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La batalla se definirá entre la eficiencia y la interoperabilidad de ambos sistemas.
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Como defensa, SWIFT integra wallets y operaciones con criptomonedas en su sistema heredado.
Durante décadas, hablar de transferencias internacionales era sinónimo de hablar de SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication). Y eso es porque la red interbancaria ha sido la columna vertebral indiscutible del sistema financiero global, un gigante que parecía inamovible.
Sin embargo, una nueva era de tecnología financiera, liderada por soluciones como Ripple, está tocando a su puerta, amenazando con redibujar el mapa del poder financiero. Ahora el debate se centra en ¿cuánto del monopolio de SWIFT cederá ante el sistema basado en criptomonedas que está en crecimiento?
Para entender la amenaza que Ripple representa, primero hay que comprender la ineficiencia fundamental del sistema actual. Como explica Sal Gilbert, analista en finanzas y ETF de la firma Teucrium, para poder liquidar pagos, el modelo de SWIFT obliga a los bancos a mantener capital «congelado» en cuentas por todo el mundo.
Estas cuentas son conocidas como nostro/vostro, las cuales permiten a los bancos realizar transacciones en moneda extranjera sin necesidad de convertir constantemente su moneda local.
«Si quieres enviar dinero de Miami a Tokio, los bancos tienen que tener dinero en Tokio y en Miami», señala Gilbert. Esto significa que si un banco en Miami quiere enviar 10.000 dólares a un cliente en Tokio, debe tener fondos en una cuenta nostro en yenes en un banco japonés. Así, el banco de EE. UU. transfiere los fondos a través de SWIFT, un proceso que puede tomar días y requiere mantener un saldo suficiente en la cuenta nostro en Japón.
Esa capacidad de desbloquear valor es, según Gilbert, el verdadero catalizador que podría impulsar a los bancos a migrar sus flujos de transacciones. Agrega que es dinero que no se puede prestar, invertir ni utilizar para generar crecimiento. Y aquí es donde Ripple irrumpe con una solución radicalmente diferente.
Significa que utilizando su activo digital, XRP, como un «puente» neutral, Ripple permite a las instituciones financieras mover valor de forma instantánea y directa, sin necesidad de prefinanciar cuentas en el extranjero.
Aunque cabe señalar que esto es posible también hacerlo mediante otros criptoactivos, como bitcoin (BTC). De hecho, esta semana anunció el banco SoFi Technologies que usará este activo para agilizar las remesas en dólares de Estados Unidos a México.
¿Fin del dominio de SWIFT?
Gilbert prevé que, en el futuro, los informes bancarios podrían incluir dos columnas: «tanto en SWIFT como en blockchain».
«La proporción de SWIFT disminuirá, mientras que la de blockchain aumentará», señala Gilbert distinguiendo que eso es un gran problema para la gigante red bancaria tradicional.
Desde hace años, Ripple Labs ha prometido revolucionar el sistema bancario con su tecnología y su criptomoneda XRP, posicionándola como una alternativa al sistema SWIFT, conocido por ser lento y costoso pese a conectar a más de 11.000 instituciones en 200 países. Sin embargo, los rumores de una posible alianza entre Ripple y SWIFT, avivados recientemente, carecen de confirmación oficial.
Aunque Ripple participó en pilotos de interoperabilidad con SWIFT en 2023, no hay evidencia concreta de una integración, y la empresa ha estado más enfocada en su stablecoin RLUSD y en resolver disputas legales que en consolidar una alianza con SWIFT.
Disrupción vs. adaptación: La batalla entre Ripple y SWIFT
No obstante, ante la amenaza existencial, SWIFT no se ha quedado de brazos cruzados. En un movimiento estratégico, la organización anunció una actualización de su estándar de mensajería global, ISO 20022, que entrará en vigor en noviembre de 2025, tal como fue reportado por CriptoNoticias.
Esa actualización es, en esencia, un reconocimiento de que el futuro es multiactivo y que ignorar las criptomonedas ya no es una opción.
La nueva versión de SWIFT introducirá tres cambios fundamentales:
- Reconocerá wallets de criptomonedas mediante un nuevo formato (BCAW) que permitirá incluir direcciones de monederos digitales como origen o destino de una transacción.
- Integrará oráculos de precios como fuentes de datos estandarizadas para verificar el valor de los activos digitales en una transacción.
- Definirá las comisiones de red, permitiendo especificar explícitamente las tarifas (network fees), un costo inherente a las operaciones con activos digitales que el sistema actual no contempla.
Después de todo, estas dos estrategias, una de disrupción nativa y otra de adaptación, revelan la verdadera naturaleza de la batalla que libran SWIFT y Ripple.
Aunque Sal Gilbert no lo expresa explícitamente, su análisis sobre la eficiencia de Ripple para liberar capital, en contraste con la decisión de SWIFT de integrar funciones con criptoactivos, sugiere que esta última solo está añadiendo capas de modernidad a una infraestructura heredada.
Ripple, por su parte, no necesita adaptación, ya que su tecnología y XRP están diseñados específicamente para transacciones transfronterizas.