Sindri Thor Stefánsson, acusado en Islandia por el robo de 600 equipos de minería de bitcoin valuados en unos 2 millones de dólares, logró escapar de una prisión de baja seguridad y tomar un vuelo a Suecia. Ahora, desde el extranjero, envió un comunicado a un medio local sobre su versión de los hechos.
Fue durante la semana pasada que se conoció sobre su fuga de prisión. El acusado habría tomado un avión a Suecia donde, según los reportes, también viajaba la Primera Ministro de Islandia, aunque no hay relación en el hecho.
Stefánsson logró comunicarse con el diario Frettabladid, asegurando que durante los meses de prisión no se presentó ni una sola evidencia en su contra, así como que la orden de detención en su contra se vencía el 16 de abril. Luego, cuando la policía pretendía mantenerlo en custodia durante 10 días más, un jurado decidió deliberar al respecto un día después, por tanto, según su criterio, era libre de salir de la cárcel.
Según explica al medio, «(Yo) Nunca trataría de escapar de la cárcel si estuviera legalmente privado de mi libertad por una decisión judicial». Stefánsson tiene la intención de apelar su caso ante el Tribunal Europeo.
Me rehúso a estar en prisión por mi propia voluntad, especialmente cuando la policía me amenaza con arrestarme sin explicación. He estado en custodia por dos meses y medio sin éxito, sin evidencia, solamente por sospechas de la policía. Eso es lo que me enoja. Yo no he publicado ningún testimonio y fui amenazado varias veces mientras me aislaban cada vez más.
Sindri Thor Stefánsson
Aun así, Stefánsson aseguró querer regresar a Islandia una vez se le liberen de todos los cargos y se reconozca que al momento de huir era, jurídicamente, un hombre libre. El fugitivo afirmó también que estaba trabajando con funcionarios policiales para negociar su libertad y evitar ser arrestado para el momento de su regreso a Islandia.
Actualmente, se piensa que Stefánsson huyó hacia España, mientras se está ofreciendo una recompensa de $60,000 dólares por brindar información que lleve a recuperar los equipos de minería que desaparecieron entre el pasado diciembre y enero. Stefánsson afirma tener miedo de que sus seres queridos se vean afectados por su decisión de huir, pero dice que se hará cargo de su situación.
Así surge otro caso de persecución internacional donde se involucran a las criptomonedas, una situación digna del cine policial. Es de destacar que, en esta ocasión, las versiones de la policía y del acusado difieren totalmente, y en raras ocasiones los ladrones o scammers vuelven a comunicarse para decir cualquier cosa sobre su huida.
Fue el mes de diciembre pasado que 600 equipos de minería de bitcoin y otras criptomonedas fueron presuntamente robados en Islandia, derivando en el arresto de 11 personas. Casi todos ellos fueron liberados, a excepción de Stefánsson y otro involucrado. De momento, el caso parece no tener una resolución clara. Todo esto mientras diversas compañías se ven atraídas por el clima frío del país, ideal para llevar a cabo operaciones de minería de criptomonedas.
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