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Los que usaron criptomonedas en Colombia en 2024 deben declarar su renta este año.
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La DIAN establece topes de operaciones en criptomonedas que deben declararse si se superan.
La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) de Colombia intensifica el seguimiento a los movimientos económicos de los contribuyentes, incluyendo las operaciones con bitcoin (BTC) y criptomonedas, mediante el cruce de datos con bancos, empresas y entidades oficiales.
En 2025, quienes realizaron transacciones con criptoactivos en 2024 deben declarar su renta si superaron los topes establecidos, según la información recopilada por la autoridad fiscal. Este proceso, que obliga a reportar ingresos, patrimonio o consignaciones, puede sorprender a quienes no consideraban sus movimientos significativos, pero declarar correctamente evita sanciones y optimiza beneficios tributarios.
Desde hace cuatro años, Colombia exige declarar las operaciones con criptomonedas, una práctica que se consolida con el fortalecimiento de los sistemas de información exógena. Bancos, notarías, cámaras de comercio y empresas reportan a la DIAN los movimientos financieros de personas naturales y jurídicas, incluyendo transacciones con criptoactivos, explicó el analista colombiano del mercado de criptomonedas Juan Rodríguez.
El impuesto sobre la renta grava cualquier ingreso obtenido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año fiscal anterior, sin importar si proviene de criptomonedas, salarios o inversiones. En 2024, los topes para declarar renta incluyeron ingresos, compras o consignaciones superiores a USD 65,9 millones, o un patrimonio que exceda los USD 211 millones.
Un caso ilustrativo es el de aquel quien en 2024 compró y vendió USD Tether (USDT) como actividad secundaria. A través de su cuenta bancaria personal, recibió pagos de compradores y transfirió a proveedores, acumulando un volumen de operaciones superior a USD 200 millones, aunque su utilidad no alcanzó los USD 10 millones. Además, una venta de USD 30 millones a una empresa OTC, reportada como ingreso a su nombre, lo colocó por encima de los límites de consignaciones e ingresos brutos.
Como resultado, esa persona debe declarar renta en 2025, independientemente de su ganancia real, ya que la DIAN prioriza los datos reportados por terceros sobre las percepciones individuales.
La información exógena es clave en este proceso. Cada año, la DIAN recibe reportes detallados de entidades que registran transacciones, desde transferencias bancarias hasta contratos de mandato.
Estos datos, cruzados con el Rol Único Tributario (RUT), cédula o cuentas bancarias de los contribuyentes, permiten identificar quiénes superan los umbrales para declarar. No se trata solo de criptomonedas: compras, ventas, inversiones y hasta movimientos en bolsas de valores son monitoreados. La autoridad fiscal no depende de lo que el contribuyente informe, sino de lo que terceros documenten, lo que reduce el margen para omitir ingresos.
Declarar no es igual a pagar
Declarar renta, sin embargo, no siempre implica pagar impuestos. Según Rodríguez, una planificación adecuada permite aprovechar beneficios tributarios.
Hasta 1.090 UVT (aproximadamente USD 51,4 millones en 2024) de la base gravable pueden estar exentos, y las tarifas progresivas del impuesto sobre la renta varían según el nivel de ingresos.
Una declaración precisa puede ubicar al contribuyente en un rango bajo, minimizando el impacto fiscal. En cambio, errores u omisiones pueden derivar en impuestos de hasta el 39%, además de sanciones e intereses que agravan la situación.
El panorama para los usuarios de criptomonedas en Colombia refleja un sistema tributario cada vez más riguroso. Desde 2021, la DIAN ha incluido los criptoactivos en su radar, exigiendo claridad en su origen y uso. El especialista tributario Alex García explica que no declarar correctamente, o intentar evadir la obligación, conlleva riesgos significativos.
Las sanciones por inconsistencias en la declaración pueden superar el valor de los impuestos adeudados, y los intereses por mora se acumulan rápidamente. Frente a este escenario, la recomendación es clara: declarar, incluso si no se generarán pagos, protege al contribuyente de problemas futuros.
La DIAN, con acceso a un volumen creciente de datos, sabe más de lo que muchos imaginan sobre las finanzas de los colombianos. En un contexto donde la transparencia es inevitable, declarar con precisión no solo cumple con la ley, sino que optimiza la situación fiscal del contribuyente y claro, evita pagos y sanciones por evasión.