-
Los países buscan alternativas al dólar ante sanciones, mientras bitcoin gana protagonismo.
-
En un mundo multimonedas, bitcoin destaca como activo neutral con casi ningún riesgo de contraparte.
Una idea común en la filosofía y la cultura romana señalaba «Fortuna variable est» que significa «La fortuna es variable». La frase sugiere que la suerte y las circunstancias cambian constantemente y que nada es permanente. Hoy, esas palabras aplican al dominio del dólar como moneda de reserva mundial y al poder que Estados Unidos adquiere gracias a la supremacía del dólar.
Estamos en el principio del fin de la hegemonía del dólar y no cabe dudas de ello porque varios factores indican que el sistema financiero global se dirige hacia la desdolarización.
No se trata simplemente de una especulación académica; sino de un proceso real y tangible que está reconfigurando las bases de nuestro sistema económico.
Uno de esos factores que impulsan la desdolarización proviene precisamente de Estados Unidos y de su situación financiera alarmante, con un déficit fiscal crónico y una deuda que supera los 34 billones de dólares. La capacidad del país para imprimir dólares a voluntad para enfrentar su crisis podría, a largo plazo, desencadenar presiones inflacionarias devastadoras.
Si los capitales comienzan a huir de la moneda estadounidense, es seguro que la confianza que históricamente ha sostenido al dólar se debilitará. Esto no es una mera inquietud teórica; sino una realidad que ya estamos viendo reflejada en las decisiones de los bancos centrales que, en lugar de acumular dólares, están optando por diversificar sus reservas.
El oro, las criptomonedas y monedas nacionales están asumiendo un protagonismo inesperado en la escena global. Estados como China, que acumulan oro para protegerse contra la depreciación del dólar, demuestran que la desdolarización no solo es una posibilidad. Es una acción activa.
Hacia un nuevo orden monetario global
El contexto internacional influyente también está acelerando esta tendencia. Las sanciones impuestas por Estados Unidos a países como Rusia han demostrado no solo ser un arma política, sino un catalizador que ha llevado a que algunas naciones busquen alternativas al uso del dólar para evitar sanciones adicionales.
La creación de acuerdos bilaterales entre países como Rusia y China para prescindir del dólar en sus transacciones comerciales es un claro indicativo de que la hegemonía del dólar no es un hecho garantizado para el futuro.
Es lo que seguramente ven venir las grandes y pequeñas naciones que están cambiando y asegurando alianzas con rapidez, buscando protección o escape ante el dominio del dólar.
Así es como India, al optar por liquidar en rupias el petróleo que compra a Rusia, se convierte en un ejemplo más de cómo las naciones están marcando distancia o renegociando su relación con la moneda estadounidense.
No obstante, hay que tener en cuenta que las sanciones impuestas por Estados Unidos a otras naciones, como a Rusia, por ejemplo, es otro de los factores decisivos que están llevando a muchas economías en desarrollo a considerar la adopción de monedas alternativas y sistemas de pago que no dependan del dólar.
A este ritmo, es claro que el camino hacia la desdolarización es un proceso en marcha que no hará más que seguir evolucionando.
Un Futuro Esperanzador, pero Desafiante
La desdolarización podría abrir la puerta a un sistema financiero más justo y equitativo, uno que se centre en las necesidades de cada país. Sin embargo, esta transición hacia una realidad monetaria más diversificada no vendrá sin obstáculos.
Si bien es cierto que ya inició, es seguro que al proceso de la desdolarización le tomará tiempo y no será lineal. Tampoco quiere decir que desaparecerá el dólar estadounidense o que alguna otra moneda ocupará su lugar.
En cambio, lo que viene es un mundo multimonedas, donde ninguna será dominante, pero donde bitcoin jugará un papel fundamental, como activo neutral, con casi inexistente riesgo de contraparte, y por ello, clave para las empresas, instituciones, bancos, Estados y demás, que le tendrán en sus balances, como ya sucede.
Sin embargo, las stablecoins respaldadas por fiat reguladas por los EE. UU. pueden ofrecer una contranarrativa novedosa que puede ampliar el poder global del dólar y mitigar los impactos de la desdolarización. Incluso, le retrasarán por un largo tiempo.
Mientras tanto, bitcoin seguirá ganando tereno para destacar como una opción viable que impulsa la evolución del concepto del dinero.
Con su carácter descentralizado, su resistencia ante las crisis financieras y su capacidad para ofrecer una alternativa al control estatal, es plausible imaginar un futuro en el que bitcoin no solo coexista con las monedas tradicionales, sino que se convierta en la opción preferida de millones.
Así, lo que hoy muchos podrían entender como una catástrofe con la desdolarización, y por el otro lado, una revolución financiera con dinero que evita la emisión infinita de los Estados, lo que surge es la promesa de un nuevo orden monetario.
En ese escenario bitcoin se presenta como la moneda con la que se realizan las transacciones cotidianas, pero en definitiva, Bitcoin podría no ser solo el futuro del dinero, sino el verdadero futuro de nuestra libertad financiera.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.