Minerworld es una compañía brasileña supuestamente dedicada a la minería de criptomonedas, que desde octubre del año pasado no paga a sus inversionistas por, según, haber sido víctimas de phishing. Un robo que ocurrió semanas después que la Policía Federal de Brasil y el Ministerio Público comenzaran a investigar las actividades comerciales y el modelo de negocio de la empresa por sospechas de ser una esquema piramidal.
Dirigida por Cícero Saad, Jonhnes Carvalo y Hércules Gobbi, Minerworld declara oficialmente ser una compañía dedicada al “alquiler de energía computacional para minería de bitcoins”. Una actividad que según sus representantes y la información en la web, no realizan directamente desde Brasil, pues tienen sus propias granjas de minería en China y Paraguay por ser localidades con “electricidad más económica”.
El abogado de Minerworld, Rafael Echeverria Lopes, declaró ante el periódico local R7 que hasta ese momento, septiembre de 2017, la compañía desconocía el contenido de la supuesta denuncia que el Ministerio Público investigaba. Y se comprometía a “presentar todo lo que fuera necesario para comprobar que no son una pirámide, no practican ningún crimen contra el sistema financiero nacional”. Unas declaraciones precedidas a la audiencia pública realizada en la cámara del congreso en la que el político Expedito Netto basó una discusión cameral para considerar los crímenes a la economía que incluyen al mercado bitcoin.
Es importante tener en cuenta que para este punto, las investigaciones contra Minerworld y su supuesta minería de la nube no se limitan a las fronteras de Brasil. Desde mayo de 2017 Minerworld está siendo investigado por la policía del país en el que opera su supuesta granja minera, Paraguay. La policía inició una investigación luego de recibir una denuncia sobre “la apertura de una empresa fachada” y la realización de contratos sin respaldo legal alguno, según reportó Midiamax.
Una investigación evadida por los representantes de Minerworld en una entrevista realizada hace pocas semanas. Según su versión, su actividad comercial en Paraguay comenzó “solo y desde” el 28 de enero de 2018 “como minera”, actividad comercial que no está vinculada a ningún organismo regulador ni requiere la aprobación de la Comisión de Valores. Esto a pesar de ofertar el alquiler de su granja minera en Hernandarias, Paraguay desde mediados de 2017.
Asimismo, para octubre de 2017 la Comisión de Valores de Paraguay denunció el engaño de Minerworld al declarar que sus operaciones en dicho país se realizan bajo el aval de la comisión. La aclaratoria fue realizada a través de una circular oficial, en la que enfatizaron que “las operaciones de esta empresa son completamente ilegítimas”, razón por la que pueden emprender medidas legales al respecto.
El representante de Minerworld declaró que lo que ocurrió fue “un equívoco de Minerworld en la interpretación de un comunicado” que emitió la CVP ante “una consulta hecha por nosotros”. Y que ante esa aclaratoria, alegan que no existe actividad con valores en Paraguay, por lo que no necesitan de la aprobación de la Comisión de Valores.
Por su parte, la Comisión Monetaria y de Valores de Brasil también declaró sobre esta situación, pues, según reportes de medios locales, el organismo encargado del mercado de valores en Brasil habría remitido una circular, bajo el proceso 19957.005648 / 2017-58, para el Ministerio Público indicando que Minerworld realiza actos que “indican crímenes contra la economía popular”. Esto sumado a “falta de claridad sobre la naturaleza de la empresa” y “promesas extraordinarias de retorno financiero”.
Aunque Minerworld asegura dedicarse a minería, tiene un esquema de negocios que enciende las alarmas de cualquier organismo regulador. Esta compañía ofrece altos niveles de rentabilidad, llegando al 100% en un año, regalan bonos a sus participantes por “traer nuevos miembros inversionistas que hagan crecer su esquema”, regalan autos y viajes internacionales como incentivos a quienes ayudan al crecimiento de la supuesta compañía, alegando que mientras más crece su ecosistema, “más retorno” obtienen. Un puñado de características constantemente asociados a esquemas piramidales o ponzi, pero que desde Minerworld han nombrado como mercadeo multinivel.
Hay que recordar que un esquema piramidal es aquel que no produce rentabilidad de la actividad que oferta o de ninguna otra, sino que se mantiene por el constante ingreso de nuevos miembros que invierten en el “negocio”. Por otro lado, el mercadeo multinivel es legal, siendo una estrategia de venta en la que el vendedor no gana solo por su venta, sino que percibe ingresos por la venta de productos de quienes forman parte de su red. La clave para diferenciarlos está en el “producto”.
Opacidad, falta de pagos y nueva plataforma
Las investigaciones iniciadas en Brasil no han sido únicamente impulsadas por alertas o denuncias provenientes de Paraguay; sino que también se ha visto sustentada en la constante denuncia de los participantes que esperan el pago retorno de su inversión desde octubre de 2017.
Minerworld no dio a conocer el robo sino hasta el mes de diciembre, momento en el que los 851 bitcoins extraídos de la cartera de la empresa minera tenían un valor cerca de los $16 millones. Desde el robo no hubo comunicación con los afectados hasta el pasado mes de febrero cuando aseguraron estar “haciendo todo lo que esté a su alcance para recuperarlos”.
Es importante destacar que según declaraciones oficiales, la empresa no ha “desaparecido” por no realizar más declaraciones públicas, sino que ellos han trasladado todas sus comunicaciones a Miner360, la nueva plataforma donde solo los miembros pueden acceder a la información.
Al respecto, la casa de cambio no ha emitido declaraciones. Y después de meses de opacidad, fue en febrero cuando Minerworld propuso tres esquemas de pago para solucionar el impasse con los pagos atrasados, todos incluyen a la criptomoneda desarrollada por la minera “Mcash”.
La primera opción de pagos sería pagar en una sola operación lo acordado en el contrato, con la diferencia que ya no sería en bitcoin sino en Mcash, una criptomoneda que carece de cotización comprobable. La segunda opción es que los usuarios reciban “su ganancia” la mitad en Mcash y la otra mitad en 12 cuotas mensuales en bitcoin. Y por último, los clientes de Minerworld pueden, según, recibir el pago en bitcoin, pero en 24 cuotas mensuales. Estas condiciones están vinculadas a la reestructuración de la empresa anunciada por Jonhnes Carvalho en marzo con Miner360.
Miner360 es una nueva plataforma en la que se mueven los afectados por el cese de pagos de Minerworld y los nuevos integrantes al esquema de negocios. Esta plataforma opera con MCash y con una casa de cambio llamada MinerWorld M360.exchange, ingresando a otra arista del ecosistema de las criptomonedas. Un hecho que deja aún menos claro a qué se dedica Minerworld.
Esta no es la única vinculación de Minerworld a una casa de cambio, pues esta semana Cícero Saad y Johnnes Carvalho, socios fundadores de Minerworld se vieron involucrados en las operaciones del Grupo Especial de Acción para Combatir el Crimen Organizado (GAECO) en Campo Grande, Matto Groso del Sur, y Sao Paulo.
La operación consistió en una orden de búsqueda y captura en las sedes de Mineworld, BitOfertas -que comparte oficinas con Mineworld- y Bitpago. Siendo estas dos últimas casas de cambio con operaciones vinculadas a Minerworld, que también forman parte de la investigación contra el supuesto esquema piramidal de la compañía de minería de la nube.
Las acciones policiales también incluyeron órdenes de búsqueda en las residencias de Saad y Carvalho; y de acuerdo a medios locales, la operación incluyó 7 órdenes de captura.
Esta es la segunda operación contra un presunto esquema piramidal en Brasil en el último año, pues el agosto pasado el GAECO desplegó un operativo contra la empresa D9. Lamentablemente, el ecosistema de las criptomonedas se ha visto afectado en múltiples oportunidades por estafas de escala internacional, como Bitconnect y OneCoin, que utilizan a las criptomonedas como fachada y se aprovechan del desconocimiento de los microinversionistas sobre el mercado, para estafar a miles de personas. Esta clase de actos no solo compromete a los implicados, sino que daña la percepción de los ciudadanos con respecto a las monedas digitales y la revolución que estas promueven.
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