confirmar que un bloque es válido sin ejecutar todas sus operaciones, lo que reduciría la carga computacional.
“En lugar de descargar y ejecutar los bloques, un validador simplemente verifica pruebas snarks y comprueba la disponibilidad de datos mediante muestreo”.
Justin Drake, desarrollador de Ethereum.
Sin embargo, aumentar el límite de gas a 1 giga gas por segundo implica que los nodos de Ethereum podrían requerir hardware más potente para procesar bloques más grandes, lo que podría excluir a usuarios con recursos limitados y amenazar la descentralización.
En abril de 2025, Drake abordó este riesgo en una publicación en X: “Los validadores no deberían tener que descargar las transacciones de la L1 para verificar la disponibilidad de datos; no es sostenible con conexiones de internet domésticas en la frontera del giga gas. En cambio, los validadores deberían realizar muestreo de disponibilidad de datos (DAS)”.
El muestreo de disponibilidad de datos (Data Availability Sampling en inglés, DAS) permite a los validadores verificar que los datos de un bloque están disponibles sin descargarlos completamente, utilizando conexiones de internet estándar.
Este enfoque, inspirado en “danksharding” (una futura mejora de Ethereum para optimizar la disponibilidad de datos en soluciones L2), aseguraría que los nodos puedan operar sin necesidad de equipos costosos o conexiones de alta capacidad, preservando la accesibilidad para usuarios individuales.
Al implementar DAS, Drake propone mitigar el riesgo de centralización que podría surgir al aumentar los requisitos de hardware.
Por otro lado, hasta hace apenas unos años, las pruebas en tiempo real (real time proving) eran consideradas “un logro imposible”, según Drake. Sin embargo, cuatro equipos han logrado desarrollos exitosos en este ámbito, tres de ellos con soluciones de código abierto.
En el contexto de Ethereum, las pruebas en tiempo real implican generar verificaciones criptográficas al mismo tiempo que se procesan las transacciones, eliminando demoras y mejorando la eficiencia.
Esto es crucial para que la L1 se convierta en una ZKL1 (capa 1 basada en conocimiento cero), un modelo que promete combinar alta escalabilidad con privacidad, seguridad y descentralización.
Drake subrayó la importancia de la descentralización en este proceso: «La prueba es una suposición de una sola vez, lo que significa que solo necesitamos una entidad en el mundo que genere las pruebas para que estas existan. Pero, como nos importa profundamente la descentralización, queremos que este proceso sea bastante distribuido. No queremos depender de centros de datos«.
De modo tal, con la «Gigagas Era» en el horizonte, el plan de Drake podría ser el catalizador que lleve a Ethereum a un nuevo nivel de adopción global, demostrando que es posible combinar escala masiva con los principios fundacionales de las criptomonedas.