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La estructura temporal de volatilidad de ETH mostró una inversión persistente en mayo.
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El destacado rendimiento de ETH se vio impulsado por varios factores.
El pasado mayo de 2025 marcó un hito para Ethereum. La criptomoneda nativa de esta red, ether (ETH), registró una dislocación significativa en su volatilidad implícita frente a bitcoin (BTC), alcanzando niveles no vistos en cinco años.
La volatilidad implícita, un indicador clave en el mundo de las opciones, mide las expectativas del mercado sobre las fluctuaciones futuras del precio de un activo durante la vida de un contrato de opción.
En términos simples, refleja cuánto creen los inversores que un activo podría moverse, ya sea al alza o a la baja, en un período determinado. En mayo, las opciones de ETH mostraron una volatilidad implícita notablemente superior a la de BTC, según un reciente informe del exchange Bybit.
A principios de mayo, la relación de volatilidad implícita de ETH frente a BTC para opciones a siete días se situaba en 1,5 veces mayor que la volatilidad implícita de BTC, lo que indica que los inversores esperaban un movimiento de precios en ETH un 50% mayor que en BTC.
Sin embargo, para el 16 de mayo, esta relación se disparó hasta superar el doble, marcando un máximo no registrado desde 2020. Este aumento coincidió con una caída significativa en la volatilidad implícita de BTC, que rompió su mínimo del 35% sostenido durante más de 19 meses, alcanzando niveles no vistos desde octubre de 2023.
Por su parte, la volatilidad implícita a corto plazo de ETH, aunque ligeramente por debajo de su pico del 10 de mayo, se mantuvo elevada.
Además, el diferencial de volatilidad fue especialmente notable en las opciones a 30 días, donde alcanzó su punto más alto desde mediados de 2022, como se aprecia en el siguiente gráfico. Esta divergencia subraya un cambio en la percepción del mercado, con ETH posicionándose como un activo de mayor dinamismo frente a un BTC más estable.
Volatilidad realizada: la confirmación de una tendencia
La volatilidad implícita no fue el único indicador que destacó la divergencia entre ETH y BTC. La volatilidad realizada, que mide los movimientos reales de los precios en el pasado, reforzó esta tendencia.
En mayo, la volatilidad realizada de ETH superó ampliamente a la de BTC en varios plazos, alimentando las expectativas de que la disparidad entre ambos activos continuaría.
El 15 de mayo, la relación de volatilidad realizada a siete días entre ETH y BTC (blanco) alcanzó su punto máximo, como se puede apreciar en el gráfico, seguida de cerca por la relación de volatilidad implícita. Esto sugiere que los participantes del mercado no solo observaron una mayor fluctuación en ETH, sino que también anticiparon que esta tendencia persistiría.
De hecho, la relación de volatilidad entre ETH y BTC ha mostrado un aumento constante desde julio de 2024, tanto en períodos de alzas como de tensiones en el mercado, lo que indica una dinámica estructural más que un evento aislado.
Factores detrás del auge de Ethereum
El rendimiento destacado de ETH en mayo no fue casualidad. Varios factores convergieron para impulsar su precio y su volatilidad.
En primer lugar, noticias comerciales positivas entre Estados Unidos y el Reino Unido generaron un impulso alcista. El 8 de mayo, ETH se disparó más de un 23%, mientras que BTC, aunque también en terreno positivo, creció aproximadamente un 10% en el mismo período.
A pesar de este repunte, ETH sigue más de un 50% por debajo de su máximo de enero de 2025 y de su récord histórico del 2021, lo que sugiere un amplio margen para el crecimiento.
Otro catalizador clave fue la actualización de Pectra, implementada en la red principal de Ethereum en mayo. Esta mejora técnica optimizó la escalabilidad y la eficiencia de la red, reforzando la confianza de los inversores en el ecosistema Ethereum.
A su vez, el creciente interés institucional jugó un papel crucial. Justo esta semana, el 16 de junio, los ETF de ether alcanzaron un hito financiero, con un volumen de ETH bajo custodia que superó los 3,9 millones de unidades por primera vez desde que fueron emitidos en julio de 2024, como lo reportó CriptoNoticias.
Este aumento refleja una “fiebre institucional” por ETH, ya que los ETF ofrecen a los inversores corporativos un vehículo regulado para exponerse a la criptomoneda.
El impacto de los ETF en el precio de ETH es directo: las empresas gestoras deben custodiar el activo subyacente para respaldar sus acciones, lo que reduce la oferta circulante y puede presionar los precios al alza.
Además, empresas como BTCS Inc. y SharpLink han emitido bonos convertibles para financiar compras de ETH sin depender de sus ingresos operativos, una estrategia que evidencia la confianza en el potencial de la criptomoneda.
Perspectivas futuras: ¿un despegue inminente?
La combinación de señales técnicas y fundamentales ha llevado a analistas como Tommaso Scarpellini, detrás de la columna Financial Serenity, a prever un futuro alcista para ETH.
Según el analista, la criptomoneda podría “ganar velocidad” en los próximos meses, impulsada por su creciente adopción institucional y las mejoras continuas en la red Ethereum. Además, ETH comienza a captar la atención de empresas y fondos de inversión que buscan diversificar sus tesorerías, lo que podría consolidar su posición como un activo estratégico en el panorama financiero.
En este contexto, la dislocación en la volatilidad entre ETH y BTC no es solo un dato técnico, sino un reflejo de las dinámicas cambiantes en el mercado de criptomonedas.
Mientras BTC mantiene su rol como reserva de valor, ETH se consolida como un activo dinámico, impulsado por su utilidad en aplicaciones descentralizadas y su capacidad para atraer capital institucional. Con una recuperación de precios en marcha y un ecosistema en constante evolución, Ethereum parece estar preparándose para un nuevo capítulo en su historia.