Las cualidades disruptivas de las blockchains permiten que tanto sus usuarios y entusiastas, como promotores y desarrolladores, tengan ocurrencias que en primeras instancias parecieran ser atrevidas. Muchos de ellos hablan del futuro, y si bien sabemos que hay quien se interesa mucho por él, también hay una importante masa que se atemoriza o preocupa por el devenir de la tecnología. En el futuro se reúnen los más grandes sueños y miedos de la humanidad; todo en un lapso de tiempo más o menos variable del que nadie tiene absoluta certeza, por atinadas que resulten las predicciones.
La tecnología blockchain está en crecimiento y aún sus potenciales aplicaciones están descubriéndose. La tecnología tiene un funcionamiento bien definido, mejorado con frecuencia por quienes hacen aportes a las diferentes plataformas; aunque el desarrollo no está exento de fallas, errores, o que sus propósitos sean truncados por diversas causas.
En el plano financiero, los gobiernos mantienen su preocupación en cuanto a las actividades de las casas de cambio de criptoactivos, que gestionan poderosos mercados donde se comercian cientos de millones de dólares diariamente. Además, estas casas poseen servicios de préstamo, que si bien la mayoría están orientados a sacar mayor rentabilidad por medio de la compra y venta de criptoactivos, no están exentos de que ese dinero sea utilizado con otros propósitos, como realizar inversiones en otro tipo de negocios fuera de la blockchain.
En este último caso, de organizaciones que prestan su ayuda para que emprendedores e inversionistas puedan utilizar los criptoactivos para impulsar otros negocios, destacó BTCJam, una plataforma pionera de los préstamos en bitcoin que lastimosamente cerró sus puertas en mayo de este año y que alcanzó a operar en 122 países prestando cerca de 64.000 bitcoins. Tanto la incompatibilidad regulatoria como la fricción para llevar la tecnología a zonas más empobrecidas del mundo, hicieron que esta casa cesara operaciones.
Pero durante el mismo mes de mayo se anunció la creación de una nueva plataforma que podría tener un importante impacto en el sector de préstamos con criptoactivos. Su manera de operar es revolucionaria, y además cuenta con el apoyo del desarrollador Erik Voorhees, quien es un influyente actor del ecosistema, por haber lanzado la importante casa de cambio de criptoactivos ShapeShift. La empresa en cuestión, SALT, siglas para Secured Automated Lending Technology, dispone de una plataforma de préstamos novedosa, que permite obtener moneda fiduciaria y poner en garantía una determinada cantidad de criptoactivos.
¿En qué resulta beneficioso esto? Pues en que así los inversionistas podrían no perder la oportunidad que los criptoactivos les otorgan para generar ganancias a largo plazo, gracias a las subidas de precio en los mercados. A muchos nos ha pasado que en lugar de conservar nuestros criptoactivos cuando debemos hacerlo, perdemos una oportunidad de oro cuando el precio de estas fichas de blockchain aumenta exponencialmente.
SALT coordina cada fase del préstamo. Hemos simplificado el proceso de aplicación enfocándonos en el valor de los activos de blockchain del acreditado en lugar de ver su historial de crédito. Quienes pidan préstamos son automáticamente enlazados con el capital de nuestra extensa red de prestamistas. SALT mantiene los activos colaterales seguros en una arquitectura auditada y segura durante la duración del préstamo, de manera que los usuarios puedan operar con confianza
SALT
SALT es una plataforma peer-to-peer, que no necesita de entidades centrales como bancos o gobiernos para garantizar la seguridad de las transacciones; y donde solamente quienes entren en relaciones comerciales definen los precios de sus servicios y valores intercambiados. Esto resulta crucial para el éxito de la plataforma SALT pues, los bancos no han prestado total soporte a las criptomonedas, y en ocasiones las reconocen como un instrumento ilegal y potencialmente delictivo, por lo que no querrán ver el dinero fiduciario entremezclado con estas herramientas criptográficas. Para pedir un préstamo en criptoactivos o monedas fiduciarias a través de SALT, no se necesitan avales de crédito, ni autorizaciones, o poseer cierto estatus legal; lo que importa es dar el pago de garantía y cumplir con los compromisos adquiridos.
Además, es un mercado global y diverso. Según refleja su página web, se pueden cambiar monedas fiduciarias como el dólar, el renminbi chino y el euro, por criptoactivos como bitcoin, ethereum y ripple. Sin embargo, a diferencia del esquema que emplea Shapeshift, donde no se necesita registro de usuario, SALT sí aplica políticas Conoce-A-Tu-Cliente (KYC) y antilavado de dinero. Por ejemplo, aquellos ciudadanos estadounidenses que deseen adquirir un préstamo deben tener más de 18 años, contar con la residencia permanente, licencia de conducir y número de seguro social vigente.
Para lanzar la plataforma y ponerla a funcionar, y que los usuarios puedan participar de ella, se lanzará la SALTcoin, una ficha ERC-20 de Ethereum con la que se podrá optar al registro de usuario y adquirir los servicios de préstamo.
Conoce más sobre SALTlending en este video explicativo.
https://www.youtube.com/watch?v=1FM-wvE64ZA