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El senador Bill Hagerty afirmó de manera rotunda que la ley GENIUS será aprobada.
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El funcionario cree que las stablecoins son cruciales para modernizar los pagos en EE. UU.
Durante uno de los paneles de la Bitcoin Conference 2025, el senador estadounidense Bill Hagerty subrayó la urgencia de aprobar la legislación que impulsa en el Senado para regular las stablecoins. Afirmó que estos activos no solo modernizarán el sistema financiero de EE. UU., sino que también fortalecerán la competitividad del país y ayudarán a restaurar el liderazgo global del dólar.
Hagerty explicó que la ley busca establecer un marco regulatorio claro y eficaz para las monedas estables. Aunque reconoció los retrasos en el proceso legislativo —que atribuyó a sectores del Senado liderados por la senadora Elizabeth Warren—, se mostró optimista: «Vamos a aprobar esta ley y veremos a Estados Unidos recuperar su competitividad como nunca antes».
Uno de los principales beneficios de su propuesta, según el senador, es que permitirá reducir considerablemente los riesgos asociados a las demoras y fallos en las transferencias de dinero, gracias a la velocidad y eficiencia que ofrecen las stablecoins. «Nuestro sistema de pagos se basa en una infraestructura de los años 70 y 80: es obsoleta, introduce riesgos y retrasa las operaciones durante días. Por el contrario, esta tecnología permite transacciones casi instantáneas, lo que también reduce costos y disminuye la necesidad de mantener grandes sumas inmovilizadas mientras se procesan los pagos», explicó.
Para Hagerty, este avance no sólo implica un salto tecnológico, sino también un paso crucial en términos de geopolítica. «La legislación sobre stablecoins podría ser clave para restaurar el liderazgo del dólar a nivel mundial», afirmó. «El dólar ha sido la moneda de reserva global durante varias décadas, pero esa posición se ha ido debilitando con el tiempo. Esta ley puede revertir esa tendencia, aumentar la demanda de bonos del Tesoro y reforzar nuestra posición frente a actores que no comparten nuestros intereses, como el Partido Comunista Chino».

La protección al consumidor fue otro de los ejes centrales que destacó el legislador. Según Hagerty, exigir que las stablecoins estén respaldadas uno a uno con activos seguros, como bonos del Tesoro a corto plazo, aportará certidumbre al sistema y ofrecerá una protección sin precedentes a los usuarios.
Finalmente, el impulsor de la ley GENIUS habló sobre su compromiso con el presidente Donald Trump, con quien ha mantenido reuniones para discutir el potencial de esta tecnología: «Le prometí que impulsaría esta legislación en los primeros 100 días. Aunque nos hemos retrasado un poco por el proceso burocrático del Senado, seguimos trabajando con rapidez. Trump está motivado para firmarla y llevar al país de lleno al siglo XXI», sentenció.
Para que la Ley GENIUS se convierta en una realidad, aún debe superar ciertas etapas clave dentro del proceso legislativo de EE. UU. Actualmente, el proyecto se encuentra en el Senado, donde ha ingresado a una fase de debate formal tras la aprobación de una moción de clausura. En esta etapa, se presentarán más de 50 enmiendas. Una vez se apruebe el texto, el proyecto pasará a la Cámara de Representantes, donde será revisado por el Comité de Servicios Financieros. Allí podría sufrir nuevas modificaciones y, si las versiones difieren, un comité de conferencia deberá unificarlas, probablemente en julio.
El panel también contó con la participación de Sam Kazemian, fundador de Frax, quien mostró su apoyo a la regulación de las stablecoins, y agregó: «Si lo que quieres es un activo completamente descentralizado y sin permisos, está bitcoin. En cuanto a monedas estables, lo mejor es trabajar con el gobierno y cumplir con la ley».
Según Kazemian, las stablecoins no compiten con BTC, sino que se complementan: «Bitcoin seguirá siendo la reserva de valor más descentralizada y resistente a la censura, mientras que las stablecoins ofrecen pagos globales las 24 horas, los 7 días de la semana, y están respaldadas por activos que responden al interés estratégico de Estados Unidos. Ambas tecnologías se fortalecen mutuamente».