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Una persona reclamó: “¿Cómo se diferencia esto de una CBDC?”.
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Mientras EE. UU. regula stablecoins, "rechaza" a las CBDC, generando controversias.
El 20 de julio de 2025, Tether, la compañía detrás de la stablecoin USDT, congeló 85.977 USDT provenientes de una transacción vinculada a un presunto hackeo ocurrido el día anterior.
El CEO de la empresa, Paolo Ardoino, confirmó la medida, declarando: «Hecho. Bloqueamos (en colaboración con las fuerzas de la ley) los 85.977 USDT robados». Sin embargo, Ardoino no detalló el proceso utilizado para verificar que esos fondos fueron efectivamente robados.
Los 90.000 USDT fueron movidos inicialmente por un usuario de Binance, y posteriormente robados tras la interacción con un contrato identificado como Fake_Phishing1307655 por el explorador. Dicha transferencia, que fue reportada en la red X, puede observarse en la siguiente imagen extraída de etherscan:
El mecanismo de bloqueo o congelamiento de fondos por parte de Tether se basa en su control sobre el contrato inteligente de USDT en redes como Ethereum, Tron y otras.
Esos contratos incluyen funciones que permiten a Tether (o, más específicamente, a administradores autorizados) congelar direcciones específicas al usar comandos llamados “freeze” (congelar) o “blacklist” (lista negra), ausentes en redes realmente descentralizadas como Bitcoin.
Al detectar una transacción sospechosa, como el hackeo de los casi 90.000 USDT, identifica la dirección afectada y su red. En esos casos, el comando “freeze” marca la dirección como «congelada», desactivando las funciones de transferencia en el contrato sin modificar la cadena subyacente.
Opcionalmente, para recuperar fondos, Tether puede coordinar con exchanges, emitiendo nuevos tokens al propietario original y quemando los robados, ajustando el suministro, aunque esto depende de terceros y no siempre se implementa.
Así, esa capacidad de Tether, de congelar o bloquear USDT, como ya lo reportó CriptoNoticias en el pasado, ha avivado el debate sobre las implicaciones de un activo digital centralizado.
Por ejemplo, una persona respondió a la publicación de Ardoino en X: «¿Alguien puede explicar cómo esto no es exactamente lo que es una CBDC?», refiriéndose a las monedas digitales de banco central (CBDC), que son versiones digitales de monedas fiat emitidas y controladas por gobiernos o bancos centrales.
Otro comentario, aunque más crítico, señaló: «Entonces es una shitcoin centralizada. Gracias por la confirmación», usando un término despectivo para criptomonedas de baja calidad y subrayando la percepción de centralización en Tether.
Esos cuestionamientos se alinean con la reciente visión expuesta desde CriptoNoticias, que destaca cómo en EE. UU. se promete «atacar” a las CBDC mientras se las favorece indirectamente.
La Cámara de Representantes del Congreso de ese país aprobó el jueves pasado la Ley GENIUS, que regula stablecoins, estableciendo marcos para su emisión y supervisión. Ahora falta la firma del presidente Donald Trump para que esta ley entre en vigor.
Al mismo tiempo, EE. UU. impulsa la Ley Anti-CBDC, que busca impedir el desarrollo de una moneda digital estatal, reflejando un rechazo a las CBDC por temor a un control gubernamental excesivo que podría limitar la privacidad financiera.
Allí radica la paradoja: mientras se limitan las CBDC públicas, se fortalecen stablecoins con estatus legal, asemejándolas funcionalmente a aquellas.
Si bien los fundamentos de Tether a la hora de ejecutar esas capacidades se fundan en evitar conductas ilegales, como el lavado de dinero y robos, el debate sobre la privacidad y la centralización está al pie del cañón.
Y es que, interrogantes de los usuarios, en realidad funcionan como una respuesta para comprender, por ejemplo, por qué Bitcoin es Bitcoin: un protocolo descentralizado sin ser gestionado por una autoridad central que establezca las reglas por sí solo.
A diferencia de Tether y su USDT, Bitcoin opera en una red donde las transacciones se validan por los nodos distribuidos globalmente, sin intervención de una entidad única.