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Se necesita una actualización consensuada de la red Bitcoin, dice Edwards.
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Capriole ha lanzado un índice cuántico como protección contra el riesgo de bitcoin.
La seguridad de Bitcoin se enfrenta a un desafío que, aunque futurista, comienza a mover las fichas del mercado, se trata de la llegada de la computación cuántica potente.
Recientemente, se ha observado un movimiento significativo en la distribución del suministro de bitcoin (BTC) a través de distintos formatos de direcciones, un fenómeno que algunos analistas interpretan no como una simple toma de ganancias, sino como una «limpieza del sistema» proactiva ante el riesgo cuántico.
Este movimiento, impulsado en parte por la preocupación sobre la exposición de las claves públicas en direcciones de Bitcoin, pone el foco en la necesidad de una actualización de protocolo para asegurar la resistencia a largo plazo.
El analista de mercados, Willy Woo, ha puesto en alerta a la comunidad sobre la inminente «era de las grandes y temibles computadoras cuánticas (BSQC, por sus siglas en inglés)». Anteriormente, la seguridad se centraba exclusivamente en la protección de la clave privada (la frase semilla), pero Woo explica que, con la llegada de los BSQC, también es crucial proteger la clave pública.
La razón es que una computadora cuántica suficientemente avanzada podría deducir la clave privada a partir de una clave pública expuesta.
Woo señala que las direcciones Taproot actuales, que comienzan con «bc1p», incorporan la clave pública en la dirección, lo cual las hace especialmente vulnerables al algoritmo de Shor en cualquier momento. En contraste, los formatos anteriores ocultan la clave pública tras un hash, lo que dificulta su descifrado.
Pasos concretos que sugiere Woo
Para mitigar este riesgo de forma individual, Woo ha propuesto una serie de pasos provisionales para los usuarios. El primero sería crear una nueva cartera SegWit que comience con “bc1q” o utiliza formatos más antiguos que comiencen con “1” y “3”. En segundo lugar, sugiere enviar todos los BTC a esta nueva dirección segura.
En tercer, Woo propone continuar acumulando satoshis en la nueva dirección. «Nunca envíes BTC desde esta dirección, ya que al hacerlo se expone la clave pública y se la hace vulnerable a un ataque BSQC», expresa el analista.
Como cuarto paso, Woo cree que hay esperar a que la red Bitcoin se actualice a un protocolo resistente a la computación cuántica, un proceso que, según estimaciones, podría tardar varios años.
El último paso, es que cuando la red no esté congestionada, se envíen los BTC a la nueva dirección segura cuántica que se desarrolle, aceptando que, durante la breve transacción, la clave privada se revela, aunque con un riesgo de robo bajo en ese corto lapso.
La migración de Taproot y la «cuantificación» de bitcoin
Un gráfico compartido por Woo ilustra una tendencia de mercado que parece apoyar su tesis. Hay una disminución reciente en el porcentaje del suministro de bitcoin almacenado en direcciones Taproot (P2TR) desde principios de 2024.
Este retroceso en la adopción del formato más reciente, sumado a movimientos desde formatos aún más antiguos, está siendo interpretado como una señal de venta masiva, pero para Woo esto es una «migración proactiva de monedas hacia formatos más resistentes».
La lógica detrás de esta «limpieza» es la vulnerabilidad cuántica diferencial, dice Woo. Las direcciones Taproot exponen la clave pública de inmediato. Por otro lado, los formatos SegWit (P2WPKH/P2WSH) son considerados más resistentes, ya que solo exponen la clave pública cuando los fondos se gastan por primera vez, permitiendo una ventana de tiempo para una posible migración o actualización antes de un ataque.
Por lo tanto, el movimiento fuera de Taproot y otros formatos antiguos podría ser un esfuerzo por «cuantificar» los BTC, trasladándolos a direcciones SegWit no reutilizadas para fortalecer su seguridad a largo plazo.
La crítica a la solución individual y la necesidad de una actualización consensuada
A pesar de las medidas preventivas sugeridas, la firma de inversiones Capriole, a través de su fundador Charles Edwards, ha expresado su escepticismo sobre la efectividad de una estrategia basada únicamente en la acción individual del usuario, como la propone Woo.
Edwards sostiene que, si la seguridad cuántica de Bitcoin depende de que los usuarios realicen operaciones perfectas y meticulosas, el valor podría ser 0 dólares.
La crítica se centra en que depender de la perfección del usuario es irreal —la gente es «perezosa, falible y tiene vidas»—, lo cual minaría la adopción de la tecnología al eliminar el tráfico transaccional, dice Edwards.
Además, un riesgo persistente es el 30% del suministro total de BTC que se encuentra en formatos de direcciones más antiguos y potencialmente vulnerables (p2pk o monedas perdidas), que podrían ser robados, inundando el mercado y socavando la tesis de bitcoin como «dinero duro».
Para Edwards, «la única esperanza de Bitcoin reside en una actualización consensuada de la red, acordada en 2026». Mientras se espera una solución a nivel de protocolo, Capriole ha lanzado un Índice Cuántico, un producto financiero diseñado como cobertura contra los riesgos que la computación cuántica podría plantear a la seguridad de la red Bitcoin, como lo reportó CriptoNoticias.
Este índice agrupa a empresas que trabajan en el desarrollo de tecnología cuántica, ofreciendo una forma de mitigar el temor a que ordenadores cuánticos rompan los algoritmos criptográficos que protegen la red.