La parte de la ecuaciĆ³n en que se coloca el acento a la hora de regular, inevitablemente tiene consecuencias en las relaciones que se establecen entre el Estado y la sociedad, o al menos el segmento de sociedad implicado en las regulaciones.Ā
En el caso de las regulaciones del mercado de criptomonedas, si bien en la mayorĆa de los paĆses aĆŗn hay poca claridad jurĆdica y frecuente contradicciĆ³n entre pareceres, la comunidad y las autoridades de todos los lugares estĆ” de acuerdo en que deben tomarse medidas ante la creciente ola de estafas que han surgido en el ecosistema. Con todo, el discurso regulatorio revela que el acento ha sido puesto en atacar consecuencias en vez de causas, en castigar estafadores, en vez de anularlos, en vez de inutilizar sus ataques.
La regulaciĆ³n en el Ć”mbito de las criptomonedas, cuando existe y busca proveer un marco legal para las actividades de proyectos y negocios, se ha manifestado en tres momentos distinguibles: la solicitud de licencias de operaciĆ³n e inscripciĆ³n de valores (en el caso de casas de cambio y Ofertas Iniciales de Monedas); la presentaciĆ³n de la documentaciĆ³n pertinente a los estĆ”ndares Antilavado de dinero y Conoce a tu Cliente (AML/KYC) y estados de cuenta; la aplicaciĆ³n de penas y castigos a quienes incumplan los estĆ”ndares o incurran en crĆmenes financieros como estafas. Puede observarse que, si bien el discurso regulatorio insiste en la protecciĆ³n al consumidor, en ciertos casosĀ el acento se ha puesto en el negocio o potencial estafador, lo que ha conducido a las autoridades a proponer modelos de evaluaciĆ³n, como la prueba Howey, que seƱalan quĆ© aspectos de un proyecto deben ser tomados en cuenta para prevenir estafas, pero que no proporcionan soluciones hechas a la medida de una tecnologĆa que representa un nuevo paradigma.Ā
MĆ”s allĆ” de lo obvio -que todas las polĆticas mencionadas generan rĆ©ditos, en impuestos o multas, en vez de gastos para el Estado- que la protecciĆ³n al consumidor se aborde desde el castigo y vigilancia a quien puede daƱar el sistema establecido en vez de procurar su independencia y cuidado propio, tiene su razĆ³n de ser en la naturaleza paternal que ha asumido y profundizado el Estado en la modernidad.
En su sentido premoderno, como se figuraba en los dĆas de Maquiavelo, el Estado se identificaba con el estatus del PrĆncipe. El rango, principal, de primer orden, del signore, era inseparable de la tierra que le era propia como dominio. En su trĆ”nsito temporal y geogrĆ”fico, del Quatroccento italiano al XVII inglĆ©s, con Thomas Hobbes, muta el neologismo. La palabra Estado trasciende al PrĆncipe para contenerlo, pero ensanchĆ”ndose para abarcar un estado de cosas, un modo de estar de los hombres entre ellos, en el mundo.
Hobbes, tras vivir la cruenta RevoluciĆ³n de Cromwell y la posterior RestauraciĆ³n de la monarquĆa inglesa, pensĆ³ que la vida del hombre estaba escindida en dos estados ideales: el Estado de Naturaleza, de libertad absoluta, pero, en consecuencia, de guerra constante, donde āel hombre es lobo del hombreā; y el Estado Civil, de paz y derecho entre ciudadanos. El puente entre ambos estados se tiende en el pacto de asociaciĆ³n o contrato social. El mito narrado por Hobbes para justificar el sometimiento al Estado, cuenta que los hombres de la naturaleza, cansados de la vida incierta e insegura, decidieron ceder su derecho a defenderse por su propia mano a un poder central monopolizador de la violencia, el cual estarĆa por encima del pacto para garantizar justicia sobre quien quebrara los estatutos del pacto. Los hombres cedieron parte de su libertad a cambio de seguridad, de protecciĆ³n. De esta manera quedĆ³ concebido el sentido esencial y razĆ³n de ser del Estado Moderno: garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Sin duda, la vida se ha complejizado en una pluralidad de variables desde el siglo XVII y el Estado ha asumido cada vez mĆ”s competencias. El papel paternal manifestado en la protecciĆ³n de las personas subyace como uniĆ³n entre las mĆŗltiples funciones del Estado. Se vela por el cuidado del ciudadano en la salud, en la vivienda, en la alimentaciĆ³n, en la educaciĆ³n ācasi vestimenta-, se vela por el cuidado financiero del ciudadano. Se vela por castigar a quien estafe al ciudadano.Ā
Es decir, si la regulaciĆ³n es una manera de ceder la libertad individual a cambio de un tipo de seguridad impersonal suministrada por el Estado paterno, la tarea de cada uno de nosotros serĆa comprender cĆ³mo a partir de la conciencia de esta condiciĆ³n de las sociedades modernas la autorregulaciĆ³n y la educaciĆ³n podrĆan ser un principio de autonomĆa y de apropiaciĆ³n de las libertades cedidas.
En vez de proveer al inversionista de herramientas para discernir una estafa de una inversiĆ³n confiable (independientemente de si, a la larga, esta le procurarĆ” ganancias o pĆ©rdidas legĆtimas), se ha puesto el acento en protegerlo del criminal. Esto sucede porque, simbĆ³licamente, el Estado necesita de enemigos, de victimarios de los cuales defender a las vĆctimas, para mantener su relevancia. El Estado se alimenta de victimarios para pervivir (no es casual que sea en los paĆses con menores Ćndices de criminalidad donde surjan nuevas figuras de victimizaciĆ³n que reclaman protecciĆ³n Estatal).Ā
Con educaciĆ³n financiera adecuada que forme inversionistas responsables, la necesidad de protecciĆ³n Estatal disminuye. Su presencia paternal se hace mĆ”s dispensable. Con esto no se quiere decir que dejarĆ” de haber estafadores. Pero divulgando las herramientas necesarias para identificarlos, el impacto y alcance de su acciĆ³n sin duda se reducirĆa.Ā
Con todo, se ha visto que los organismos Estatales parecen construir su entendimiento de las nuevas nociones econĆ³micas que traen las criptomonedas al mundo a partir de viejos conceptos que han probado su utilidad en otros terrenos. Es por esto que se hace indispensable que los miembros del ecosistema se eduquen y eduquen a otros para hacer crecer una comunidad mĆ”s responsable. Si el Estado estĆ” incapacitado, por su misma naturaleza, a poner el acento en la educaciĆ³n, queda en las manos de quienes buscamos el florecimiento del mercado de las criptomonedas y la tecnologĆa blockchain fomentar una educaciĆ³n financiera madura y graduar a los inversionistas del jardĆn de infancia que alimenta el paternalismo Estatal.
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