-
Para José Miguel Farías, adoptar USDT no se trata simplemente de "comprar dólares".
-
La stablecoin de Tether se ha afianzado como un elemento esencial dentro de la economía venezolana.
En medio de la crisis económica que atraviesa Venezuela, caracterizada por la escasez de dólares en efectivo, las empresas buscan alternativas para proteger su liquidez y operar con mayor seguridad.
Entre las opciones más utilizadas en el país se encuentra la stablecoin tether (USDT). Su creciente uso está marcando una tendencia con la cual está de acuerdo José Miguel Farías, comentarista financiero, quien destaca el hecho de que «cada vez más empresas en Venezuela están incorporando USDT en su operativa diaria».
Farías sostiene que la stablecoin ya se utiliza en el territorio caribeño «para pagos, gestión de tesorería u operaciones con aliados o clientes fuera del país». Sin embargo, advierte que el simple hecho de adoptarla no garantiza un manejo adecuado, pues, a su juicio, el activo de Tether es «una herramienta que exige gestión, control y criterio financiero».
«Lo digital no exime de estructura: exige más», expresó Farías. Su mensaje refleja que en un país con una economía altamente volátil, la simple adopción del instrumento emitido por Tether no es suficiente.
El divulgador venezolano insta a seguir el ejemplo de las empresas que gestionan USDT de forma responsable, ya que estas establecen políticas internas claras: definen qué porcentaje de su tesorería mantienen en el activo, en qué plataformas operan y quién custodia los fondos. «Documentar cada transacción, registrar tasas y respaldar el origen de los fondos no es burocracia: es protección», enfatizó.
No es lo mismo que «comprar dólares»
Farías explica que utilizar la famosa stablecoin no equivale a simplemente «comprar dólares», ya que detrás de la misma existe una tecnología, una red y una lógica de funcionamiento que las empresas deben comprender para no perder el control sobre sus recursos.
De hecho, afirma que el desconocimiento de cómo se mueve el dinero digital puede traducirse en riesgos invisibles, como la mala gestión de claves privadas o el incumplimiento de obligaciones fiscales. En este contexto, la falta de conocimiento no se paga con devaluación, un problema recurrente en Venezuela, sino con pérdida directa de control.
En consecuencia, recomienda que las compañías desarrollen capacidades internas: formar a sus equipos contables, establecer protocolos claros de custodia y conversión, además de evaluar los impactos tributarios de operar con activos digitales.
Contexto macroeconómico y adopción masiva
La combinación de crisis económica, sanciones internacionales y la necesidad de realizar transacciones rápidas son otros de los factores que han impulsado el auge de USDT en Venezuela. Según el economista Asdrúbal Oliveros, el Estado utiliza cada vez con mayor frecuencia esta stablecoin para efectuar liquidaciones, incluso por encima del dólar, especialmente en operaciones vinculadas a empresas privadas y al sector petrolero.
Vale destacar que, según datos de Chainalysis, el país gobernado por Nicolás Maduro se encuentra entre las economías latinoamericanas con mayor actividad minorista en criptomonedas, con más de 44.600 millones de dólares en transacciones registradas entre julio de 2022 y junio de 2025. Este fenómeno, reportado por CriptoNoticias, evidencia la forma en que la población y las empresas buscan optimizar actividades y resguardar el valor de su capital.
En Venezuela, el precio del USDT superó los 300 bolívares por unidad en septiembre, tras un incremento de casi 44% respecto a los 208 bolívares registrados a inicios de mes. Este repunte refleja la demanda que hay por la moneda estable, especialmente en el mercado P2P de Binance, que se mantiene como el principal espacio de intercambio para los usuarios locales.
El uso de stablecoins se ha vuelto más práctico que el efectivo en muchos mercados emergentes, ya que les permite a los usuarios recibir remesas y enviar dinero a cualquier lugar, sin los riesgos asociados al transporte de efectivo. En Venezuela, el uso de USDT se ha expandido a supermercados, servicios de entrega y otros comercios, consolidándose como un componente clave de la economía local.