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El economista no cree que el dólar se convierta en una moneda basada en blockchain a futuro.
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Opina que los bancos centrales no deben temer a las criptomonedas, si su política es responsable.
A juicio del economista y vicepresidente de la división de investigación del Banco de la Reserva Federal de San Luis, Misuri, David Andolfatto, las criptomonedas podrían resolver el dilema de Triffin, una condición que caracteriza al dólar estadounidense y que se deriva de su uso como moneda de reserva mundial.
El ejecutivo de uno de los 12 bancos regionales que conforman el sistema de banca central de los Estados Unidos, publicó este comentario en Twitter, como respuesta al planteamiento de uno de los participantes en una sesión de preguntas y respuestas que organizó la entidad a través de su cuenta en la red social, a fin de hablar sobre las criptomonedas.
En ese sentido, uno de los participantes preguntó al economista sobre el papel que juegan las criptomonedas en la solución de esta condición, identificada por primera vez en la década de los años 60 por el economista Robert Triffin. El dilema se basa en la premisa de que el país cuya moneda sirva como reserva mundial, tiene problemas para mantener la convertibilidad de la moneda respecto al oro, ello como consecuencia de tener que proporcionar suficiente liquidez para estimular la actividad económica mundial. Se genera así un déficit comercial.
Al respecto, el tuit de Andolfatto enfatiza la idea de que cualquier criptomoneda privada que reemplace una moneda de reserva mundial eliminaría el dilema para esa moneda.
The Triffin Dilemma refers to the double-edged sword of possessing a currency that serves as the world reserve currency. If a private cryptocurrency were to replace a given world reserve currency, this would eliminate the dilemma for that currency https://t.co/NgzPLcWbMM
— St. Louis Fed (@stlouisfed) 2 de octubre de 2018
Andolfatto también fue consultado por otro seguidor sobre su opinión acerca del crecimiento del dinero privado y su influencia en la política monetaria del futuro, ante lo cual señaló que ningún banco central debería preocuparse por el crecimiento del dinero privado (incluyendo las criptomonedas), si administra su política monetaria de manera responsable.
El ejecutivo también fue consultado sobre la posibilidad de que el Banco de la Reserva Federal de St. Louis tenga algún plan de uso con las criptomonedas, ante lo cual expresó que para cualquier banco central las criptomonedas califican bajo el concepto de moneda extranjera, por lo cual afirma que, visto de esta forma, la Reserva Federal de Estados Unidos no tiene necesidad de administrar una reserva de moneda extranjera.
En esta misma línea de ideas Andolfatto ve muy pocas posibilidades de que el dólar se convierta, a futuro, en una moneda basada en tecnología blockchain, puesto que considera que no hay necesidad de un registro descentralizado basado en consenso para esta moneda.
Otro participante preguntó sobre la posibilidad de que bitcoin se convierta en «dinero duro» y sirva como opción para tender los mercados emergentes, tal como lo planteó Christopher Giancarlo, de la Comisión de Comercio en Futuros sobre Mercancía de los Estados Unidos (CFTC). Para responder, Andolfatto usó el caso de Venezuela como ejemplo:
Supongamos que el bitcoin haya sido ampliamente utilizado en Venezuela (antes de su crisis presente). ¿No habrían surgido los problemas económicos actuales? Las economías lo que necesitan es un buen gobierno, no dinero duro.
David Andolfatto
Vicepresidente de la división de investigación
Por otra parte, cuando alguien preguntó si la tecnología blockchain podría ayudar a desarrollar sistemas más eficientes de transferencias transfronterizas (mencionando a SWIFT y las remesas), el vicepresidente admitió el aporte de esta tecnología para estos procesos, pero dijo que también se podría hacer más eficiente el sistema simplemente implementando líneas de comunicación directas a través de un libro de contabilidad centralizado estándar.
Estos planteamientos del ejecutivo se hacen en el marco de un debate iniciado por empresas e inversionistas del sector de las criptomonedas de Estados Unidos, las cuales asistieron al congreso para solicitar la puesta en marcha de una regulación que les permita seguir innovando y no quedar rezagados ante otros países, con marcos regulatorios que promueven la expansión del ecosistema. Todo ello aunado a una actitud de reserva ante las criptomonedas, por parte de la mayoría de las entidades financieras estadounidenses.
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