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En Venezuela el uso de criptomonedas viene impulsado por necesidades de ahorro y protección.
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Latinoamérica ocupa el quinto lugar global en adopción, según el World Crypto Rankings de Bybit.
Patricio Mesri, director ejecutivo de Bybit para Latinoamérica, ofrece una visión optimista y detallada sobre el ecosistema de las criptomonedas en la región. Basado en datos del World Crypto Rankings (WCR), Mesri resalta cómo esta parte del mundo está liderando la adopción impulsada por la utilidad práctica, superando ciclos de mercado volátiles.
Nuestro entrevistado revela patrones específicos por país: Argentina y Venezuela como pioneros en el uso de stablecoins para preservar ahorros, México enfocado en remesas y Paraguay destacando en minería gracias a su infraestructura energética.
Mesri también discute el avance cauteloso de los bancos latinoamericanos hacia la integración de criptoactivos, anticipando fases de custodia, remesas eficientes y productos tokenizados. Además, comparte su visual sobre tendencias globales que impactan la región, como la maduración de Bitcoin y la competencia en stablecoins de gigantes como PayPal y Ripple, hechos reportados por CriptoNoticias.
Para 2026, Bybit planea intensificar su presencia en mercados clave como Argentina y México, mientras fortalece alianzas institucionales y herramientas para comercios.
Mesri defiende que las regulaciones amigables deben priorizar claridad legal, protección al consumidor y coordinación con el sistema financiero tradicional. A continuación, presentamos las preguntas y respuestas completas de esta entrevista reveladora.
¿Cuál es tu lectura de adopción y expansión de activos digitales en Latinoamérica?
R: Latinoamérica está pasando de la especulación a la utilidad pura y los datos de nuestro WCR lo confirman. Latinoamérica ocupa el quinto lugar a nivel global en adopción de criptomonedas, pero el tercero en preparación institucional.
Lo que vemos en el terreno es simple: Argentina y Venezuela usan stablecoins para proteger ahorros y mover dinero. México utiliza criptomonedas para remesas y comercio móvil. Perú y Colombia crecen a partir de la innovación desde abajo.
Bolivia está emergiendo silenciosamente, impulsada por una demanda basada en la necesidad. Paraguay aporta capacidad de minado e infraestructura energética.
En toda la región, los activos digitales están resolviendo problemas cotidianos, inflación, controles de capital, transferencias transfronterizas y por eso el crecimiento continúa a pesar de los ciclos de mercado.

¿Qué aspectos consideras deben evaluarse para que exista una regulación amigable con las criptomonedas en Latinoamérica?
R: La regulación en Latinoamérica funciona cuando sigue tres principios, definiciones claras: el WCR muestra que los países con mayor claridad legal como Brasil y Argentina atraen más usuarios y actores institucionales.
Protección equilibrada al consumidor: las reglas deben proteger a los usuarios sin frenar la innovación ni restringir los accesos.
Coordinación con el sistema financiero: el uso de stablecoins, las remesas y los instrumentos tokenizados ya están entrando en el flujo bancario. Los reguladores necesitan marcos que integren a las criptomonedas en lugar de aislarlas.
Cuando estas tres piezas están en su lugar, la adopción se acelera de forma natural.
¿Cómo evalúas el que empresas como PayPal, Cloudflare y Ripple ya tienen sus propias stablecoins?
R: Muestra que las stablecoins cruzaron un umbral, ya no son un producto de nicho, sino infraestructura financiera central. En Latinoamérica esta tendencia es todavía más visible. Según el WCR, la región ocupa el quinto lugar global en uso transaccional de stablecoins.
Cuando empresas globales lanzan sus propias stablecoins, están validando lo que los latinoamericanos descubrieron hace años: las stablecoins son la forma más eficiente de ahorrar, pagar y mover dinero.
La competencia va a elevar los estándares de mejor transparencia, liquidez y cumplimiento y eso, en última instancia, beneficia a los usuarios.
En EE UU y Europa ya hay bancos haciendo negocios con activos digitales ¿cómo ves esa aproximación para Latinoamérica?
R: Los bancos en Latinoamérica avanzan con más cautela, pero en la misma dirección. Esperamos tres fases: servicios de custodia y liquidación, especialmente para clientes corporativos. Remesas con stablecoins, reemplazando rutas caras de corresponsalía bancaria.
Productos tokenizados, que permitan a los bancos emitir o distribuir RWA a una audiencia más amplia. El WCR muestra que Latinoamérica ya es la tercera región del mundo en preparación institucional. El apetito está; los bancos solo necesitan reglas más claras y socios confiables para ejecutar.
¿Cuál tendencia ves o están siguiendo más de cerca en Bybit? ¿RWA? ¿adopción de stablecoins? ¿tesorerías corporativas?
R: Monitoreamos activamente todas, pero en Latinoamérica se destacan la adopción de stablecoins y los RWA. Las stablecoins ya sostienen las remesas, el comercio y el ahorro cotidiano.
Los RWA le van a dar a los latinoamericanos acceso a los mercados globales de capital con barreras mucho más bajas, algo con lo que la región ha tenido dificultades durante décadas.
¿Qué planes en particular tiene Bybit para la región y España en el 2026?
R: Para 2026, nuestra hoja de ruta en la región incluye: profundizar la adopción en Argentina y México. Expandir iniciativas locales en Colombia y Perú. Construir mejores rampas y herramientas para comercios en toda la región. Fortalecer alianzas institucionales, especialmente en liquidaciones con stablecoins y productos RWA.
¿Eres de los que piensa que el ciclo de 4 años de bitcoin se ha roto o crees que sigue vigente?
R: Bitcoin está madurando, la liquidez es más profunda y la participación institucional es más fuerte, por lo que los ciclos evolucionan. Pero el halving sigue siendo relevante. Define la dinámica de oferta y la psicología del mercado. Lo que está cambiando es que la adopción es cada vez más impulsada por la utilidad, especialmente en regiones como Latinoamérica. Eso suma nuevas fuentes de demanda que suavizan los extremos.
En el debate sobre el uso con fines monetarios o no monetarios de la red Bitcoin ¿cuál es tu punto de vista?
R: Bitcoin puede ser ambas cosas. En Latinoamérica, su uso monetario sigue siendo el más fuerte ahorro, movimiento transfronterizo de valor y cobertura frente a la inestabilidad. Pero los casos de uso no monetarios, como rieles de liquidación y colateral, están creciendo en contextos institucionales. Vemos estas funciones como complementarias, no competitivas.
¿Podrías ofrecer datos o cifras de volúmenes de mercado para los países de la región en los que más alcance tienen?
R: Si bien no podemos divulgar cifras exactas de volumen, el WCR muestra una jerarquía clara en los patrones de uso. Argentina es top 20 global en uso transaccional y flujos de stablecoins. México es un corredor clave de remesas con rápida adopción en pagos móviles.
Venezuela ocupa el puesto 15 a nivel global en uso transaccional, a pesar de una infraestructura institucional limitada. En estos mercados, las stablecoins siguen siendo el principal motor.
En el caso de Venezuela ¿cómo ha sido la demanda por las stablecoins? ¿cuál es su ranking en comparación con otros países?
R: Venezuela es una de las economías más dependientes de stablecoins del mundo. Los datos del WCR destacan: alta penetración de usuarios (25º a nivel global). Uso transaccional muy elevado (15º a nivel global). Baja preparación institucional (70º a nivel global), lo que indica una adopción desde abajo y basada en la necesidad.
En comparación con Argentina o México, la demanda venezolana está más concentrada en casos de supervivencia ahorro, pagos y protección de ingresos frente a la volatilidad. En Venezuela, las stablecoins no son una alternativa: para muchas familias y empresas, son la norma.



