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Catorce países han puesto en marcha o contemplan iniciativas centradas en la de bitcoin.
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Más allá de la minería, los gobiernos obtienen exposición a bitcoin por medio de sus reservas.
Un informe reciente revela que, a septiembre de 2025, cada vez más países integran activamente bitcoin (BTC) en sus economías, principalmente mediante la minería digital. Unas 14 naciones han implementado o propuesto programas específicos en este sector, con 10 de ellos ya en operación, lo que supera otras modalidades de adopción como reservas estratégicas o pagos de impuestos con la moneda digital.
El excedente energético permite a varios países obtener y almacenar bitcoin mediante operaciones de minería digital, sin necesidad de recurrir a compras directas. De acuerdo con el Bitcoin Policy Institute, al menos diez naciones, entre ellas Bután y Omán, ya participan activamente en esta actividad.
Vale destacar que Bután, como reportó CriptoNoticias, ha acumulado bitcoin equivalente a casi el 40% de su Producto Interno Bruto (PIB) gracias a su abundante energía hidroeléctrica, mientras que Omán ha destinado 1.100 millones de dólares a infraestructura para la minería.
Entre los casos más destacados se menciona Argentina que aprovecha el gas natural varado para impulsar sus operaciones, mientras que Etiopía se convirtió en el primer país africano en iniciar la minería de Bitcoin.
Por su parte, Irán obliga a que todos los bitcoin generados por mineros legales se vendan directamente al Banco Central. Esto como parte de una estrategia para acumular reservas de activos digitales y contrarrestar sanciones económicas internacionales.
La minería de Bitcoin en Irán fue avalada por el Estado en septiembre de 2018, una decisión que fue bien recibida por los mineros locales y extranjeros que tienen operaciones en el país. Más tarde, en 2020 se implementó una política que canaliza los ingresos de la minería hacia el gobierno, aprovechando la abundante energía de bajo costo de Irán, principalmente de gas natural.
«La minería respaldada por los gobiernos es la forma más común de exposición a bitcoin, con diez países ya activos y tres más considerando iniciativas similares», señala el informe. Los analistas afirman que este enfoque es atractivo porque convierte recursos energéticos no utilizados en un activo digital con potencial de apreciación. Creen que bitcoin permite a los países diversificar sus reservas frente a la incertidumbre geopolítica.
Según el documento, la moneda creada por Satoshi ofrece una alternativa portátil y resistente a sanciones, lo que lo hace atractivo en un contexto de declive en la demanda de bonos del Tesoro estadounidense. A medida que más naciones se suman, la minería de BTC podría consolidarse como un pilar de la adopción global.
El Salvador también sobresale como pionero, con alrededor de 470 bitcoin minados para fortalecer su reserva estratégica. Sin embargo, la tendencia no se limita únicamente a gobiernos nacionales. Esto porque, como lo reportó CriptoNoticias, la municipalidad de Panajachel en Guatemala estaba minando bitcoin en 2022, pero desde entonces no se ha vuelto a saber si esta actividad está activa.
Por otro lado, el fondo soberano de Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos, impulsa proyectos de minería a gran escala.
Cabe destacar que Venezuela también tuvo presencia en el documento, con una industria de minería gubernamental que estuvo activa anteriormente. No obstante, CriptoNoticias no cuenta con registros que confirmen su actividad actual, y el informe no ofrece detalles adicionales sobre su situación.
Bitcoin más allá de la minería: confiscaciones y tributos
Además de la minería y la acumulación directa, algunos gobiernos han adquirido exposición a bitcoin de manera pasiva, principalmente a través de incautaciones relacionadas con actividades ilícitas.
En esta línea, países como Bulgaria, China, Finlandia, Georgia, India, Reino Unido y Venezuela han retenido BTC confiscado a ciudadanos, lo que les permite mantener una posición significativa sin realizar compras activas en el mercado, según el informe.
Aunque esta estrategia no busca incrementar reservas, refleja que varias naciones ya poseen bitcoin y podrían considerarlo un recurso estratégico.
Otra vía emergente para la adopción de BTC a nivel gubernamental es la aceptación de pagos de impuestos en el activo digital. Si bien actualmente se limita a jurisdicciones subnacionales y no a políticas nacionales, casos en Estados Unidos y Suiza muestran que esta práctica puede crecer con el tiempo.
Mediante este mecanismo, los gobiernos pueden recibir y mantener bitcoin directamente, evitando depender del mercado secundario, y abriendo una nueva dimensión para integrar la criptomoneda en la economía formal.