-
Actualmente, ni Ricardo Salinas Pliego ni Ray Dalio recomiendan invertir en propiedades.
-
A diferencia de los inmuebles, cuyo stock puede crecer, bitcoin cuenta con un suministro fijo.
El empresario Brandon Turp generó debate al afirmar esta semana que poseer un solo bitcoin (BTC) será un «flex» cien veces mayor que tener una flota de propiedades en alquiler.
La expresión «flex» se refiere a una muestra de poder, prestigio o riqueza. Es por eso que, bajo su perspectiva alcista a largo plazo para bitcoin, Turp invita a «elegir sabiamente» ante tal disyuntiva.
El principal argumento a favor de la creación de Satoshi Nakamoto radica en su suministro limitado y definido. A diferencia de las propiedades, cuyo número puede incrementarse con la construcción continua de nuevas viviendas, el protocolo de Bitcoin establece un tope máximo de 21 millones de unidades. Por esta característica muchos acuden a él para protegerse de la inflación.
Por el contrario, las propiedades no tienen un límite fijo. Aunque construir casas no ocurre de la noche a la mañana, con el tiempo siempre se pueden edificar más, lo que incrementa la oferta y evita que mantengan una verdadera escasez. Esto las hace menos resistentes a la pérdida de valor.
Aunque la visión de Turp presenta a bitcoin como un activo revolucionario frente a los inmuebles, es importante recordar que se trata de una opinión y no de una garantía de resultados. Al fin y al cabo, el precio de BTC está determinado por la oferta y la demanda en el mercado, las cuales están estrechamente ligadas al nivel de confianza de los inversores. Además, su volatilidad puede ser alta, especialmente en el corto plazo.
Por tanto, antes de decidir invertir en bitcoin, bienes raíces o cualquier activo, es fundamental evaluar los riesgos y nunca destinar más de lo que se está dispuesto a perder.
En este punto vale la pena hacer un paralelismo con la visión del mexicano Ricardo Salinas Pliego, una de las figuras corporativas más influyentes de América Latina, quien en julio se mostró contundente al recomendar a la comunidad vender sus inmuebles y comprar bitcoin. En una entrevista, explicó que, aunque la mayoría de las personas ve sus viviendas como una forma de ahorro, para él esta no es una estrategia competitiva frente a BTC.
Para el multimillonario, bitcoin no solo es un refugio financiero, sino una herramienta para la emancipación personal frente a un sistema económico que califica como «fraudulento». Su recomendación incluye la idea de usar la vivienda como lugar para vivir, pero no como inversión, y priorizar a BTC para proteger el patrimonio.
Rentabilidad y generación de ingresos: una comparación
No obstante, algunos miembros de la comunidad señalan que, aunque la creación de Satoshi puede servir como reserva de valor por su escasez, las propiedades en alquiler generan un flujo constante de ingresos pasivos, algo que BTC no ofrece de forma directa. Sin embargo, esto no es del todo cierto, pues sí es posible generar ingresos pasivos con BTC a través de préstamos, staking o minería.
Por otro lado, algunas personas valoran la simplicidad de mantener bitcoin frente a los bienes raíces, destacando que «no hay llamadas de inquilinos a medianoche ni impuestos que se acumulen». Además, es resistente a la confiscación.
Otros comparten que, tras años de poseer propiedades en alquiler, decidieron venderlas para acumular más bitcoin, reconociendo al activo como una pieza fundamental dentro de sus portafolios.
Complementando estas opiniones, el inversor estadounidense Ray Dalio recientemente expresó su escepticismo respecto a las propiedades como estrategia de inversión en el contexto económico actual.
«Comprar y mantener bienes raíces no es una estrategia efectiva por varias razones», manifestó Dalio, resaltando que las propiedades son muy sensibles a las tasas de interés, fáciles de gravar y su carácter fijo dificulta diversificar o mover el capital a otras oportunidades.