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Inversores corren al oro como modo de protegerse de la devaluación del dinero fíat.
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A futuro, bitcoin puede constituirse como la opción digital preferida de reserva de valor.
El oro marcó un hito al alcanzar los 3.816 dólares por onza durante la jornada de hoy, registrando un aumento del 45% en el último año. Este ascenso refleja la búsqueda de los inversores por activos seguros frente a la devaluación de las monedas fíat, en un contexto de incertidumbre económica global.
La reciente decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir las tasas de interés, con una inflación superior al 3%, ha impulsado esta tendencia. Además, la posibilidad de un cierre parcial del gobierno estadounidense, ante la fecha límite del 30 de septiembre para aprobar el presupuesto federal, intensifica la demanda de refugios seguros.
Un cierre ocurre cuando el Congreso no logra consensuar ni promulgar la legislación necesaria para financiar las operaciones de las agencias federales, generando inestabilidad.
A continuación, se presenta un gráfico del precio de la onza de oro desde 1971 hasta la actualidad. Esta temporalidad permite observar la evolución del metal a lo largo de décadas, destacando su rol como refugio en tiempos de crisis económicas, como la inflación de los años 70, la crisis financiera de 2008 y la reciente incertidumbre global.
En este escenario, el boletín financiero The Kobeissi Letter señaló que “el oro sabe lo que viene a continuación”. Esta expresión sugiere que el metal anticipa períodos de mayor incertidumbre económica o financiera, actuando como un indicador de posibles turbulencias, como una crisis monetaria o tensiones geopolíticas, que históricamente han elevado su valor.
Por otro lado, el comportamiento del oro activa alarmas en el mercado de bitcoin (BTC). Aunque históricamente se ha visto que los movimientos del oro preceden a los de bitcoin, esta correlación no se ha manifestado recientemente.
La semana pasada, bitcoin cayó a 108.000 dólares, pero se recuperó a 112.200 dólares en la jornada actual, como se aprecia en el siguiente gráfico. Sin embargo, octubre, que comienza este miércoles, podría cambiar esta dinámica. Como ha reportado CriptoNoticias, desde 2013, este mes ha cerrado en positivo para bitcoin en 10 ocasiones, con solo dos excepciones en 2014 y 2018, consolidándolo como el mes más alcista para la moneda en la última década.
Tanto el oro como bitcoin se posicionan como activos complementarios para diversificar carteras, pero sobre todo, la moneda digital, gracias a su baja correlación con otras clases de activos, su oferta limitada y su función como protección contra la inflación y las tensiones geopolíticas.
Instituciones como Deutsche Bank destacan la “maduración” de bitcoin dentro de carteras y su correlación de rendimiento con el oro, proyectando un rol creciente de la moneda digital en reservas privadas y, eventualmente, en balances oficiales hacia el final de la década.
A medida que la volatilidad de bitcoin disminuya con el tiempo, su adopción podría fortalecerse. Esta creciente correlación entre ambos activos se acentúa en momentos de incertidumbre global, cuando los inversores buscan resguardar su capital frente a la inflación, el endeudamiento excesivo y los desequilibrios económicos.