En el décimo episodio de Separando el Dinero y el Estado, Matías Methey e Iván Gómez discuten sobre la herencia: tradicionalmente un proceso lento, caro y lleno de impuestos, abogados y burocracia. Con Bitcoin en autocustodia (especialmente multifirma con timelocks), la sucesión puede ser casi instantánea, privada y sin costos extras.
Matías describe arquitecturas simples (1-de-1 con backup, 1-de-2 para parejas, esquemas con herederos condicionales) que se adaptan a cada contexto familiar, eliminando la necesidad de que los herederos sean técnicos o incluso sepan de antemano que heredan Bitcoin. Insiste en que cada plan debe ser “a medida”, considerando variables como viajes, peleas familiares, muertes simultáneas o jurisdicciones fiscales.
La autocustodia no es solo una práctica técnica de seguridad: es la puerta de entrada a una propiedad radical e inconfiscable, la primera vez en la historia que un individuo puede ser dueño absoluto de un activo valioso sin pedir permiso a nadie.
Lo más relevante:
- Bitcoin es el primer activo verdaderamente inconfiscable si se hace autocustodia correcta.
- Delegar custodia en exchanges o instituciones es cómodo, pero repite el viejo modelo de confiar en terceros.
- La autocustodia no es paranoia: protege de gobiernos, hackers, parejas, socios deshonestos e imprevistos vitales.
- Cada plan de herencia debe ser “a medida”: depende del patrimonio, familia, país y miedos personales.
- Multifirma no multiplica la responsabilidad: robustece la seguridad y sirve como backup mutuo.
- Passphrase (palabra 13ª) eleva seguridad, pero requiere más cuidado; multifirma suele ser más simple.
- Esquemas comunes: 1-de-2 para parejas nómadas, backups familiares, herencia condicional a hermanos/hijos.
- La verdadera propiedad es “sin pedir permiso”: Bitcoin lo hace posible por primera vez en la historia.
- Autocustodia es un “despertar de conciencia” hacia soberanía total (financiera, informacional, decisoria).
- Hardware wallets (frías) son clave: la seed nunca sale del dispositivo.


