La semana pasada, China fue noticia en la comunidad de las criptomonedas por la espectacular devaluación que sufrió el Yuan frente a las mismas. El anuncio por parte del gobierno Chino de que devaluaría su moneda ocasionó que muchos viraran a bitcoin y litecoin para respaldar sus capitales ante la depreciación de la moneda nacional y el resultado fue un alza de los precios de las criptodivisas.
Paradójicamente, esta misma semana se hizo público que el Departamento Estatal de Administración de Empresas de Tecnología de la Información (una entidad gubernamental) ha despachado a expertos para dictar conferencias sobre el bitcoin en todas las universidades chinas y ello sería seguido de la incorporación de «otros espacios formativos» en las carreras de los universitarios (aunque en la fuente no se especifica nada acerca de esos espacios). Esto convierte a China en el primer país cuyo gobierno adopta una política educativa con respecto al bitcoin. Puede que China no esté manejando su política monetaria de la manera más acertada, pero ¿está haciéndolo bien en su política con las criptomonedas?
Primero lo primero: no están prohibidos
Desde su creación en 2008, Bitcoin encontró en China un espacio predilecto para su crecimiento. El hecho de que decenas de millones de ciudadanos chinos estuvieran familiarizados con tecnologías emergentes y que dispusieran de una sólida red de internet eran dos factores que de entrada hacían de esta población un target predilecto. Pero la estricta política monetaria que el gobierno chino venía manteniendo desde la década del 90 (y que lo facultaba para devaluar en cualquier momento) fue, sin duda, el otro factor que benefició el crecimiento de la criptomoneda en China.
La popularidad de la criptomoneda en el país asiático fue una fiebre que se potenció en noviembre de 2013, momento en el que el Banco Central chino y otras 5 dependencias del gobierno emitieron un documento en el cual «recomendaban a sus ciudadanos no utilizar bitcoin» y establecieron limitantes para que las empresas pudieran usarlo. No obstante, no pusieron regulación o prohibición alguna de uso para las personas naturales. Para muchos, como el ejecutivo José Alla Tan, las acciones del gobierno chino se remitían a «ignorar el bitcoin y proteger el yuan» algo que, agregaba: «no sería posible mantener por mucho tiempo en tanto que los chinos vean la criptomoneda como una forma segura de preservar su patrimonio».
Así, en China el uso y la minería del bitcoin continuaron y actualmente un 50% del minado de bitcoin viene de China, según Cryptomat. Igual de llamativo es que al margen del documento publicado por el Banco del Pueblo de China, no se ha promulgado ninguna ley que limite de forma alguna el uso o minado de bitcoin. En un país donde el gobierno tiene la facultad de legislar casi a discreción, llama la atención que no se haya realizado iniciativa alguna en materia. Más bien, el gobierno chino ha hecho grandes esfuerzos por mantener el marco legal vigente (y aplicable al mundo real) como el mismo que eventualmente se aplica a las criptodivisas. En la praxis, el gobierno está tratando al bitcoin como una moneda regular, por más que su actitud hacia la criptomoneda no sea la más amigable.
Política de control, pero inteligente
El gobierno de la República Popular China se dedica a educar a futuros profesionales sobre el uso de bitcoin, pero desaconseja su uso. ¿Contradictorio? A simple vista podría parecerlo. «Lejos de entender al bitcoin como algo a lo que hay que erradicar, China lo ve como otro elemento más del mercado», aseguró Bobby Lee, presidente de la minera bitcoin BTCC en una entrevista concedida a Bitcoin Magazine hace ya año y medio. Para entonces el empresario explicaba: «Las regulaciones que emitió el gobierno en el documento de 2013 son realmente amplias, no perjudican la minería o el intercambio de bitcoins, sólo lo norman y establecen medidas cautelares en caso de que se produzcan drásticos desbalances en los mercados de divisas con respecto a las criptodivisas».
En efecto, más que ir en contra de las criptomonedas, el gobierno chino está buscando maneras de controlarlas. En este sentido, efectivamente está tratándolas como cualquier otro elemento del mercado (dado que el control es la regla a nivel económico en China). Lo curioso es la manera en que busca establecer ese control. Primeramente remite las criptodivisas al marco legal ya existente en vez de crear uno nuevo y además se suma a iniciativas para su promoción y para el desarrollo de la tecnología, como por ejemplo la creación de la ChinaLedger Alliance, una plataforma que involucra al gobierno y a 11 firmas para «la creación y promoción de una blockchain de código abierto sobre la cual otros desarrolladores puedan construir libremente». Finalmente, también introduce una forma de control más sutil y de carácter social al fomentar la enseñanza sobre criptodivisas en las universidades.
Considerando todo lo anterior, el ascenso de los precios del bitcoin por la actual devaluación pareciera ser solo un descalabro en el marco de una auténtica estrategia a que busca normalizar e insertar las criptomonedas en la dinámica económica diaria de los chinos. Es algo que señala el propio Bobby Lee: «El gobierno todavía está aprendiendo acerca de cómo lidiar con las criptomonedas, pero lo está haciendo, que es lo importante. Ya ellos dieron su primer paso en el 2013 y desde entonces no han parado en su estrategia» y finaliza diciendo: «Ojalá otros países del mundo se tomaran las criptomonedas tan en serio, como lo hace China».