Este 7 de octubre el Institute for International Finance (IIF), durante su reunión anual celebrada en Washington (Estados Unidos), organizó un panel en el que participaron destacados representantes de autoridades regulatorias provenientes de varios países, y en el que el único representante de la banca fue el consejero ejecutivo del BBVA, José Manuel González-Páramo. En este panel el tema central a discutir giró en torno a cómo la regulación y la innovación pueden colaborar entre sí. En tal contexto de tecnologías emergentes no es extraño que haya surgido el tema de la blockchain.
Esencialmente, la cadena de bloques fue creada para otorgar libertad y transparencia a todos sus usuarios. Sin embargo, ha resultado ser mucho más flexible de lo que un principio se esperó que sería, y además de extenderse hacia otras numerosas áreas, su utilización en lo financiero cada vez es mayor, y no sólo en lo que a economía descentralizada se refiere. Lo cierto es que esta tecnología ha atraído fuertemente a la banca pública y privada de diversos países.
El gran ejemplo de ello es el consorcio R3CEV, iniciativa de investigación y pruebas blockchain conformada en su mayoría por instituciones bancarias. Pero no son los únicos, por supuesto. John Whelan, director de Santander Blockchain Lab, afirmó que esta tecnología llegó a Santander para quedarse. Por otro lado, el Banco Central de la India ha recomendado esta tecnología a la banca privada, y en países como China y Japón otras instituciones financieras han decidido adaptarla a sus propias necesidades.
González-Páramo parece ser muy consciente de ello, pues en el panel se mostró convencido de que la innovación y la regulación no son polos opuestos, sino complementarios. Además de la conocida FinTech (tecnología financiera), actualmente también ha surgido otro concepto: RegTech, en su traducción más acertada, ‘tecnología regulatoria’. A esta categoría pertenecen las empresas tecnológicas que han creado soluciones destinadas a cumplir y adaptarse a las regulaciones vigentes de cada sector.
Entre estas soluciones de tecnologías emergentes, aparte de la nube, el big data, la inteligencia artificial o los modelos semánticos, también se incluye la cadena de bloques. El Consejero del BBVA ha apuntado que esta es una técnica con mucho potencial para el mundo financiero.
Para el consejero ejecutivo de BBVA, la clave es que permite la existencia de una sola fuente de información verídica, que también se puede aplicar en el ámbito del cumplimiento normativo (…) [González Páramo] ha apuntado que esta tecnología no solo permite controlar transferencias de dinero, sino de cualquier otro tipo de información, ya sean titulizaciones, casas, coches o cualquier otro activo físico. En definitiva, funciona como un control del valor de la propiedad y los movimientos.
Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA)
Dadas las posibilidades y flexibilidad que ofrecen tecnologías emergentes como esta, González Páramo piensa que es fundamental lograr un buen equilibrio entre la estabilidad financiera y el desarrollo de nuevos modelos basados en las últimas tecnologías, con el fin último de mejorar la experiencia tanto para el cliente como para el mercado. Y para ello, es necesaria la cooperación internacional, tal como ha sucedido en el caso de la Comisión Europea.
Su palabra tiene bastante peso. Además de ser parte del del Consejo de Administración de esta entidad bancaria española, también es miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo y su carrera como Economista ha sido muy destacada. Por fortuna, al menos en España ya se están formando diversas iniciativas entorno a la tecnología subyacente al Bitcoin. Hace poco nos enteramos de que Endesa, la mayor compañía energética del país, fundó su propio laboratorio Blockchain, mientras que Ametic, una gran asociación tecnológica, creó su propia comisión entorno al tema. Además, este país europeo se ha posicionado como el líder en inversiones blockchain gracias a la respuesta de sus autoridades.
Imagen Destacada: BBVA.