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"Tenemos la misión de destruir los bancos centrales", dice Margiotta.
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El entrevistado explica cuáles son, a su criterio, los mejores recursos para aprender sobre bitcoin.
En un mercado de activos digitales a menudo saturado de ruido y ofertas especulativas, existen proyectos que procuran mantenerse firmes en los principios fundacionales que dieron origen a Bitcoin. Uno de ellos es Bull Bitcoin, una casa de cambio de origen canadiense que, desde 2013, ha mantenido una estricta política de «solo bitcoin» y un modelo non-custodial.
Para entender la filosofía detrás de esta decisión y la misión que la impulsa, CriptoNoticias dialogó en exclusiva con Micael Margiotta, divulgador, educador y la cara visible de la expansión de la empresa en Argentina. El diálogo se llevó a cabo durante la conferencia «Acelerando bitcoin», que se realizó en Asunción, Paraguay.
«Mi nombre es Micael Margiotta, de Argentina, bitcoiner enfocado en la divulgación y la educación», se presenta. Inmediatamente, define el diferencial de la plataforma para la que trabaja: «Bull Bitcoin es una casa de cambio non-custodial, lo que quiere decir que no actúa como banco, sino que una vez que uno compra, los bitcoin se envían automáticamente a la wallet del comprador, manteniendo el ethos y la filosofía original de Bitcoin que es que seamos verdaderamente dueños de nuestro dinero y que recuperemos nuestra soberanía financiera».
Para Margiotta, esta no es una simple característica técnica, sino el pilar de una misión más grande. «Estoy enfocado en esa misión de divulgar y de mantener esos principios intachables de Bitcoin», asegura.
«Tenemos la misión de destruir los bancos centrales»
El ecosistema de compraventa de activos digitales, especialmente en países como Argentina, está densamente poblado por actores de todo tipo. Sin embargo, Margiotta sostiene que la propuesta de Bull Bitcoin, por tratarse de una empresa 100% enfocada en bitcoin (BTC), trasciende la mera transacción comercial.
La verdadera misión, según sus palabras, es de una escala mucho mayor: «Es la misión que tenemos de destruir los bancos centrales, de dejar obsoleto el fíat y lograr la hiperbitcoinización». Este objetivo no se limita a la oferta comercial. «No solamente tenemos el exchange sino que además desarrollamos software abierto que otros también pueden usar, porque la misión está en construir un sistema financiero más justo en torno a bitcoin», explica.
Esta postura maximalista es una declaración de principios. En un entorno donde el término «cripto» agrupa miles de proyectos diferentes, Margiotta es tajante.
Nosotros somos 100% maximalistas de bitcoin y no creemos en ninguna otra criptomoneda. Esa es la filosofía que se ha mantenido desde la fundación de Bull Bitcoin en 2013″.
Micael Margiotta, representante de Bull Bitcoin en Argentina.
Detalla Margiotta que la empresa ha resistido las tentaciones de mercados alcistas pasados: «Nunca ofrecimos ningún otro servicio fuera de la compraventa de bitcoin, no nos metimos en otras cripto, ni NFT, ni apalancamiento ni nada de eso».
La razón de este enfoque exclusivo, según él, es la pureza del propósito de Bitcoin. «Creemos que bitcoin es una herramienta para empoderar a los usuarios, que realmente puedan ser dueños de su dinero, que puedan ahorrar en un dinero sin inflación. El ahorro debería ser un derecho fundamental de la gente y solo con bitcoin podemos lograrlo en una forma de dinero que es ajena al control humano».
El problema histórico que solo Bitcoin pudo resolver
Al ser consultado sobre por qué descartar las decenas de miles de criptomonedas existentes, Margiotta recurre a la historia del dinero para contextualizar la singularidad de bitcoin. «Uno tiene que ver de dónde venimos y por qué Bitcoin existe. Bitcoin existe para resolver un problema que es tan antiguo casi como la civilización», argumenta.
Recuerda cómo la degradación de la moneda ha sido una constante a lo largo de los siglos. «La falsificación de la moneda ya incluso desde tiempos grecorromanos que diluían el valor del metal de las monedas y así lograban falsificar y robar el poder adquisitivo. Después con el papel moneda eso se hizo cada vez más fácil. Y hoy que es digital es más fácil que nunca porque ni siquiera hay que imprimir el papel moneda, simplemente [hay que] apretar un botón».
En este contexto, bitcoin emerge como la única solución real. «Bitcoin logra brindar una alternativa descentralizada al banco central», sentencia. Margiotta explica que Satoshi Nakamoto no partió de cero, sino que aprendió de intentos fallidos como DigiCash, E-gold o HashCash. «Satoshi lo que logró, a través de resolver este problema de los generales bizantinos y de unir estas tecnologías que ya existían, fue armar un rompecabezas de una manera muy correcta», describe.
Además del ingenio tecnológico, subraya la carga ideológica que impulsó a Bitcoin desde su concepción, citando las ideas de la Escuela Austríaca de economía de pensadores como Hayek, Mises y Rothbard. «Son la verdadera escuela de economía, podríamos decir, que es lo opuesto a lo que Keynes y los economistas financiados por el dinero fíat han facilitado: una gran mentira que es decir que necesitamos la inflación, que el robo es necesario para que la civilización funcione».
El logro fundamental de Bitcoin, insiste, es haber eliminado al intermediario de confianza. «Lo que Bitcoin logró fue eliminar la necesidad de una entidad centralizada que tenga el control de la emisión de dinero. Esto lo logró a través del consenso distribuido». En contraste, el resto de los activos digitales, en su opinión, reintroducen puntos de fallo.
El resto de las cripto introducen algún tipo de tercero, algún tipo de fundación o de grupo que, por más que pueda tener un cierto grado de descentralización, aún así tiene puntos de fallo o de centralización que pueden ser corrompidos.
Micael Margiotta, representante de Bull Bitcoin en Argentina
Una misión de vida o muerte contra el robo multigeneracional
La pasión con la que Margiotta defiende estas ideas es palpable. No se trata solo de un trabajo, sino de un propósito. Se lo hago saber y, con una convicción que impacta, me responde: «Vivimos por esto, es una misión por la que vale la pena vivir y por la que vale la pena morir».
Esta convicción está profundamente arraigada en su experiencia como ciudadano argentino. «Después de siglos de estafas, de robos, y más en un país como Argentina donde desde que tenemos un Banco Central tuvimos cinco monedas fíat diferentes, todas ellas terminaron en hiperinflación, se han robado todo nuestro poder adquisitivo, el de nuestros padres, el de nuestros abuelos, el de nuestros tatarabuelos. Es un robo multigeneracional al que por primera vez le podemos poner pausa a gran escala».
Para él, la oportunidad es histórica y global. «Es una oportunidad gigante para poder participar de esto y lograr que nunca más nos puedan robar el fruto de nuestro trabajo: nuestro tiempo, que es nuestro recurso más valioso. Bitcoin es eso: la mejor forma de almacenar nuestro tiempo».
La hiperbitcoinización: una realidad inevitable
El concepto de «hiperbitcoinización» —la adopción de bitcoin como el estándar monetario global— es central en su discurso. Lejos de considerarlo una utopía, lo ve como un desenlace lógico. «Lo veo como una realidad. La realidad es que el mundo funciona por iniciativas de alrededor del 5% de la población. El otro 95% sigue la corriente», razona.
Compara el avance de Bitcoin con otras grandes innovaciones tecnológicas. «Las herramientas que usamos, los celulares, los autos, siempre vinieron de pocas mentes brillantes que, por tan brillantes que fueron sus inventos, se terminaron adoptando por necesidad, por comodidad o por utilidad. El dinero es una tecnología, y bitcoin es la última actualización de esta tecnología».
El proceso, sin embargo, no será inmediato. «La hiperbitcoinización la veo como inevitable, pero es un proceso que va a llevar décadas. Hoy estamos recién a 16 años desde que se minó el primer bloque de Bitcoin, entonces, Bitcoin es un adolescente».
Imagina un futuro donde «bitcoin sea el estándar, el dinero que usemos en todo el mundo, que ya no necesitemos cuentas de banco para transferir dinero sino que nos manejemos 100% en bitcoin, que ahorremos en bitcoin, que midamos los precios en satoshis o incluso en milisatoshis». Reconoce que la red no está lista hoy para esa escala, pero destaca su rápida evolución gracias al código abierto, una fuerza contra la que «es muy difícil, por no decir imposible, que un proyecto centralizado apunte a competir».
Frente a la posibilidad de que los propios bancos centrales adopten bitcoin para no desaparecer, Margiotta se muestra pragmático. «Bitcoin es una herramienta imparcial. Entonces, lo puede adoptar cualquiera porque no pregunta nombre, lugar, origen, edad ni género», explica. No obstante, aclara que «eso no implica que lo puedan manipular». Si los bancos centrales quieren sobrevivir, «van a tener que competir. Si realmente ofrecen un servicio que el mercado valora y requiere de su uso, pueden o tienen una pequeña oportunidad de mantenerse relevantes».
El camino personal y la reputación como activo
El viaje de Micael Margiotta hacia Bitcoin comenzó por una curiosidad nacida de la caótica economía argentina. «Llegué a bitcoin tratando de entender en el contexto de Argentina por qué los precios siempre subían, por qué nunca bajaban, por qué los diferentes tipos de cambio», relata. Este camino de autoaprendizaje lo llevó a dedicarse por completo al ecosistema, culminando en la publicación de su libro en 2023, El Gran Parásito, donde analiza el auge y la decadencia del sistema basado en el dólar estadounidense.
Su encuentro con Francis Pouliot, fundador de Bull Bitcoin, alineó su misión personal con la de una empresa con una trayectoria reconocida. «Se han mantenido fieles a solo-bitcoin», destaca, valorando la integridad de haber resistido la tentación de listar otros activos durante las burbujas especulativas. «Uno renuncia a un montón de posibles ganancias momentáneas por mantenerse fiel a lo que cree. Eso tal vez no paga monetariamente en el corto plazo, pero paga en el largo plazo cuando uno tiene una reputación y un respeto que son intachables».
Para quienes recién comienzan, su consejo final es claro y directo: la clave está en la calidad de las fuentes de información. Recomienda recursos educativos como Bitcoin School y el diplomado de Mi Primer Bitcoin, así como autores de referencia como los argentinos Ariel Aguilar («La profecía Bitcoin») y los libros de Saifedean Ammous (El Patrón Bitcoin y El Patrón Fiat). Para el formato auditivo, no duda en señalar al podcast «Lunaticoin» como el mejor recurso en español. Un conjunto de herramientas para navegar un ecosistema complejo, guiado por una filosofía clara: la de la soberanía y la verdad.