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5 estados discuten proyectos de ley que buscan exonerar los impuestos a las ganancias.
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La eliminación de impuestos es uno de los “derechos de Bitcoin” ya consagrados en EE. UU.
Una ley estadal en Estados Unidos marca un precedente al eximir las operaciones con bitcoin (BTC) y criptomonedas, de impuestos a las ganancias y otros gravámenes. En Kentucky, el proyecto HB 701, ya promulgado, establece que los activos digitales usados como método de pago no enfrentan impuestos adicionales ni retenciones basadas únicamente en su uso.
Esto significa que los usuarios de criptomonedas en ese estado pueden realizar transacciones con bitcoin sin preocuparse por cargas fiscales extras, siempre que las reglas sean iguales a las aplicadas a la moneda de curso legal.
La medida forma parte de los llamados “derechos de Bitcoin”, un conjunto de principios que buscan proteger y fomentar el uso de criptoactivos en los estados del país, como lo ha reportado CriptoNoticias.
Además de Kentucky, hay al menos cuatro estados que están explorando iniciativas similares, mediante proyectos de ley que están en pleno proceso legislativo.
Alabama, con el proyecto HB 483, propone eximir a las monedas virtuales de impuestos sobre el valor patrimonial, definiendo estas como representaciones digitales de valor que funcionan como unidad de cuenta o medio de intercambio, excluyendo al dólar o monedas extranjeras.
Arizona, mediante el SB 1015, quiere prohibir a ciudades y condados imponer tasas o impuestos a quienes operen nodos de Bitcoin desde sus hogares, declarando este asunto de interés estadal.
Montana, con el HB 453, propone que los pagos de impuestos estadales hechos con criptomonedas no generen eventos gravables para el cálculo de ganancias de capital. Y Rhode Island, a través del S 0451, busca eximir de impuestos estadales las ventas de bitcoin menores a 1.000 dólares diarios, con un límite de diez transacciones en 30 días, aunque montos superiores sí estarían sujetos a tributación.
Un panorama nuevo
Estas exoneraciones de impuestos cambian el panorama para los usuarios de criptomonedas en esos estados. Y esto es debido a que quienes usan bitcoin para compras, pagos o pequeñas ventas no ven reducidos sus fondos por impuestos a las ganancias, lo que incentiva su adopción como medio de pago cotidiano.
Por ejemplo, un residente de Kentucky que gaste 0,0004 bitcoin en una tienda no paga impuestos extra por esa transacción, siempre que el comercio acepte criptoactivos voluntariamente, ya que la ley no obliga a nadie a hacerlo.
En Rhode Island, alguien que venda bitcoin por menos de 1.000 dólares al día puede reinvertir todo el monto sin deducciones estadales, siempre que respete el límite de transacciones mensuales. Esto da flexibilidad a pequeños comerciantes o inversionistas, quienes mantienen intactos sus ingresos hasta cierto umbral.
Para la comunidad de las criptomonedas, estas leyes representan un respaldo legal que alivia la presión fiscal y fomenta la experimentación con el ecosistema de Bitcoin. Operar un nodo en Arizona, por ejemplo, queda libre de tasas locales, lo que podría atraer a más personas a participar en la red descentralizada sin costos adicionales.
En Montana, pagar impuestos con criptomonedas sin generar un evento gravable simplifica el proceso para quienes ya manejan sus finanzas en bitcoin, evitando cálculos complejos de ganancias. Estas medidas posicionan a los estados como entornos amigables para la innovación tecnológica, alineándose con una tendencia global de aceptación de las criptomonedas.
Ahora bien, en términos prácticos, que no se paguen impuestos a las ganancias de bitcoin significa que los beneficios obtenidos por la venta o el intercambio de esta moneda no están sujetos a tributación por parte de las autoridades estadales. En otras palabras, si se compra bitcoin a un precio bajo y se vende cuando su valor aumenta, la diferencia (ganancia) que se obtiene no se considera un ingreso gravable, lo que permite conservar el total de las ganancias sin tener que destinar una parte al pago de impuestos.
El Salvador es ejemplo de exoneración
Un caso comparable con el estadounidense es El Salvador, donde bitcoin fue moneda de curso legal desde 2021 y hasta este año. Allí, las ganancias derivadas del uso de BTC están exentas de impuestos. Quiere decir que un ciudadano que venda bienes o servicios en bitcoin no paga tributos por las ganancias obtenidas, siempre que la transacción sea legal.
Esta política ha impulsado la circulación de criptoactivos en EE. UU., con comercios y ciudadanos adoptándolos para pagos diarios, desde café hasta impuestos municipales. La diferencia con Estados Unidos radica en el alcance: mientras El Salvador aplica la exoneración a nivel nacional, en Estados Unidos esto depende de cada estado, creando un mosaico regulatorio donde Kentucky o Montana avanzan, pero otros aún no.
Las implicaciones prácticas van más allá de las finanzas personales. Para los defensores de las criptomonedas, eliminar impuestos a las ganancias fortalece la idea de que bitcoin es un activo legítimo con un amplio espectro de uso, no solo especulativo. En Kentucky, por ejemplo, la ley HB 701 no prohíbe gravar activos digitales si las reglas son iguales a las del dólar, lo que sugiere un trato equitativo entre monedas tradicionales y digitales.
En Alabama, la definición amplia de “moneda virtual” podría abarcar otras criptomonedas además de bitcoin, ampliando el impacto. Sin embargo, limitaciones como las de Rhode Island, con su tope de 1.000 dólares, muestran que las exoneraciones no son absolutas y buscan equilibrar incentivos con control fiscal.
Estas leyes también generan preguntas sobre el futuro. Si más estados adoptan medidas similares, podrían presionar al gobierno federal para aclarar su postura sobre los impuestos a criptoactivos, que aún aplican en todas las jurisdicciones de EE. UU.
En El Salvador, la exención total ha atraído a empresas y emprendedores del sector, algo que estados como Arizona o Montana podrían replicar a menor escala al proteger nodos o pagos. Para los usuarios, la ventaja es clara: menos trabas fiscales significan más libertad para usar bitcoin sin intermediarios ni costos ocultos.