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Analistas como Orlando Sevilla destacan la maduración del ecosistema.
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Destacan que exchanges como Crixto y Kontigo facilitan remesas y comercio P2P de manera regulada.
El año 2025 cierra en Venezuela con una revelación que pocos anticiparon hace apenas tres años, y eso involucra a las criptomonedas, principalmente por la stablecoin tether (USDT). Este activo digital, anclado al dólar estadounidense, y otros como bitcoin (BTC) se consolidan como un pilar fundamental de la economía venezolana. Lejos de la fiebre del dinero fácil y rápido, los habitantes del país acuden a una nueva infraestructura financiera funcional, donde la adopción nace de la necesidad.
La marcada escasez de divisas durante el segundo semestre de 2025 actuó como catalizador. Además, ante las limitaciones del sistema tradicional, el sector privado buscó y encontró en las criptomonedas, especialmente en las stablecoins como tether (USDT), usd coin (USDC) y dai (DAI), un mecanismo eficiente para pagos transfronterizos y la adquisición de bienes y servicios. Bitcoin, por su parte, mantuvo su rol como la base estructural del ecosistema, como lo señaló el asesor financiero y educador en criptomonedas Aníbal Garrido.
Lo que sucede en Venezuela en 2025 Garrido lo resume así: se produjo un uso generalizado de criptoactivos impulsado por la escasez de divisas, que llevó al sector privado a adoptar mecanismos eficientes para pagos internacionales a proveedores.
Las plataformas de intercambio locales, que operan bajo un marco legal adaptado, han desempeñado un rol clave al ofrecer opciones reguladas y priorizar el cumplimiento normativo. En opinión de Garrido, esto ha reforzado al sector privado como principal impulsor de una adopción sostenida y práctica.

De la adopción a la consolidación
Orlando Sevilla, educador en finanzas digitales, subraya un cambio fundamental: «2025 representó para Venezuela un proceso de maduración para el ecosistema de las criptomonedas». Para él, el mercado venezolano comenzó a diferenciar con mayor claridad el uso de estos activos.
La adopción se volvió más selectiva. Cree que los venezolanos ya no se acercan a las criptomonedas con la esperanza de hacerse ricos rápidamente, sino como una «herramienta financiera alternativa ante las limitaciones del sistema tradicional», explicó a CriptoNoticias.
Las stablecoins como USDT se consolidaron como mecanismo de resguardo de valor frente a la inflación, medio de intercambio y puente para remesas y comercio digital. «La adopción ocurre cuando la tecnología resuelve problemas concretos», sentenció Sevilla, destacando que Venezuela no experimentó un simple «boom», sino un «proceso de madurez».
A pesar del avance, la educación y la regulación persisten como desafíos. Sevilla agrega que el «crecimiento sostenido de la educación financiera digital» se ha caracterizado por la incorporación de universidades y academias privadas, que ofrecen una formación más estructurada. Sin embargo, «persiste una brecha importante entre las personas que usan criptomonedas sin comprender plenamente los riesgos, la custodia o el marco tecnológico que las soportan».

En el ámbito regulatorio, el año se mantuvo en la ambigüedad. «Aunque no hubo avances regulatorios, el mercado se autorreguló, generando un ecosistema donde la operación es posible», explicó Sevilla. Cree que esta ausencia de reglas claras es una limitante para la adopción institucional. No obstante, la aparición de plataformas reguladas como Crixto (en alianza con Binance) y Kontigo ha facilitado los procesos y fortalecido el comercio P2P (peer-to-peer), las remesas y la tokenización de activos.
«Venezuela: un laboratorio de adaptación financiera»
Juan José Martínez enfatiza la capacidad de adaptación del venezolano. «Las criptomonedas y especialmente las stablecoins como USDT inyectaron oxígeno para la economía de muchas personas». Este año ha sido de «adopción, de uso de las criptomonedas como válvula de escape». Para Martínez, a partir de 2025, las criptomonedas «ya forman parte de la economía del venezolano».
Este año que está cerrando lo hace con mucha incertidumbre y limitaciones económicas ante las cuales USDT actuó como una válvula que ha permitido tener a mano divisas, para ahorrar, para transferencia de valor. También hay que destacar la capacidad que tiene el venezolano de adaptación lo que produjo una adopción mucho más rápida de lo que se pudo haber pensado antes. Pero también hay que tener en cuenta que en 2025 las plataformas han ayudado y facilitado la adopción. Hay que reconocer el esfuerzo de plataformas como Kontigo, Crixto, Binance que han facilitado los procesos en Venezuela.
Juan José Martínez, educador financiero en Venezuela.
El entusiasta de los criptoactivos Alexis Valera concluye que en 2025 Venezuela se convirtió en un «caso de estudio mundial» por la manera en que sus ciudadanos adoptan las criptomonedas. Para él, la historia de lo que sucedió en un año con los activos digitales en el país, en medio de un contexto económico complejo, es quela gente encontró en la tecnología una «respuesta práctica», un «colchón para ahorrar y una forma de pagar alternativa».
La lección de Venezuela es contundente: las criptomonedas, lejos de ser una moda, se han arraigado como una parte esencial y práctica de la economía cotidiana. El futuro dependerá de cómo se fortalezcan la educación de calidad, un marco normativo funcional y soluciones centradas en las personas, no en la especulación. Venezuela se posiciona así como un laboratorio nacional de adopción financiera alternativa, donde la tecnología resuelve problemas concretos, más allá de las promesas.
¿Qué esperar para el 2026?
Mirando hacia el futuro, el camino de la adopción de las criptomonedas en Venezuela presenta varios escenarios posibles, tal como señaló Alexis Valera. Por un lado, él vislumbra una mayor formalización, donde la actividad podría canalizarse a través de nuevas plataformas reguladas, buscando ofrecer mayor seguridad y claridad para todos los participantes.
Sin embargo, Valera también anticipa que el mercado P2P seguiría fuerte, impulsado por la confianza entre los usuarios y la innegable practicidad que ofrece el comercio directo. En este panorama, el reinado de USDT y otras stablecoins parece asegurado. «Seguirán como las favoritas para las transacciones comunes, por ser fáciles de entender (1 USDT = 1 dólar) y también menos volátiles», agregó Valera.
Además, el devenir de la adopción de activos digitales en Venezuela no estaría exento de influencias externas. Valera enfatizó que cualquier cambio significativo en el panorama global de las criptomonedas o en las finanzas internacionales podría acelerar o, por el contrario, frenar la tendencia que se gesta en el país.




